Opción por los pobres más allá de las ideologías

Tres tiempos: 1º) La información de que el Papa estría trabajando un «Tratado sobre la pobreza». 2º) El artículo del sacerdote Gustavo Gutiérrez OP,«Los preferidos de Dios» que ha publicado el Osservatore Romano. 3º) El pedido del cardenal Cipriani a Gustavo Gutiérrez de que corrija sus planteamientos de «la teología de la liberación».

De ahí que el quid está, en qué entendemos por «pobres» a fin de no confundir el sentido bíblico y evangélico del término «pobre» en un sentido sociológico.

Discurso programático de Jesús

La primera vez que Jesús predica en Nazaret, es ya famoso tanto por sus predicaciones como por sus milagros verificados en otras partes de Israel, y ahora en su pueblo se le invita a comentar la escritura, entregándosele un rollo de Isaías, y Jesús lee la profecía de Isaías sobre la misión del Mesías: «El espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido, para anunciar a los pobres la Buena Nueva» (Lucas 4, 18). Texto muy discutido sobre si el Mesías llegaba sólo para los pobres excluyendo a los ricos como han querido defender algunos grupos de vanguardia.

«El Antiguo Testamento apenas desvela el valor religioso de la pobreza. En Israel la riqueza es considerada signo de la bendición de Dios sobre los justos (Job 42,10; Ez 36,28-30; Joel 2,21-27).

El camino de la pobreza se revela poco a poco ya en el hecho mismo de que Dios elija entre todos los pueblos a Israel, «el más pequeño de todos» (Dt 7,7), o en que varias veces escoja misteriosamente a mujeres estériles como portadoras de la promesa (Sara, Rebeca, Raquel… Isabel: Gén 16,1; 21,1-2; 25,21; 29,31; Lc 1,36). La austera figura de Elías anticipa la de Juan Bautista (2 Re 1,8; Mt 3,1.4), como el Canto de Ana, elevando a los pobres, anticipa el Magníficat de María -y el de Jesús- (Lc 1,46-55; 10,21; +1 Sam 2,1-10). El Siervo de Yavé, que se anuncia como Salvador (Is 52-53), no es descrito en riqueza y gloria, sino en pobreza y humillación. Y en fin, en el Antiguo Testamento los pobres de Yavé, desvalidos y humildes, fieles a la Alianza en medio de generalizadas rebeldías, tienen notable importancia. Ellos cumplen el proyecto del Señor: «Dejaré en medio de ti [Israel] como resto un pueblo humilde y modesto, que esperará en el nombre de Yavé» (Sof 3,12). «Se regocijarán en Yavé los humillados (anawim), y aun los más pobres (ebionim) se gozarán en el Santo de Israel» (Is 29,19). Por estos pobres vendrá la salvación de Dios, pues el Santo se hará uno de ellos.» (Síntesis de espiritualidad católica, José Rivera, José Mª Iraburu, pág. 336).

Respecto a los «pobres de Yavé», o «pobres de la tierra», ensalzados en el Antiguo Testamento, ciertas «teologías de la liberación» han intentado la exégesis de esta categoría bíblica –los anawin- en términos de «una clase social oprimida» por los ricos, con una connotación de verdadero «oprobio institucional», que se manifestaría incluso en el «Magníficat», interpretado en su «relectura política» como un manifiesto de la lucha de clases.

Para Jesús, los pobres y los afligidos, son aquellos que no tienen nada que esperar del mundo pero todo lo esperan de Dios. Los que no tienen más recursos que en Dios, pero también se abandonan a Dios, los que en su sed y en su conducta son mendigos ante Dios.

El Magníficat epicentro de la TL

Los anawim son los que ponen en Dios toda su confianza, razón por la cual, son «el Israel por excelencia», «los herederos de las promesas que se cumplen en Cristo». Su contrario es el «rico», pero también en buena medida con una connotación moral: el orgulloso, el altivo, el autosuficiente.

La relectura del Magníficat conduce a una «amalgama ruinosa entre el pobre de la Escritura y el proletariado de Marx. Por ello el sentido cristiano del pobre se pervierte y el combate por los derechos de los pobres se transforma en combate de clase en la perspectiva ideológica de la lucha de clases» (Instrucción Libertatis nuntius, 6-6-1984).

Queda patente el «estilo» en el que el Señor de la historia inspira su comportamiento: se pone de parte de los últimos. Con frecuencia, su proyecto queda escondido bajo el terreno opaco de las vicisitudes humanas, en las que triunfan «los soberbios», «los poderosos» y «los ricos». Sin embargo, al final, su fuerza secreta está destinada a manifestarse para mostrar quiénes son los verdaderos predilectos de Dios: los «fieles» a su Palabra, «los humildes», «los hambrientos», «Israel, su siervo», es decir, la comunidad del pueblo de Dios que, como María, está constituida por quienes son «pobres», puros y sencillos de corazón. Es ese «pequeño rebaño» al que Jesús invita a no tener miedo, pues el Padre ha querido darle su reino (Cf. Lucas 12, 32). De este modo, este canto nos invita a asociarnos a este pequeño rebaño, a ser realmente miembros del Pueblo de Dios en la pureza y en la sencillez del corazón, en el amor de Dios. (Benedicto XVI, Comentario al Magníficat, 15-02-2006).

