Rafaela, cuánto tiempo
Me cuenta Rafaela que han reformado el altar de la iglesia de su pueblo. Bueno, en realidad parece que ha sido el presbiterio donde pretenden colocar un pequeño retablo. No es mucho dinero, cosa de cuatro o cinco mil euros, pero como le he dicho, entre todos lo sacarán adelante sin demasiados problemas.
- Yo desde luego, me dice Rafaela, no pienso dar un euro.
- Ya empezamos…
- Mira, cura, te lo voy a explicar despacito para que me entiendas.
En la guerra civil, incivil que decía mi madre, los milicianos quemaron todo lo que había en la iglesia. Fue acabar la guerra y entre todos los vecinos, y mira qué tiempos aquellos, nos las arreglamos para colocar un retablito decente, disponer de algunas imágenes y apañar todo.

Señor obispo:
Si es que la cosa es de cajón de madera de pino, y lo entienden los niños estupendamente.
El gran error de la liturgia de estos últimos años ha sido el de olvidarse del culto a Dios para reconvertirse en cuchipanda fraterna. A partir de ahí, todo deviene en invento para fomentar la fraternidad y hacer el encuentro lo más ameno posible.