Calderón, tras la prohibición de rezar en el Valle: “Ante la tiranía del Gobierno, solo cabe desobedecer”

Afirma que el Gobierno pretende infectar el lugar sagrado del Valle con su serrín ideológico

Entrevistamos nuevamente al responsable del Rosario de Ferraz, Jose Andrés Calderón, ante la prohibición de rezar en el Valle, otro gran atropello de un Gobierno totalitario. Calderón tiene claro que “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5,29) y que “nadie puede servir a dos señores” (Mateo 6,24). Nunca aceptarán órdenes que vayan contra Dios o que supongan una ofensa a la Fe. No se doblegarán ante los opresores y sus servidores. Frente a la tiranía, solo cabe la desobediencia.

¿Por qué decidieron ir a rezar el Rosario al Valle de los Caídos? ¿Cuánto tiempo lo llevan haciendo y con qué frutos?

El proceso de profanación de la Basílica del Valle de los Caídos se está consumando. Desgraciadamente, este proceso, que comenzó con la exhumación del General Franco, está avanzando con unas obras destinadas a destruir las escaleras de la explanada y abrir un foso, de paso obligado para quienes deseemos acceder al interior del templo. Con ello, el Gobierno pretende infectar este lugar sagrado con su serrín ideológico, impidiendo además la entrada por la puerta santa, que quedará cerrada a los fieles.

Por todo ello, desde el Rosario de Ferraz se decidió dar un paso al frente. Ya dijimos que la familia del Inmaculado Corazón de María acudiría, con el Rosario en la mano, a cualquier lugar donde fuese necesaria la oración en defensa de la Fe. Esta lucha es de todos los cristianos. No podemos exigir responsabilidades a los partidos políticos si nosotros mismos permanecemos en casa.

En este sentido, somos conscientes de que la mejor forma de defender el Valle sería llenando la explanada de católicos rezando a la Santísima Virgen María. Una imagen de miles de fieles, en silencio, en recogimiento y en oración, implorando a nuestra Madre del Cielo que proteja esta Basílica de cualquier injerencia ideológica contraria a la Fe, sería profundamente elocuente y de enorme impacto. Imágenes así darían la vuelta al mundo y exigirían una respuesta del Vaticano. Y, por supuesto, no olvidemos que Cristo y María jamás hacen caso omiso a nuestras plegarias.

Por el momento, hemos rezado en tres ocasiones y hemos convocado de forma permanente un Rosario público en la explanada de la Basílica todos los primeros domingos de mes a las 12:15 (después de la misa de 11). En cuanto a los frutos, podemos afirmar que varios centenares de miles de personas han visto, a través de Instagram, X y YouTube, que se ha estado rezando y lo que está sucediendo. Una absoluta barbaridad. Y no me cabe la menor duda: esta oración ayudará a detener la profanación.

¿Esperaban esta prohibición que es un verdadero atropello a la libertad de los católicos?

Todo es esperable hoy en España. En el Santuario del Inmaculado Corazón de María hemos experimentado toda clase de situaciones estrafalarias y de corte claramente tiránicos: multas, prohibiciones, acoso… Pocas cosas pueden ya sorprendernos en una nación donde se permiten actos abiertamente obscenos o la apología de asesinos y terroristas, mientras que se amenaza con penas de prisión a quienes simplemente rezan ante un abortorio. De hecho, hace apenas un mes, el 17 de noviembre, se celebraron en Vitoria los primeros juicios por el mero hecho de rezar frente a uno de estos mataderos.

Era consciente de que, al organizar un acto de oración en el Valle de los Caídos, quienes trabajan para sofocar cualquier expresión pública de Fe harían todo lo posible para impedirlo. Otras prohibiciones y comunicados, sinceramente, no los esperaba. Ya me entiendes.

Durante estos dos años en los que he decidido impulsar manifestaciones públicas de Fe, he comprobado que lo que más incomoda a los poderosos es precisamente la oración comunitaria en la calle. A diferencia de algunos cristianos, quienes se afanan en construir la civitas terrena conocen muy bien el inmenso poder espiritual del Santo Rosario. Por ello buscan, con todos los instrumentos a su alcance, impedir que se rece.

¿Quien está en última instancia detrás de la prohibición?

La prohibición fue comunicada por el jefe de seguridad de Patrimonio Nacional, acompañado por siete guardias civiles que permanecían apostados en lo alto de las escaleras. Mientras preparaba todo, se presentó para informarme de que este Rosario no estaba autorizado y que, por favor, no lo llevase a cabo. Además, me indicó que no se podían grabar imágenes de un edificio perteneciente a Patrimonio Nacional. La escena fue, sencillamente, grotesca. Un completo despropósito.

Obviamente, en mi opinión, detrás de esta actuación contra la expresión pública de la Fe se encuentra el Gobierno. No olvidemos que actualmente todo el recinto está bajo la custodia de funcionarios de Patrimonio Nacional y de la Guardia Civil que, al controlar las puertas de acceso, gestionan el lugar a su criterio, evitando cualquier iniciativa que consideren inconveniente.

¿Por qué han decidido rezar sin tener en cuenta la prohibición?

Nadie puede prohibirnos rezar en ningún lugar. Y mucho menos en la explanada de una Basílica. Los cristianos tenemos claro que “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5,29) y que “nadie puede servir a dos señores” (Mateo 6,24).

Resulta grotesco que un mero mortal pretenda negarnos la posibilidad de rezar a nuestra Madre del Cielo, alegando además que carecemos de autorización o que la oración podría “molestar al turismo”. Se olvida que no estamos hablando del Palacio Real ni de la Galería de las Colecciones Reales: nos encontramos en la Casa de Dios, que no debe ser destinada al turismo tout court. Él es el único dueño y soberano de este lugar, y jamás debemos olvidarlo.

Nunca aceptaremos órdenes que vayan contra Dios o que supongan una ofensa a la Fe. No podemos doblegarnos ante los opresores y sus servidores. Frente a la tiranía, solo cabe la desobediencia.

¿Cómo valora el agravio comparativo cuando permitieron recientemente la execrable manifestación de Bildu contra lo que simboliza ese santo lugar?

En realidad, no estamos ante un simple agravio comparativo. A mi juicio, el acto de exaltación de personas vinculadas al terrorismo llevado a cabo por Sortu, los cachorros políticos de Otegui, forma parte de la campaña de profanación y de hostilidad hacia lo que representa el Valle que está impulsando el Gobierno de Pedro Sánchez.

De hecho, no acudieron solos. Les acompañó la BBC y, según se ha sabido, Patrimonio Nacional estaba al corriente de que iban a grabar. ¿Por qué no actuaron? ¿Lo ignoraban realmente? ¿Por qué la Guardia Civil no cerró los accesos, una vez producido el acto de profanación de carácter filoterrorista, para identificar y sancionar a los participantes? Sobre esto casi nadie dice nada.

Muchas preguntas y muchos interrogantes que, en realidad, conducen a una misma conclusión: frente a quienes desean destruir la Fe en España y desacralizar el Valle de los Caídos, solo nos queda la acción. Es necesario dar un paso al frente y hacer cuanto esté en nuestras manos. Por ello, el 4 de enero estaré en las escaleras de la explanada de la Basílica del Valle de los Caídos para rezar por su protección. Ojalá seamos muchos más.

Por Javier Navascués