InfoCatólica / Caballero del Pilar / Categoría: Entrevistas

7.08.25

Carlos Rodríguez: “Al conocer la TFP mi vida giró de repente y ahora quiero llevar la fe a todas partes”

Carlos Rodríguez Nauza nació en Málaga, Colombia. Economista, especialista en opinión pública, Máster en marketing. Nos cuenta breve su sencillo testimonio de conversión tras conocer la TFP (Tradición, Familia, Propiedad), asociación fundada por el pensador Plinio Corrêa de Oliveira.

¿Cómo fue su relación con la fe en la adolescencia?

Misa de domingo a las 7:00 a.m. porque mi mejor amigo no tenía opción y yo lo acompañaba a todas partes. No era devoto ni rebelde; era tibio. Como quien se queda en el borde de la piscina, con los pies en el agua, sin decidir si quiere nadar o salir.

Poco a poco, el agua dejó de parecerme interesante. No por desacuerdos con la fe, sino porque afuera había fiestas, carreras, chicas y ruido. Todo lo demás parecía más urgente, más entretenido. La vida cristiana me parecía lenta e ingenua.

¿Fue un rechazo frontal o más bien un olvido paulatino?

No me caí del caballo como San Pablo ni tuve una crisis existencial. Siento que fue más bien la Virgen quien, con guante de seda, me fue conduciendo en silencio. Nunca perdí la fe pero tampoco la cultivaba.

¿Y cuándo empezó el giro?

Recién entrado a la universidad, conocí a la TFP. Me invitaron a campañas, actividades, viajes. La verdad, al principio no me interesaban los temas. Pero el ambiente me encantaba.

Una vez, volvimos de una campaña en Brasil. Habíamos dormido mal, el calor era insoportable y los organizadores exigentes. En el avión, todos nos quejábamos… pero todos queríamos repetir. Hasta hoy recuerdo cada día de esas campañas y en cambio no tengo mucho para contar de los periodos de comodidad. Ese fue mi primer chispazo de conversión: el gozo profundo de la unión con Dios incluso en circunstancias de dificultad y sufrimiento.

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6.08.25

Inmaculada Bordas nos habla de Yo soy, un libro para que los niños se enamoren de la Eucaristía

Inmaculada Bordas Roldán es filóloga hispánica, profesora de Lengua y Literatura y madre de siete hijos. Como editora de Papel de Plata, fundó una editorial católica que combina su pasión por la lectura, la catequesis y la docencia. Ha escrito álbunes infantiles como Ni de noche ni de día y Yo Soy / Vosotros Sois, que transmiten valores cristianos con belleza, sencillez y propuestas visuales atractivas. Su obra busca evangelizar desde la infancia, acompañando a las familias y educadores con historias que despiertan el amor por Dios y el deseo de santidad. Es también catequista con experiencia y colabora desde el corazón de la fe, promoviendo la lectura y la belleza como herramientas para formar el alma.

¿Por qué decidió escribir un libro religioso para niños?

Soy una enamorada de la fe y de la infancia. Tengo siete hijos preciosos, dos en el cielo y cinco en la tierra y mi misión como madre es trasmitirles la alegría de creer en Dios y vivir y celebrar en su Iglesia para que sean santos. Como docente me apasiona poder enseñar a otros, especialmente desde que soy madre, a los más pequeños.

¿Por qué hace paralelismo entre el Yo soy de Jesús y vosotros sois que dice a sus discípulos?

¿Quién mejor que el mismo Jesucristo para que nos descubra quién es Él? En la Palabra de Dios, Dios mismo se hace presente y nos habla al corazón. Nadie puede amar a quien no conoce. Gracias a los Yo soy de Jesús podemos contemplar y ver quiénes somos nosotros por su gracia. Ser amigos de Jesús, su linaje escogido, sus ovejas…tiene un valor espiritual muy profundo. Irremediablemente cuando uno descubre quién es Jesús para él se hace la pregunta y yo, ¿quién soy? Y Jesús que nos quiere en comunidad nos da un Nosotros.

