Sor Lucía Caram: más caras que un icosaedro
Sor Lucía Caram y un servidor ya tuvimos algún encontronazo. Incluso tuvo a bien dedicarme en su día un cariñosísimo tweet en el que me llamaba amargado y me acusaba de falta de caridad. Es lo que tiene la gente buena, que sabe quererte y elevar tu autoestima.
A sor Lucía le va la tele casi más que al P. Ángel, con la diferencia de que ella es monja contemplativa, así que no pierde oportunidad de saltar de plató en plató, y no pierde oportunidad en demostrar que la Iglesia vive en el error, el miedo, la amenaza y la falta de caridad, a diferencia de ella que es buena, solidaria, compasiva, comprensiva, actual y eminentemente evangélica. Y la gente va y se lo cree.

En mis tiempos de crío, cuando alguno tenía trato de especial favor ante cura, maestro o cualquier autoridad, decíamos que Fulanito “tenía gorra”.
Agotado, feliz y con la emoción agarrada a las entrañas. Impresionante la procesión de antorchas celebrada anoche. La iglesia llena, y muchísima gente acompañando a la Virgen peregrina de Fátima en su recorrido por Tres Olivos. Gracias desde aquí al ayuntamiento de Madrid y a la policía municipal por su apoyo. Cantos, rezos, alegría, las velas acompañando a Nuestra Señora.
La misión comenzó el pasado martes con la llegada de la Virgen Peregrina de Fátima a la parroquia. Portada por los Heraldos del Evangelio, y mientras su coro y orquesta iniciaban ese tan conocido “El trece de mayo”, la Virgen entró en un templo parroquial abarrotado de fieles, y eso que era la tarde de un día laborable. Una misa sentida en la que un Heraldo tuvo la predicación y nos fue explicando el sentido de la misión mariana en la parroquia. Al legar al presbiterio fue un servidor quien tuvo el honor de coronar a Nuestra Señora como reina de la parroquia.