Acabar con los padrinos de bautismo
Interesante comprobar que justo las cosas a las que damos más importancia, son las que realmente más escaso valor tienen. Por ejemplo, el tema de los padrinos en el bautismo que no es ni siquiera obligatorio.
El Código de derecho canónico dice al respecto: “en la medida de lo posible, a quien va a recibir el bautismo se le ha de dar un padrino, cuya función es asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza, y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo. Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una”.

Era un buen tipo el tal Pelagio. Monje irlandés, tenía fama de hombre culto y austero, y denunciaba ya en su época (siglos IV –V) el abandono del auténtico cristianismo en la misma Roma. Nihil novum sub solis.
Me ha gustado la frase, y es igual quién la haya dicho y en qué contexto. “El adjetivo alternativo es un chollo, cabe todo lo que quieras”. Genial. Porque, sea quien sea, ha dicho lo que muchos pensamos y nadie afirma porque no es políticamente correcto.
Hace ahora como un año que inició su andadura la coral parroquial. Evidentemente, imperfecta, porque la suma perfección está solo en Dios y en un par de elegidos por el dedo de Dios para comprenderla y señalarla. No es nuestro caso. Qué se le va a hacer.