«Pobreza» y «riqueza» designan dos categorías morales, es decir, dos estados del corazón humano, el de desprendimiento y el de apego a la «riqueza» en sentido material, «y que ésta última no es condenable en sí misma ni en el sentido cuantitativo, sino en cuanto se apodera del corazón del hombre y en cuanto se hace de ella un mal uso en términos de justicia y caridad» (Doctrina social de la Iglesia, José Miguel Ibañez Langlois).

En la TL de Gutiérrez, los pobres adquieren la categoría de proletariado marxista, cuando afirma que los pobres no son solamente «los herederos del reino», sino que son asimismo «los portadores del sentido de la historia». Los promotores de la TL leen «proletario» donde la Escritura dice «pobre». «Pobreza» en el Evangelio no es indicativo de una categoría económico-social… tampoco en el marxismo.

Opción o exclusividad por los pobres

La opción por los pobres está fuera de discusión. Es, la opción evangélica por excelencia, y no hay fidelidad al Evangelio de Cristo que no se exprese en el amor preferencial a los pobres. Es justo también decir que hay una forma paternalista del amor a los pobres que no corresponde al espíritu evangélico, el cual va mucho más allá. Se puede hablar de una Iglesia de los pobres y de una Iglesia a la cual están llamados todos los pobres del mundo y en la cual deben vivir como en su propia casa. La parábola del festín del Reino (Lucas 14, 15) lo expresa claramente. Podemos ir todavía más allá y afirmar que la presencia de los pobres en la Iglesia representa para ella una promesa de renovación (Reflexiones en torno a la TL, P. François Francou, S. J.),

en contraposición «las diversas teologías de la liberación se sitúan, por una parte, en relación con la opción preferencial por los pobres reafirmada con fuerza y sin ambigüedades, después de Medellín, en la Conferencia de Puebla, y por otra, en la tentación de reducir el Evangelio de la salvación a un evangelio terrestre» (Libertatis nuntius, VI, 1).

Cristo manifiesta en muchas otras ocasiones, que vino a salvar a todos sin excluir a nadie por su posición social, ni por su sabiduría, es salvador necesario y universal. Pero Jesús no desdeña la amistad de los ricos. José de Arimatea, Nicodemo, que también poseen un alma que han de salvar, y que siempre está en peligro, quizá más que el alma de los pobres.

Jesús comprende que el rico tiene cubiertas las necesidades y puede evitar muchos sufrimientos que le sobrevienen al pobre simplemente por falta de medios humanos. Por eso, desea acercarse más al pobre que requiere y anhela el consuelo que no puede hallar en las riquezas. Sólo pertenecerán al Reino de Jesús quienes realmente sólo apoyen su vida en Dios, no quienes opongan toda gran parte de su confianza en los ídolos que son la riqueza deseada o poseída, en placer, el poder, el orgullo, la seguridad en sí mismo o en los valores de este mundo.

La raíz profunda de la dependencia, de la opresión, es el pecado personal y social que presenta en la idolatría de la riqueza, del poder y del placer (cf. Doc. Puebla, ns. 470-506). No obstante Puebla habla de «opción» o «amor» preferencial por los pobres, pero no exclusivo por los pobres (cf. nº 1165).

El Cristianismo se funda en el amor, el marxismo parte del odio, de la lucha de clases, cree en el inmisericorde aniquilamiento de los adversarios. El Cristianismo es un llamado a todos los hombres, el marxismo convoca sólo a los proletarios, a los explotados. Uno cree en la Redención, el otro en la revolución (Encuentro de dos herejías, Luis E. Aguilar).

San Francisco de Asís nos obtenga «ese amor de Cristo que no necesita de revoluciones».