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5.08.25

Jorge Pizarraya, escultor sevillano que con su arte glorifica a Dios y sirve a su Iglesia

Jorge Pizarraya. Escultor e imaginero. Formado en Artes y Oficios de Sevilla y de forma autodidacta. Dedicado a la escultura e imaginería. Especializado en bustos tanto religioso, civil y de retratos.

¿Por qué decidió estudiar Artes y Oficios y cómo le enriqueció hacerlo?

Jamás fui un buen estudiante y realmente terminar en la escuela de arte oficio aquí en Sevilla fue una casualidad muy bonita. Cursé el grado superior de dorado, plateado y policromado, aunque realmente no lo finalicé al faltarme una asignatura, dibujo técnico.

Mientras cursaba ese grado me cogió de por medio la dura etapa del COVID 19. En ese mismo año, en el año del COVID encerrado en mi cuarto comencé a modelar y de forma autodidacta empecé a aprender por mi cuenta.

Comencé a subir vídeo a redes sociales los cuales se viralizaron ya que la gente le gustaba lo que hacía y me compartían. Entonces fue ahí cuando me di cuenta de que Dios me había hablado y ya había elegido un camino para mí…la escultura… la imaginería.

¿Por qué se decantó por la escultura?

Realmente fue algo que no busqué, surgió solo…Siempre he pensado que Dios está detrás de todo esto. Es un medio donde se une lo manual, lo artístico y lo espiritual. La escultura me permite expresar lo invisible a través de lo visible, dar forma a lo que no se puede decir solo con palabras. Me fascina su capacidad de evocar presencia, emoción y oración. La escultura religiosa es una forma de evangelizar sin necesidad de leer.

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4.08.25

Teté Esteban, joven pintora, vive su vocación artística como un regalo y un servicio a Dios y a los demás

Teté Esteban Díaz es una artista madrileña de 22 años cuya obra se mueve entre la fe, la naturaleza y la familia. Actualmente participa en exposiciones en Madrid y realiza encargos personalizados. Cree firmemente que el arte es una constante en la vida… un lenguaje para evangelizar y un modo de rezar. Vive su vocación artística como un regalo y un servicio a Dios y a los demás.

¿Cómo nace su afición a la pintura?

Pinto desde que tengo memoria. Desde pequeña me pasaba el día inventando dibujos para regalárselos a mis padres y hermanos. Con mis hermanos pequeños, dejábamos dibujos escondidos bajo sus almohadas para sorprenderlos, ¡nos hacía muchísima ilusión! Mi madre es profesora de infantil, y pasábamos muchas tardes juntas haciendo manualidades. Recuerdo especialmente una mesita pequeña que movíamos del cuarto de juegos a la cocina, y allí nos pasábamos horas pintando mientras ella cocinaba.

La afición se fue fortaleciendo cuando, en sexto de primaria, mi abuela Loles me apuntó a una academia de pintura. Era un momento muy bonito porque, siendo la mayor de siete hermanos, me hacía sentir muy especial. Los viernes, mi abuela me venía a buscar con la merienda preparada y me llevaba a clase. Allí empecé a aprender técnicas y descubrí lo mucho que disfrutaba pintando. Ella me contó que sus padres habían sido muy artistas, y aunque en mi familia cercana no hay más pintores, eso despertó en mí la ilusión de continuar. Desde entonces, no he dejado de pintar.

Hace tres años, Javier Pinilla me ofreció pintar en su taller, y gracias a eso he podido disfrutar y enriquecerme artísticamente de su experiencia como arquitecto y artista. Le estoy muy agradecida.

¿Qué supuso para usted hacer las ilustraciones de los Christmas de Navidad?

En el colegio, cada año participaba en el concurso de dibujo de Navidad, algo que esperaba con mucha ilusión. Con los años, se ha convertido en una tradición personal. Ilustrar la Navidad es para mí una forma de oración: me ayuda a contemplar el misterio del Nacimiento con profundidad y con ternura.

