Desafíos pastorales de la primera asamblea eclesial latinoamericana. Jodo, que diría Rafaela
Aquí los tienen:
1. Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad como agentes de transformación.
2. Acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y reparación.
3. Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial.
4. Promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la muerte natural.
5. Incrementar la formación en la sinodalidad para erradicar el clericalismo.
6. Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y eclesial.
7. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados.

Diez minutos para las once de la mañana. Iglesia parroquial de La Serna del Monte. Nadie.
He de reconocer que cuando me pasaron el Tweet de sor Lucía Caram pensé en no responder. Buena gana. El problema es que después, pensando en lo que había escrito la sor, me he dado cuenta de que lo que había escrito la hermana dominica era si, un Tweet, pero rebosante hasta reventar de materia de confesión. Y, claro, aún a sabiendas de que no soy en absoluto el tipo de sacerdote de quien ella pudiera fiarse, el celo sacerdotal, que le lleva a uno a preocuparse por las almas, y muy especialmente sin son consagradas, me ha obligado a escribir algunas consideraciones de tipo moral, hondamente preocupado por su bien espiritual. El texto del Tweet de sor Lucía ahí lo tienen. Vamos por partes.
Seamos claros. La mal llamada misa tridentina, o bien llamada, que me da igual, últimamente pasaba sin pena ni gloria. Nadie se hacía problema por ello. Problema fue el de unas ordenaciones episcopales ilícitas que trajo lo que trajo. Fuera de eso, todos tan tranquilos. La gente nunca se ha hecho problema con la misa de Pablo VI, generalmente coram populo, pero que si se celebra ad orientem tampoco les afecta lo más mínimo.
Por una vez y sin que sirva de precedente. Espero. Esta Rafaela que me mete el dedo en el ojo.