10 comentarios

  
Antonio
Todo eso que usted dice está muy bien. Pero se corre el riesgo de descafeinar el mensaje de cristo en el tema de la pobreza, llegando a desactivarlo en la práctica. Es muy común la práctica de los que viven en la opilencia, y rodeados de bolsas de pbreza, pero, eso sí, están muy desapegados espiritualmente de sus riquezas. Si una perdona está espiritualmente de sus riquezas, tiene que cambiar de estilo de vida, si quiere seguir a Cristo. Lo contrario es un cristianismo light y mundano que sirve a un tiempo a Dios y al dinero, que, como el joven rico, es incapaz de seguir a Cristo como Él pide, y que dificulta enormemente la salvación (camello y aguja). Por no hablar del juicio de Cristo sobre los ricos n las malaventuranzas de Lucas.
Cuidado con los cristianos tibios, que siguen mucho a Cristo hasta que le tocan el bolsillo.
16/09/13 2:39 PM
  
Virgilio Sanchez
Muchos ricos cristianos entregaron sus bienes a los pobres. Y el Evangelio señala como uno de los pecados que clama por justicia al cielo, el no dar el salario justo a los trabajadores. La teología de la revolución se salió de madre y tuvo que ser atajada a viva fuerza por Juan Pablo II. Pero tal parece que estaba en estado latente y pugna por regresar con mayor fuerza, despúes de haberse mimetizado en otras corrientes.
16/09/13 11:59 PM
  
carlos
Catecismo Universal de la Iglesia:art.3La Justicia Social.1928.La Sociedad asegura la Justicia Social cunado reliza las condiciones que permiten a las asociaciones y a cada uno conseguir lo que les es debido según su naturaleza y su vocación.La Justicia social está ligada al bien común y al ejercicio de la autoridad.1929 La Justicia Social sólo pude ser onseguida sobre la base del respeto de la dignidad trascendente del hombre.La Persona representa el fín último de la sociedad que está ordenada al hombre:La Defensa y la promoción de la dignidad humana"nos han sido confiadas por el Creador,y de las que son rigurosamente deudores los hombres y mujeres en cada,coyuntura de la Historia.1930-1931 El respeto a la persona humana pasa por el respeto del principio:"Que cada uno,sin ninguna exepción,debe considerar al prójimo como "Otro Yo",cuidando,en primer ,de su vida y de los medios necesarios para poder vivirla dignamente".Ninguna legislación podría por si misma hacer desaparecer los temores,los prejuicios,las actitudes de soberbia y de egoismo que obstaculizan el establecimiento de sociedades verdaderamente fraternas.Estos comportamientos sólo cesan con la caridad que ve en cada hombre un "Projimo",un hermano.
1932 El deber de hacerse prójimo con los demás se hace más acuciante todavía cuando éstos están mas necesitados en cualquier sector de la vida humana."Cuando hicisteis a uno de estos hermanos míos pequeños,a mí me lo hicisteis"(Mt25,40)1934-1935-1936 Al venir al mundo,el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual.neecesitá de los demás.Ciertamente hay diferencias entre los hombres por lo que se refiere a la edad,a las capacídades fisicaas,a las aptitudes intelectuales o morales,a las circunstancias de que cada uno se pudo beneficiar,a la distribución de las riquezas.Los Talentos no están distribuidos por igual.
1937 estas diferencias pertenecen al plan de Dios,que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita,y quienen disponen de talentos particulares communiquen sus beneficios a los que lo necesiten.Las diferencias alientan y con frecuencia obligan a las personaas a la magnimidad,a la benevolencia y a la comunicación.Incitan a las cultura a enriquecerse una con otras:
Yo no doy todas las virtudes por igual a cada uno...hay muchos a los que disstribuyyo de tal manera estó a uno,aquello a otro..A uno la caridad,a otro la justicia,a éste la humildad, a aquel una fé viva.En Cuanto a los bienes temporales las cosas necesarias para la vida humana las he distribuido con laa mayor desigualdad y no he querido que cada uno posea todo loque le era necesario,para que los hombres tengan así ocaciónm,por necesidad,de practicar la caridad unos con otros...He querido que unos necesitasen de otros y que fueran mis servidores para la distribución de las gracias y de las liberalidades que ha recibido de mí.Santa Catalina de Siena Dialogo.
1938 existen también desigualdades ESCANDALOSAS que afectan a millones de hombres y mujeres.Están en abierta contradicción con el Evangelio:
la igual dignidad de las personas exige que se llegue a una situación de vida más humana y más justa.Pues las excesivas desigualdades ecónomicas y sociales entre los miembros o los pueblos de una única familia humana resultan escandalosas y se oponen a la justicia social,a la equidad,a la dignidad de la persona humana y también a la paz social e internacional.
1939.....1940 La solidaridad se manifiesta en primer lugar en la distribución de los bienes y a la remuneración del trabajo.supone también el esfuerzomen favor de un orden social más justo en que las tensiones puedan mejor resueltas,y donde los conflictos encuentren más facilmente su solución negociada.A Cristo por María y con el Papa.


