El gravísimo problema de los escrúpulos
De cuando en cuando me toca atender en confesión o en dirección espiritual algún caso de persona escrupulosa. Los hay con la conciencia un tanto estricta, que eso se va arreglando poco a poco. Pero puedes encontrarte con auténticos casos que rozan, que suponen directamente, una enfermedad mental.
El escrupuloso, digamos, extremo, es una persona con un trastorno obsesivo compulsivo que le lleva a escudriñar constantemente su vida para encontrar en ella el pecado. Es capaz de dar mil vueltas a su cabeza para conseguir convertir en pecado grave absolutamente todo lo que hay en su vida. La solución la quieren encontrar en la confesión no sólo frecuente, sino en casos diaria, y hasta varias veces por día. Pero eso no soluciona el problema, sino que lo agrava, ya que tampoco queda tranquilo por si la confesión no la hizo correctamente, y en consecuencia ha pecado más.

De momento. En próximos días más detalles: lanzamiento, presentación… Seguiremos informando.
Ayer sábado terminamos en la parroquia el curso de preparación para el matrimonio. Unas cuantas parejas que celebrarán el sacramento en los próximos meses. En la última charla, la liturgia del sacramento y aspectos prácticos de la celebración que imparte un servidor, una pareja me pidió mis sugerencias en cuanto al donativo que ofrecer a la parroquia con motivo de su boda.
Por un lado, Küng. Hacía tiempo que no sabíamos de él. Pero vaya, ha cambiado el papa y tiene la osadía de anunciar que su “rehabilitación” como teólogo y en el ministerio sacerdotal por el papa Francisco sería nada menos que “una señal para muchos”. Tócate los pies, tía Pascuala.