Tres años más de matraca sinodal
Seamos claros. El sínodo de la sinodalidad ha suscitado en la santa madre Iglesia un interés del todo descriptible: escasísimo. Desde el primer momento. Y cada vez menos. Evidentemente es defendido con mayor o menor convencimiento por todos aquellos que lo llevan en el sueldo: secretaría general, obispos… A ver qué remedio queda. No va a decir un obispo abiertamente, salvo rarísimas y valientes excepciones: Müller, Zen, Sarah… que todo es un despropósito. Si toca sínodo, toca sínodo y, por lo menos, habrá que cumplir por la cosa de la obediencia debida, aunque no sé si mal entendida, y para que en Santa Marta no digan que tal obispo es poco sinodal. Cumplir. Al menos.


Aquí, en la Sierra Norte de Madrid, y residiendo en el pequeño pueblo de Otderuelo del Valle, tenemos una comunidad de cuatro hermanas pertenecientes al
Unos cuantos amigos decidieron apuntarse al divertimento de ayer sobre el número de los que irían a misa ayer miércoles de ceniza entre mis cuatro pueblos. Entre comentarios en este mismo blog y otros que dejaron en X y en Facebook nos encontramos de todo.





