No entiendo lo de la Universidad de San Dámaso
La Universidad Eclesiástica de San Dámaso es una de las joyas de la corona con que cuenta la achidiócesis de Madrid. Prueba de ello es la ingente cantidad de diócesis que confían en ella para la formación de seminaristas y sacerdotes, y la creciente cantidad de facultades de todo el mundo asociadas a ella. Creo que su prestigio, nacional e internacional, es del todo punto indiscutible.
Por eso me sorprende lo poco que se aprovecha nuestra Universidad en la misma archidiócesis de Madrid.
Ejemplos. Unos cuantos de este primer trimestre:
3 – septiembre. Encuentro por el cuidado de la creación. Mesa redonda. San Dámaso, cero.
24, 25 y 26 de octubre. Jornadas para sacerdotes sobre “Amoris laetitia”. Cardenal Blázquez, Comillas, “Casa de la Familia”. San Dámaso, cero.
Curso de formación para sacerdotes. Noviembre. San Dámaso 1, Pontificia de Salamanca 1, Comillas, 3.
Curso de formación. Marzo. San Dámaso, cero. Comillas 3. P. Rodríguez Olaizola, S.J., 2.
12 noviembre. Jornada Social Diocesana. En el Seminario de Madrid. San Dámaso, cero.
Pues simplemente que me sorprende. Solo eso.

Día de todos los santos. Los cementerios, a tope. Ayer pude ausentarme de la parroquia por la tarde para acudir al cementerio del pueblo y rezar por mis padres y demás familiares. Es una sana y piadosa costumbre que aprendí de mi madre: ir alguna vez al cementerio y recorrer las sepulturas de los parientes y amigos para rezar un breve responso en cada una de ellas.
Contenido y tenso. Porque aquí nadie dice nada, pero hay mucho murmullo entre dientes. No se dice nada en alta voz porque el papa es el papa y un católico medianamente formado no se pone a despotricar contra el santo padre y menos en público. Un católico formado calla, acepta la providencia, reza por el sumo pontífice y si tiene algo que comentar lo dice a su director espiritual o a alguna persona de toda confianza.
Hace un par de días supimos, a través de los medios, el nombramiento del cardenal español Ricardo Blázquez como miembro de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos. En principio nada que aportar, si acaso sus anteriores nombramientos para otras tres congregaciones y además en la administración de patrimonio de la Santa Sede. Afortunadamente tiene un obispo auxiliar.
Pobres cuatro viejas. Nada hay más denostado y despreciado en la vida pastoral que las cuatro viejas. Ya saben eso de “no merece la pena, total, para cuatro viejas que vienen”. El rosario, la adoración, vida ascendente, una charla. Bah, si solo acuden cuatro viejas.