Retuitear la nada
“Vivir el viento, compartir el sol, reír el agua”, “caminar sintiendo el gozo de la vida compartida”, “saberse uno con el último miserable en la espera de una nueva forma de contemplar el universo”, “abrazarse al amanecer y hacerse luz en un mundo donde el dolor clama por la vida”, “las fronteras son los espinos que matan la comunión de la humanidad regenerada”.
Frases como estas se pueden encontrar en twitter a montones. Está bien, la libertad está para que cada cual escriba sus más brillantes ocurrencias. Lo sorprendente de esto es que estas frases, no exactas, que con el google se sabe todo, pero sí muy semejantes, se pueden encontrar como las genialidades que religiosos, sacerdotes y laicos supuestamente comprometidos dejan cada día en su twitter.

El que se piense que con colocar una cartelera con los horarios a la puerta de la parroquia es más que suficiente como información, lo tiene claro. Y al menos lo tiene, que hay parroquias que ni siquiera.
Había una vez un anciano fraile que siempre que surgía un conflicto en la comunidad exclamaba: “conserve cada cual su puesto”. Sabio religioso. Porque aquí los grandes conflictos de las parroquias estriban justamente en esto.
Acabo de recoger el correo como cada día. Un auténtico fardo de papel con cosas del más variopinto. A ver que hago un resumen.
De cura de pueblo aprendí pequeños refranes que a lo tonto, lo tonto, te enseñan cosas para la vida. Un dicho era eso de que “amigos muy amigos, pero el borrico en la linde”. Es decir, que ser amigos no significa que yo tenga que consentir todo lo que se te ocurra y tragar lo que buenamente te plazca. Amigos, muy amigos, tomamos unas copas, pero las cositas muy claras.