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GML: ciertamente los pobres no tienen los mismos impedimentos que los ricos para entrar al Reino de los cielos, empero, Cristo no les libera de la necesidad de conversión. En su debida proporción ellos también están llamados a deshacerse de los apegos a las cosas materiales: las redes de los pescadores... También los pobres tienen las mismas ambiciones y se ha visto que en cuanto los que fueron pobres llegan al poder se despierta en ellos el orgullo y el deseo de dominio sobre los demás. El caso de mi país, Bolivia, es muy elocuente.
17/09/13 1:59 AM
  
carlos
La lucha de clases es la envidia de los que no tienen y la ambición de los que tienen.Es cierto muchos que fueron pobres al tener dinero se transforman en grandes explotadores.A Cristo por Maria y con el Papa.
17/09/13 1:23 PM
  
Franco
En lo que respecta a la actitud del creyente hacia lo material, esta el ejemplo de Job, que siguio a Dios a pesar de perderlo todo.
17/09/13 4:43 PM
  
Mª Virginia
Gracias por este artículo, Germán; es necesario, por lo visto, seguir clarificando en esta dirección, por las confusiones que alienta el Malo en este terreno.
19/09/13 7:57 AM
  
Eme Zea
La TL no nace de una interpretación bíblica, sino de un ansia de manipulación.
Lucas 14,18 no se puede interpretar así: Cristo fue enviado a anunciar a los pobres la Buena Noticia (¿que iban a ser ricos?),
a anunciar la libertad a los cautivos (¿que iba a visitar cárceles para decir a los presos que quedarían libres?),
a anunciar a los ciegos que pronto podrían ver (¿no los curó, sino que les anunció?),
para poner en libertad a los oprimidos (¿a abrir cárceles?),
y proclamar el año de gracia del Señor (¿que durante un año Dios iba a facilitar las cosas a todos?).
¡Pamplinas! Pobres son los que tenían pobres conocimientos de Dios; cautivos, los presos de sus pecados; ciegos, los que no podían ver a Dios actuando en sus vidas; oprimidos, los que viven bajo el yugo del demonio; año de gracia del Señor es el tiempo en que Dios pone a nuestra disposición la Verdad de su naturaleza y de nuestro fin último: su Reino, que no es de este mundo.
¡Nada que ver con luchas sociales en pos de conquistas materiales!
19/09/13 10:09 PM
  
Pepito
Ser rico y virtuoso es muy difícil, pues como dijo Cristo "!Cúan difícil es que un rico entre en el Reino de los Cielos¡, lo cual no lo hubiese dicho de ser fácil a los ricos ser virtuosos.

El rico acumula recursos que no necesita para vivir honestamente, sino generalmente una vida de lujo o superlujo, mientras otros se mueren de hambre. Pocos son los ricos que dan verdaderamente lo que les sobra a los que lo necesitan, pues entonces dejarían de ser ricos.

Mientras tengamos algo de sobra, somos responsables de que otros no tengan lo necesario. Una política adecuada debería evitar tal cosa, de tal manera que a nadie le sobrase ni a nadie de faltase para vivir honestamente. Nadie rico ni pobre, sino una aurea mediocridad para todos.

En una sociedad verdaderamente justa no debiera haber ricos, o los ricos que hubiese tendrían que ser muy pocos y sometidos a un gran control por parte del poder político para que no abusasen de su riqueza.

Pero en la realidad, los políticos no controlan los abusos de los ricos y son más bien los ricos los que controlan a los políticos y éstos legislan a placer de lo que les conviene a los plutócratas.

22/09/13 12:22 AM
  
Carlos Fernando Oviedo Polo
Juan 12, 3-8: Entonces María, Tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó de olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: "¿por qué no se ha vendido este perfume por 300 denarios y se ha dado a los POBRES?" Pero no decía esto por que le preocuparan los POBRES, sino por que era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: "Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. PORQUE POBRES SIEMPRE TENDRÉIS CON VOSOTROS; PERO A MÍ NO SIEMPRE ME TENDRÉIS".
22/09/13 2:26 AM
  
Orlando
El Evangelio y la escritura ,dejan bien claro a quienes se refieren como pobres,y los conocemos sobretodo en Latinoamérica,donde hay una distribución del ingreso aberrante ,no es para nada cristiano.Los marxistas decubrieron la pólvora al hablar de justicia con el pobre ,pues ello estaba en las Escrituras.Los teólogos de la Liberación tienen que tener cuidado de no contaminarse de ese enfoque, como los cristianos de pensar que si los signos de los tiempos indican nuevos caminos ,no por eso son neo-marxistas.Pero cuando 2 y 2 son 4 ,lo son lo diga un comunista o un creyente .Nuestra pregunta es como interpretar la voluntad de Dios a través de las cirscunstancias históricas y proceder con la audacia que predica el Evangelio ,"no se puede servir a dos señores Dios y el dinero".Hay pecados de omisión en este terreno social que no nos pueden dejar indiferentes.Leamos a San Alberto Hurtado tildado de "comunista" en su tiempo ,por quienes se decían católicos,y se lo creían muy equivocados.
26/09/13 5:44 AM

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