¿Cómo saber si tengo fe? Esta es mi respuesta
Ante todo gracias a tantos que habéis querido dejar vuestro saber y sentir ante este interrogante que ayer os dejaba.
Creo que a todos nos hace bien. Dar razón de lo que creemos y por qué creemos es un ejercicio que nos ayuda a profundizar en el don de la fe, y nos hace reflexionar sobre cómo vivirlo.
Hoy me toca hacer mi aportación personal según lo prometido. Y me atrevo a decir algunas cosas posiblemente mucho más desde el corazón que de los libros. Ahí va.
1. Lo primero sería afirmar que no es fácil expresar la relación personal con Dios revelado en Cristo. Dios es todo, yo soy nada. Dios creador, yo criatura. Dios todopoderoso, yo insignificante. Dios eterno, yo muy limitado. Por eso creo que ante el misterio de Dios el hombre sólo puede situarse desde la confianza, la humildad, la adoración. Sus razonamientos siempre serán muy limitados.