Qué valores espera que tenga el «ciudadano-producto» de una ideología que rechaza la autoridad

Recientemente, el Ministro de Educación se mostraba perplejo respecto a la escala de valores que tienen los salvajes que violaron recientemente a una niña de trece años. Sólo me caben dos explicaciones. O ese señor es un débil mental, cosa que dudo, o simplemente nos está tomando el pelo. Pero, ¿qué valores espera que tenga el «ciudadano-producto» de una ideología que rechaza la autoridad (excepto la suya y la de sus leyes), desprecia la tradición y ensalza incondicional y acríticamente lo novedoso, que convierte la sexualidad en un juego, que no respeta la vida humana en sus etapas más vulnerables, que pisotea la conciencia moral de sus ciudadanos y los somete al arbitrio de sus ideales de sociedad de laboratorio, que a nadie interesan, y que ningún problema real resuelven? El ciudadano que delinque (sobre todo si nos centramos en determinados delitos, los eufemísticamente denominados «de género») es el producto de una sociedad que ha asumido que la sexualidad equivale a tomar un refresco: se puede hacer cuando se quiera, como se quiera, y con quien se quiera, y cuyo propio sinsentido es el que alimenta la violencia. Sí, sí, es así: el feminismo radical, que en el fondo (y en la superficie también) degrada a la mujer, la sexualidad banalizada (consecuencia del propio feminismo radical) y la degradación general que vienen sufriendo las relaciones interpersonales, conducen a esto, y SÓLO a esto.

Lo cortés no quita lo valiente: los sucesos son penosos, pero tengan por seguro que cada minuto de lamento, cada minuto de televisión con apariciones de políticos en manifestaciones de repulsa (¿contra quién? ¿contra su propia incapacidad?) o prometiendo la-nada (porque eso es lo que se ha hecho hasta ahora) en relación a la lucha contra la delincuencia, es un minuto perdido en analizar las causas verdaderas. Pero hasta en un tema tan sensible como es la delincuencia, decir la verdad escuece. Y no se trata de echar culpas, sólo de levantar una esquina de la alfombra para ver la porquería que alberga. Pero claro, esto es peligroso, porque se puede llegar a ver más porquería de la que se quiere que se vea. En definitiva, se buscan causas que poner sobre la mesa, pero causas que no dejen en mal lugar al que gobierna. Sólo una mentalidad así justifica el insulto a la inteligencia que supone que un servidor público diga, en plena era del “Estado-papá", que estos problemas se resuelven con “política social".

Yo se lo traduzco: lo que ese señor ha querido decir es: «Como somos incapaces de reconducir esta situación, porque en nuestro pecado ideológico llevamos la penitencia, mejor echar la culpa a “los otros": o sea, decir que España necesita del socialismo para superar el lastre de la tradición judeocristiana represiva y alienante».

Por eso, se necesitarían más dosis de “libertad” y “tolerancia” para luchar contra la delincuencia. Es mejor decir eso. Y es mejor, no porque resuelva los problemas, sino porque cuela mejor. Sólo por eso.

Javier de Miguel

4 comentarios

  
Asdrubal
Gracias por decir las cosas tan claritas, me ha gustado el análisis.

Pero, ¿qué podemos hacer más que quejarnos?, ¿un sistema educativo paralelo?

23/09/09 10:53 AM
  
Blanca
Como dice Maria Lourdes en su blog, las persecuciones no acaban con la Iglesia ni con nuestra fe ni la de nuestros hijos. Sí la apostasía silenciosa, como tantos califican a la de los países más cristianos de Europa. Dios sabe más.
23/09/09 2:06 PM
Asdrúbal,

Un primer paso para hacer "algo" es que la sociedad "cristiana" (los famosos 11 millones que van a misa cada domingo) sea consciente de la revolución ideológica en que estamos inmersos, a escala nacional pero también a escala planetaria.

Si ser conscientes de ello, se puede hacer poco o nada. Siéndolo, se pueden hacer algunas cosas más. CEn España hay católicos suficientes como para dar un voto de castigo mucho más que simbólico a los propagandistas de la revolución, tanto si vienen de la izquierda revolucionaria como de la derecha liberal.

Javier

http://contralanuevaera.blogspot.com
23/09/09 3:22 PM
  
un oyente de radio maria
exactamente,de acuerdo con tu carta.los cristianos tenemos que tener muy claro que pertenecemos a un partido(y no precisamente de derechas o de izquierdas)somos del partido de JESUCRISTO. ya va siendo ora de que aparezca un partido ,que aparezca en sus siglas la palabra CRISTIANO.Hemos de ser valientes.....
12/10/09 10:49 PM

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