Cada año, al acercarse el Adviento, empiezo a pensar cómo representar esa escena: Dios haciéndose niño, en un pesebre, rodeado de silencio, de amor y de esperanza. Es un testimonio de fe. Trato de cuidar cada detalle: los colores, los gestos, la luz… para que quien lo reciba pueda percibir algo más que una postal; que sienta una invitación a detenerse, a mirar, a rezar.

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1.08.25

María Saavedra habla de su libro «América es nombre de mujer», sobre las mujeres que forjaron el continente

María Saavedra Inaraja. Doctora en Historia de América por la Universidad Complutense de Madrid (1998), actualmente es Profesora Titular de Historia de América en la Universidad CEU San Pablo (Madrid). Dirige la Cátedra Internacional CEU Elcano. Historia y Cultura Naval, desde su creación en julio de 2019. Es autora de numerosos trabajos sobre temas vinculados con las poblaciones indígenas de América, así como en aspectos de la historia de las ideas americanas. Cabe destacar títulos como La mujer en la América prehispánica, Una princesa inca en Trujillo Francisca Pizarro Yupanqui, legado de la nobleza inca y la sangre española,Indigenismo y Evangelización. La primera expansión del cristianismo en América,Los frailes cronistas y el nacimiento de la antropología o El mercedario Martín de Murúa y su visión de la mujer andina.La editorial Ciudadela publicó su primera novela histórica, El capitán de la Victoria. Letras desde la mar de Juan Sebastián Elcano.

Ha realizado estancias de investigación en Lima, Montevideo y Buenos Aires. Ha recibido varios premios y distinciones, y en 2020 fue condecorada con la Gran Cruz al Mérito Naval.

¿Por qué un libro titulado América es nombre de mujer?

Tiene un doble sentido: por una parte, descriptivo, puesto que a lo largo de sus páginas se relata la vida de mujeres muy diferentes que contribuyeron a forjar ese mundo que hoy conocemos como América.

Pero el origen de este título es más bien el intento de crear una metáfora. Mi punto de partida es que América, tal como la conocemos hoy, comenzó a gestarse en 1492. Antes de aquella fecha no existía nada que pudiéramos llamar América. En realidad, en aquel nuevo continente no encontramos un todo desde el punto de vista cultural o político. El Nuevo Mundo era un gigantesco solar, poblado por grupos muy diversos. Algunos, como los que encontró Cristóbal Colón en el área Caribe, apenas habían llegado a desarrollar sociedades primitivas. Por otra parte, tenemos los grandes estados continentales, la confederación azteca y el imperio de los incas.

Para cada una de estas sociedades, el mundo era “su” mundo. No existía cohesión entre todos ellos, y desde luego no se sentían parte de un todo común. Se comienza a forjar esa comunidad con la llegada de los españoles. Es entonces cuando aquellos pueblos comienzan a tener rasgos que los identifican (no igualan) como son la lengua, la cultura, el alfabeto latino, la relación católica…

ES esta visión la que me llevó a la metáfora que he mencionado antes: América es la madre que, a partir de 1492, da a luz una nueva realidad. Y este parto es doloroso, claro que sí; en ocasiones traumático y violento. Muchas veces es fruto de la llamada inculturación: la cultura cristiana renacentista se expande sobre toda aquella realidad humana, elevando muchos elementos que, en la medida que son compatibles con esa cultura que importan los españoles, contribuyen a crear esa cultura mestiza, que es resultado de ese simbólico parto.

¿Por qué en la historia de América especialmente han pasado a la posteridad los hombres en general (guerreros, conquistadores, misioneros…)?

Esto ha sido así como en todas las sociedades anteriores al siglo XX. Tradicionalmente se ha construido una historia de carácter político: decisiones de gobernantes -hombres en su mayoría-, conflictos entre pueblos llevados a cabo por guerreros -hombres- legislación redactada por hombres, rituales religiosos presididos por hombres… No podemos negar que esto ha sido así. ¿Hay excepciones? Por supuesto, no podemos olvidar a una de las mujeres que aparecen en el libro, Isabel I de Castilla. Su gobierno marcó el destino de España y, en mayor medida, el de América y el del mundo.

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