Cosas de pueblo: el miñi
Hoy cumplo cuatro meses desde mi llegada a Braojos, Gascones y La Serna. Y se me ha ocurrido contarles cosas de por aquí, curiosidades, anécdotas o sucedidos.
Una de las cosas que hemos andado haciendo ha sido dar una vuelta a la sacristía de la parroquia de La Serna. Ya saben: limpieza de ornamentos, ordenar cosas, revisar manteles… Entre otros hallazgos, un antiguo mantel del primitivo altar. Antiguo, bello… ¿Lo ponemos? ¡Lo ponemos! Es fácil de colocar, me dice una de las entregadas voluntarias. ¿Ve el letrero? Yo sé que el miñi va en el medio. ¿El miñi? Evidentemente el miñi era un mihi latino: fili praebe mihi cor tuum. Ya ven, me dice ella, toda la vida diciendo el miñi.

Leo con mucha alegría las declaraciones del arzobispo de Abuja, en Nigeria, Cardenal John Onaiyekan, en una entrevista concedida a la cadena austriaca ÖRF, y que recoge Infovaticana. En ellas se muestra extrañado de que en Europa estemos tan preocupados de la acogida a las parejas homosexuales o la comunión a los divorciados cuando resulta que nuestros templos se vacían y cada vez son menos los que acuden a nuestras iglesias. Ese es nuestro gran problema. Sin embargo, nos dedicamos a darnos de garrotazos.
Cuatro exaltados o exaltadas que se aprovechan. No tiene mayor importancia. Eso escuché y leí ayer en varios medios al aparecer las fotografías de varios templos, en Madrid y otras ciudades, que sufrieron de manera especial ataques de libertad, respeto y convivencia. Por ejemplo, en Madrid, y que yo sepa, templos como la iglesia del Espíritu Santo o las parroquias de San Juan de la Cruz, San Antonio de Cuatro Caminos o san Cristóbal. Por ejemplo, San Sebastián, con no sé cuántas mujeres con las domingas al aire.
No lo den más vueltas. La parroquia, o se hace de rodillas ante el Santísimo, o no se hace. Pobres, ingenuos de nosotros, si nos creemos que la parroquia se construye con actividades, grupos, marcha y simpatía a raudales. Oigan, que todo eso está bien, pero como no sea más que eso, adiós parroquia.
Me han sorprendido algunas reflexiones del cardenal Maradiaga que he podido leer esta mañana, y que parecer realizó, así lo cuenta Religión Digital, en la presentación del libro “Todos los hombres de Francisco”.





