Cinco medios para luchar contra la lujuria (Miguel Puga)

Santo Tomás y la prostituta

La lujuria es probablemente uno de los pecados que más quebraderos de cabeza nos trae a los hombres, aunque no por ello se convierte en un «coser y cantar» para las mujeres. Un eminente teólogo como es Wojceich Giertych, que sirve a la Casa Pontificia desde el año 2005, explica que la lujuria es el pecado más difícil de superar para los hombres, mientras que para las mujeres sería la soberbia. Así dice el sacerdote católico:

«Para los hombres el pecado más difícil de afrontar es el de la lujuria, después la gula, la pereza, la ira, la soberbia, la envidia y la avaricia, mientras que para las mujeres el más peligroso es el de la soberbia seguido de la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza»

No obstante, no hay que temer por el mero hecho de que a unos les genere más problemas que a otros, pues con la gracia y la ayuda de Dios todo se puede superar, y esta dificultad no va a ser una excepción.

En este artículo vamos a ofrecer una serie de consejos para luchar contra la lujuria y poder salir victorioso de esta batalla. Sin embargo, hay que aclarar que, aunque se esté hablando de «salir victorioso» esto no quiere decir que una vez que hayamos adquirido hábitos y hayamos erradicado nuestros vicios no podamos caer nuevamente, al tratarse de un pecado hay que tener muy presente que podemos volver a tener recaídas. Lo que aquí se va a tratar son las formas de eliminar esos vicios y malos hábitos que nos llevan a pecar de lujuria, y la manera de no bajar la guardia una vez ya hayamos arrancado esos malos defectos de nuestro corazón.

Para vencer a la lujuria nos vamos a servir de los consejos de una de las mentes más brillantes que ha dado la historia de la humanidad y Doctor de la Iglesia Católica como es Santo Tomás de Aquino, que en «Meditaciones para el Tiempo Ordinario» expresó algunas de las claves para vencer a pecados como la lujuria o la soberbia. Santo Tomás daba cuatro consejos que los englobaremos en dos partes, los medios naturales y los medios sobrenaturales.

Medios naturales:

Número 1: Huyendo de las ocasiones exteriores, por ejemplo, evitando las malas compañías y todos los incentivos que ocasionalmente llevan a este pecado: No pongas los ojos en la doncella, para que no tropieces en su belleza… No derrames la vista por las calles de la ciudad, ni andes vagando por sus plazas. Aparta tus ojos de la mujer ataviada; y no mires curioso la hermosura ajena. Por la hermosura de la mujer se perdieron muchos; y de aquí la concupiscencia se enciende como fuego. (Eccli 9, 5-9). ¿Por ventura, puede el hombre esconder el fuego en su seno, de manera que sus vestidos no ardan? (Prov 6, 27). Por eso le fue ordenado a Lot que huyera de toda la región cercana a Sodoma. (Gen 19, 17).

Aquí Santo Tomás nos exhorta a no caer en aquellas situaciones previas que nos llevan al pecado, como pudiera ser el pasar demasiado tiempo delante de la pantalla de un móvil u ordenador y acabar entrando en páginas pornográficas. En este sentido, las antesalas del pecado pueden ser muchas: malas conversaciones que banalicen o blanqueen la lujuria, exponerse a imágenes de marcado contenido erótico, asistir a eventos o ambientes que promuevan la lujuria, etc. Cada uno ha de mirar en su corazón para averiguar cuáles son aquellas ocasiones exteriores que le llevan a caer en la masturbación, la excitación voluntaria, la visitación de páginas pornográficas, el sexo casual fuera del matrimonio, etc.

Evitando las situaciones previas al pecado adelantaremos mucho en nuestro camino para superar este vicio tan dañino.

Número 2: No dando entrada a los malos pensamientos, porque son ocasión de excitación para la concupiscencia, y esto se obtiene por la mortificación: Castigo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre (1 Cor 9, 27).

Este es un paso muy importante y en el que deberemos cortar de raíz cualquier tipo de pensamiento impuro, por pequeño e irrelevante que nos pueda parecer en un principio, ya que permitir la entrada de esta clase de pensamientos es la forma perfecta de caer en la lujuria. Como dice el Papa Francisco: «Con el diablo no se dialoga», de modo que hasta el más débil pensamiento o deseo impuro deberemos rechazarlo con firmeza.

Tal y como señala Santo Tomás, una buena forma de evitar caer en estos pensamientos es «castigando» nuestro cuerpo a través de elementos como el ayuno o el ejercicio físico. En ningún caso se debe entender el «castigar el cuerpo» como una tortura o maltrato físico del propio cuerpo.

Número 3: Insistiendo en ocupaciones lícitas. Muchos vicios enseñó la ociosidad (Eccli 33, 29). En Ezequiel se dice: Esta fue la maldad de Sodoma… la soberbia, la hartura de pan, y la abundancia, y la ociosidad de ella (16, 49). Y San Jerónimo dice: «Haz siempre algo bueno, para que eldemonio te encuentre ocupado. Entre todas las ocupaciones la mejor es elestudio de las Escrituras.» En otro lugar dice el mismo escritor: «Ama losestudios de las Escrituras, y no amaras los vicios de la carne.»

