De dónde hemos sacado ese supuesto entusiasmo por reunirnos

Cuando un servidor llegó a estos pueblos me contaron que, periódicamante, dos o tres veces a año, se convocaban encuentros de laicos del arciprestazgo porque, según se afirmaba, a la gente le encantaba verse para reflexionar y programar cosas de conjunto. Qúe bueno!
Llegó el primero… lo dije en mis parroquias y… nada. Una señora muy animada y el resto “rien de rien” que dirían mis amigos los franceses. Conseguí, en una ocasión, dos personas más, eso sí, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas y chantajeando con un “no me dejéis solo". Todavía hubo alguna convocatoria más. La nieve vino en nuestro auxilio en la siguiente ocasión: “nevando, mejor suspender la convocatoria". Nos juntábamos quince, veinte… incluyendo las religosas. Nadie ha vuelto a pedir que se retomen esos encuentros que, por lo visto, eran la ilusión de toda la Sierra Norte.
No aprendemos. Ante cualquier interrogante pastoral no tenemos más iniciativa, mejor idea que la de reunir a la gente. LA GENTE ESTÁ HARTA DE REUNIONES. LA GENTE Y LOS CURAS. No hay forma.
A los sacerdotes nos pasa igual. Sé que hablo mucho de esto, pero si tanto sale el asunto, por algo será.
Les cuento cosas de este Madrid nuestro.
Lo normal es que los sacerdotes tengamos nuestra reunión, generalmente mensual, de arciprestazgo, donde solemos encontrarnos todos. Vamos bien.
Además, otra reunión, también mensual, de formación, oración y convivencia de todos los sacerdotes de cada vicaría.
Además, una convocatoria, en este caso anual, de sacerdotes por franjas de años de ordenación.
Además, las convocatorias diocesanas como pueden ser la Almudena, misa crismal, san Juan de Ávila.
Además, este año, tenemos la gran asamblea sacerdotal, Convivium, los días 9 y 10 de febrero.
¿Sacaremos algo en limpio? Los años de experiencia pastoral me dicen que poca cosa.
En Madrid tuvimos el tercer gran sínodo diocesano el año 2005. Hoy tenemos dificultades hasta para encontrarlo en internet. Nada. Nunca más.
Recuerdo luego el Plan Diocesano de Evangelización (PDE) de D. Carlos Osoro, para la Archidiócesis de Madrid, que se extendió entre 2015 y 2018. Nada.
A este plan, siguió el Plan Diocesano Misionero, que no sé muy bien cuál era la diferencia con el anterior.
Llevamos desde el 2021 con el sínodo de la sinodalidad. Perfecto. Las conclusiones que se enviaron a Roma son patéticas.
Yo no sé si mis amables lectores se sienten edificados y entusiasmados con todo esto que llevamos trabajado desde hace veinte años.
Y nos queda. Atentos:
- Asamblea presbteral los próximos 8 y 9 de febrero, con reuniones para prepararla, más las posteriores para evaluar e implementar… y todo de cara a una gran asamblea diocesana para el 2027.
El entusiasmo entre los sacerdotes, perfectamente descriptible.
Es igual. Iremos.
19 comentarios
Todos sinodalizan
El que no sinodaliza
Es un desinodalizador
En cuanto a los seglares católicos, coincido plenamente con Juan Mariner. Generalmente nos sentimos vinculados como feligreses a una parroquia, capilla u oratorio.
Y una práctica que se está extendiendo, al menos en Madrid, es que terminada la Misa, el celebrante sale a la puerta (en las que hay jardín o patio, claro) y tiene un momento de agradable charla e incluso coloquio con los feligreses. Y para eso no necesita programar reunión alguna. Sino que la reunión surge de manera natural.
¡Ave María!
Mientras tanto, con o sin sinodalidad, nos cargan de reuniones para convencernos de que estamos haciendo muchísimo, dejando de lado y abandonando lo que es claramente católico y el ministeriol normal de la vida cotidiana. Un derrape pastoral en toda regla.
Los domingos, todos en la iglesia para la Misa.
Con cierta periodicidad, según los casos, reunión personal de seguimiento con el cura en el confesionario, para vaciar el saco.
Los niños, catequesis, a ser posible memorizar un catecismo de los antiguos.
Y quien quiera apuntarse, rosario vespertino.
Poca cosa más se necesita.
Y el cura, de cuando en cuando, reunión informal con su familia o algunos compañeros, que también hay que relajarse un poquito.
Debe ser que somos santos, o que todo se ha reducido a una obra de teatro. Con música cantada eso sí .
Iglesia a la carta
Un abrazo.
Las reuniones son como las comisiones... no manda nadie, no hay liderazgo jerárquico, los temas son generales y rimbombantes pero sin nada detrás, todo el mundo comenta lugares comunes y lo que se les ocurre en ese momento pero no para tomar decisiones en asuntos concretos antes estudiados.
No son un debate de cara a tomar decisiones, sino marear la perdiz en torno a un título rimbombante ypasar el rato, mientras se le "rinde culto" al acto de reunirse. De paso se hace "como que" todos tienen palabra, todos tienen voz, se les tiene en cuenta, y en general es una manera de que la gente sienta que se les tiene en cuenta, que se hace algo (primero el que la convoca) pero para nada en concreto. Sí, compartes "asamblea", te saludas, te reúnes, pero poco más que eso.
A veces pueden llegar a tener incluso un saborcillo marxista, poniéndonos criticones, de dar a la "asamblea" de base la sensación de que manda algo, pero las decisiones importantes las toma el politburó, y esas no están sometidas a ninguna "reunión".
Creo que es mucho mejor reunirse para rezar y comer juntos, pero con un liderazgo más concreto y eficaz. Incluso crear grupos de trabajo que le presenten al responsable sus conclusiones y resultados.
Finalmente... ¡¿qué se hacía antes del desastre actual?!, ¡creo que ahí está la solución al misterio!, en el pre-Concilio.
Eran el cura de mi pueblo y los de los pueblos vecinos.
No era facil asistir a estas reuniones, acudian en bicicleta, aquellas bicicletas pesadas de un solo piñón, que hacia que fuese muy dificil subir los repechos y no se le podía sacar mucho provecho a las bajadas.
Otras veces el sacerdote se reunía con las fuerzas vivas del pueblo, donde solo tenían acogida las 3 o 4 personas mas importantes.
Era un chaval y me gustaba ver a los tres curas juntos, las otras reuniones me parecían clasistas y que se hacia de menos a los vecinos más humildes. En la iglesia tambien habia lugares preferentes.
Yo creo que reunirse no es perder el tiempo, aunque solo sea para estar juntos, conocerse, animarse y ayudarse. Si además se comentan problemas comunes y las experiencias comunes ayudan, miel sobre hojuelas.
Porque la soledad y el aislamiento no es bueno.
Cuando yo trabajaba, tomando un café se solucionan problemas y mejorarán las relaciones y la comprensión. Creo que el trabajo que ahora se hace en casa, puede generar más rendimiento y mejor aprovechamiento del tiempo, pero se pierden relaciones humanas y esto es muy grave, la persona termina siendo un simple trabajador un elemento productivo, sus problemas personales, la persona no importa a nadie.
Insana soledad.
Deseo que se mejore y se le quiten las molestias y dolores de la gripe.
Leche caliente con miel un buen corro de aguardiente y mucha cama. El descanso es tan importante como el Paracetamol.
Rezo por usted.
Un abrazo
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