Carlos Rodríguez: “Al conocer la TFP mi vida giró de repente y ahora quiero llevar la fe a todas partes”

Carlos Rodríguez Nauza nació en Málaga, Colombia. Economista, especialista en opinión pública, Máster en marketing. Nos cuenta breve su sencillo testimonio de conversión tras conocer la TFP (Tradición, Familia, Propiedad), asociación fundada por el pensador Plinio Corrêa de Oliveira.

¿Cómo fue su relación con la fe en la adolescencia?

Misa de domingo a las 7:00 a.m. porque mi mejor amigo no tenía opción y yo lo acompañaba a todas partes. No era devoto ni rebelde; era tibio. Como quien se queda en el borde de la piscina, con los pies en el agua, sin decidir si quiere nadar o salir.

Poco a poco, el agua dejó de parecerme interesante. No por desacuerdos con la fe, sino porque afuera había fiestas, carreras, chicas y ruido. Todo lo demás parecía más urgente, más entretenido. La vida cristiana me parecía lenta e ingenua.

¿Fue un rechazo frontal o más bien un olvido paulatino?

No me caí del caballo como San Pablo ni tuve una crisis existencial. Siento que fue más bien la Virgen quien, con guante de seda, me fue conduciendo en silencio. Nunca perdí la fe pero tampoco la cultivaba.

¿Y cuándo empezó el giro?

Recién entrado a la universidad, conocí a la TFP. Me invitaron a campañas, actividades, viajes. La verdad, al principio no me interesaban los temas. Pero el ambiente me encantaba.

Una vez, volvimos de una campaña en Brasil. Habíamos dormido mal, el calor era insoportable y los organizadores exigentes. En el avión, todos nos quejábamos… pero todos queríamos repetir. Hasta hoy recuerdo cada día de esas campañas y en cambio no tengo mucho para contar de los periodos de comodidad. Ese fue mi primer chispazo de conversión: el gozo profundo de la unión con Dios incluso en circunstancias de dificultad y sufrimiento.

¿Cómo cambió su vida después de ese momento?

Entendí que la fe no podía vivirse solo en vacaciones o en Semana Santa. Si había encontrado ese tesoro, tenía que llevarlo conmigo a todas partes: a casa, al trabajo, a mi vida entera. Ahora sin el freno de querer jugar seguro.

¿Qué es lo que más disfruta ahora de su trabajo?

La creatividad. La estrategia. Y sobre todo el hecho de que puedo ser un puente. Me gusta pensar que, a través de una campaña bien diseñada, alguien puede encontrarse con una misión o causa que le cambie la vida… como a mí me pasó, sin que nadie se lo propusiera. No soy un místico. Soy un marketero que reza, cree en los sacramentos, que en vez de vender zapatos o seguros, quiere promover causas que resuenen con mi fe de una manera más directa.

¿Cómo vive la presencia de Dios en todo lo que hace? 

Diría que lo vivo como quien ha descubierto un tesoro y, aunque no siempre lo contempla de frente, lo lleva consigo a todas partes. La presencia de Dios no siempre se manifiesta en emociones intensas, pero está ahí, como un hilo silencioso que conecta mis decisiones, mis proyectos y hasta mis silencios. Para mí, Dios no es algo que se “agrega” a la vida, sino alguien que le da forma. Después de haber probado una fe “tibia” en la adolescencia, y haber sentido la diferencia entre una vida cómoda y una vida ofrecida, entendí que no puedo dejar a Dios solo para los momentos religiosos. Si Él es real, lo tiene que ser en todo: en el trabajo, en el esfuerzo, en la creatividad y en las campañas que diseño.

¿En qué medida es importante su testimonio de fe en medio del mundo? 

No soy perfecto, ni pretendo dar cátedra con mi testimonio, pero sé que mi vida tiene que decir algo. No necesariamente con palabras piadosas, sino con coherencia, con alegría, con sacrificio. Vivimos en un mundo saturado de eslóganes y promesas vacías. Por eso creo que un testimonio auténtico —aunque imperfecto— puede abrir más puertas que muchos discursos. Si alguien ve que vivo con sentido, que enfrento la dificultad con esperanza, que hay una luz de fondo que no se apaga, quizás se pregunte de dónde viene. Y ahí empieza algo.

¿Cómo es la alegría de tener un sentido profundo en toda su jornada?

La alegría de vivir con un sentido profundo no es euforia constante, es otra cosa: es saber que incluso el cansancio tiene valor y que hasta los fracasos pueden ser ofrecidos. Ningún esfuerzo está solo. Eso le da peso a cada jornada, pero no un peso que aplasta, sino uno que enraíza. Que sostiene. Que da frutos donde antes solo había urgencia, ruido y prisa.

Por Javier Navascués

6 comentarios

  
Felipe Barandiaran
Testimonio que rebosa autenticidad. Así son las cosas en la vida. Un testimonio que te hace pensar. Gracias por tu sinceridad.
07/08/25 9:55 AM
  
Lucía Victoria
¿Y qué es la TFP?
07/08/25 10:14 AM
  
santarosadelima
Tradición es el pasado fecundado por la Iglesia Católica y el Evangelio
modelando la sociedad civil.
Familia es el fundamento de toda sociedad bien formada.
Propiedad es el fruto del esfuerzo de las familias que atesoran bienes
espirituales y económicos.
Las TFPs son sociedades civiles cuyo fin son la preservación y promoción
de la Tradición, la Familia y la Propiedad atacadas especialmente por el
Liberalismo y el Comunismo.
07/08/25 2:19 PM
  
Juan Montes
Una entrevista con autenticidad y sin pretensiones. Felicitaciones!
07/08/25 11:18 PM
  
Gregorio
TFP
TRADICCIÓN, FAMILIA, PROPIEDAD.
LOS CONOCÍ, ALLÁ POR LOS AÑOS 70
SON LOS LLAMADOS HOY
LOS HERALDOS DEK EVANGELIO.
SE CREÓ EN CAEIRAS, BRASIL Y SE HAN EXTENDIDO POR TODO EL MUNDO.
La revista mensual que editan, es de lo mejor en temas y profunidad eclesial.
S.O.S. FAMILIA, entidad sin ánimo de lucro con sede en Madrid, esta .uy unida al pensamiendo del fundador Plinio Coreia de Oliveira.
Su amor a la Virgen, Salvadme reina de Fátima,
Lo llevan a lugares, cárceles, hospitales, asilos y su labor es inmensa.
Soy un entusiasta de ellos y os lo recomiendo.
Salve María.
08/08/25 3:48 PM
  
Andrés Gómez
De la TFP que habla Carlos Rodríguez, es la que aún mantiene el legado de Plinio Corrêa de Oliveira, y no son los heraldos.
Vale la pena aclarar este punto.
¡Salve María!
13/08/25 5:13 AM

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