Esto está directamente conectado con el primer medio que hemos tenido ocasión de ver, y es que en el momento en el que no estamos ocupando el tiempo en actividades provechosas, sino que estamos vagando de un lugar a otro sin saber muy bien qué hacer, es cuando nos asaltan las tentaciones.

Si, por ejemplo, en nuestros quehaceres tenemos que usar el ordenador, lo que podemos hacer para no caer en determinadas páginas es asignar un tiempo específico para el uso del ordenador, utilizándolo sólo cuando lo necesitamos para el trabajo. O bien instalando bloqueadores de páginas en nuestro buscador para evitar caer en webs con contenido sexual, etc. Lo mismo podemos aplicar a nuestro teléfono móvil, donde existen aplicaciones como «Appblock» que nos permiten bloquear aquellas páginas de las que queremos alejarnos, sin posibilidad de revocar la acción.

Medios sobrenaturales:

Número 4: Insistiendo en la oración, porque si el Señor no guardare la ciudad, inútilmente vela el que la guarda (126, 1). Y el Señor dice en SanMateo: Esta casta (de demonios) no se lanza sino por oración y ayuno (17,20). Si dos pelearen y quisieres ayudar a uno, mas no al otro, sería necesarioayudar al primero, y negar auxilio al segundo. Ahora bien, existe una guerracontinua entre el espíritu y la carne; si quieres que venza el espíritu, esnecesario que le prestes ayuda, y esto se hace por la oración; más esmenester que se la niegues a la carne, y esto se hace con el ayuno; pues lacarne se debilita con él.

Si hemos dicho que el segundo medio era importante, este es el más crucial de todos, puesto que por muchos esfuerzos que hagamos no venceremos a la tentación si no es con la ayuda de Dios y de La Virgen María, a quienes tenemos que aferrarnos y pedirles fuerzas una y otra vez, ya que nosotros no podemos hacer esto solos. Si uno piensa que puede salir victorioso de esta batalla sin la ayuda de Dios, está muy equivocado y pronto caerá en las redes de la lujuria. En cambio, si uno es consciente de su debilidad y no sólo pone barreras para evitar el pecado, sino que ruega a nuestro Padre que nos otorgue la fuerza y las capacidades necesarias para superar esta dificultad, estará en una muy buena posición para seguir creciendo en su camino en la fe.

Hay veces que creemos que la clave para superar alguna dificultad en nuestra vida cristiana está en algún libro o en un viejo consejo, cuando realmente está en pedirle de corazón al Señor que nos ayude con dicha dificultad.

Número 5: Aunque estrictamente hablando no es un consejo que diera el Santo, estamos convencidos de que habría estado de acuerdo en añadir lo siguiente: Acudir a Misa diaria siempre que se puede y confesarse a menudo, rezar el Santo Rosario, leer y meditar el Evangelio del día, hacer ejercicios espirituales y, por supuesto, acudir a la mayor de las alegrías que tenemos los católicos en esta vida que es la Eucaristía.

No obstante, hay que decir que el mero hecho de pasar demasiado tiempo en redes sociales puede llevar al aburrimiento (como en el caso de Twitter) o a la visualización de imágenes provocativas (en el caso de Instagram o Tiktok), por lo que si estas aplicaciones suponen un problema en nuestra vida espiritual será una buena ocasión para tomarnos un respiro de ellas, hasta que hayamos superado las fases más duras de este camino.

Con todo lo que se ha expuesto en este artículo, el lector tiene a su disposición todas las herramientas necesarias para combatir y derrotar a la lujuria. Qué mejor manera de empezar este año 2023 que cortando las malas hierbas de nuestro corazón, esas que impiden el florecimiento de aquellos árboles que darán buenos frutos para nuestra vida cristiana.

Agradecimientos: Mención especial a mi amigo Mateu (@espanyolatzaros en Twitter) que me ha ayudado en la corrección de este artículo y a todos aquellos que me han ayudado a profundizar sobre esta cuestión a lo largo de mi conversión.

 

Miguel Puga

4 comentarios

  
Marta de Jesús
El feminismo #o mejor dicho, los oscuros poderes que lo manejan# dice iguales. Los cristianos decimos complementarios.

Que Dios nos ayude en la lucha contra el pecado.
08/02/23 5:21 PM
  
Juan
En cierto sentido, a mí el feminismo rampante me ha ayudado en la lucha contra la lujuria: las feministas son más feas que el demonio.
08/02/23 7:25 PM
  
Vladimir
Siempre he creído que la castidad, en todas sus variantes, es más meritoria en el varón que en la mujer.
08/02/23 8:57 PM
  
Juan Carlos Villaverde
Completamente de acuerdo en todo el artículo
08/02/23 11:05 PM

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