Monseñor Aguer: “Hoy no se denuncian los males morales de la sociedad por falta de fe y virilidad”

El prelado afirma que hoy, más que nunca, es la hora de héroes y santos
Monseñor Héctor Aguer. Arzobispo Emérito de La Plata Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias y Artes de San Isidro. Académico Honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino.
El prelado, columnista destacado de InfoCatólica, desde hace más de una década, recibió el pasado 18 de octubre el premio «Educar es servir», que discierne el Instituto José Manuel Estrada, de Rosario. El reconocimiento le fue entregado en el Hogar Sacerdotal de la ciudad de Buenos Aires, donde reside el arzobispo.
¿Qué supone para su excelencia este premio Educar es servir?
Lo acepto, con gratitud, porque proviene del Instituto José Manuel Estrada, de Rosario, que viene trabajando, con ahínco, desde hace varios años, en el anuncio del Evangelio; especialmente en los ámbitos culturales. José Manuel Estrada fue un gran educador católico, argentino; que, a finales del siglo XIX, junto a otros seglares lúcidos y valientes como Pedro Goyena, Emilio Lamarca y Apolinario Casabal, entre otros, luchó por la libertad de enseñanza en nuestro país, frente a la embestida liberal y masónica de entonces, que propugnaba la “educación laica". Los laicistas de ayer, hoy y siempre, en el fondo son anticatólicos. Les dan la bienvenida a las más disímiles pedagogías y perspectivas antropológicas; siempre cuando no tengan nada que ver con las enseñanzas de la Iglesia.
Durante toda mi vida he tratado de educar conforme a lo que Cristo nos manda. Lo he tomado, por cierto, como un servicio; con mucho de Cruz. Comparto, entonces, esta distinción, con todos los obispos, sacerdotes y seglares que, en la Iglesia, no se cansan de anunciar el Evangelio, sin descuentos, ni medianías; incluso en ámbitos declaradamente hostiles hacia el Señor y su única Iglesia. Vivimos en tiempos de emergencia antropológica y educativa. Urge poner en el centro a Dios. Porque si no hay lugar para Él, obviamente, tampoco hay lugar para el hombre.
¿Qué representa para usted colaborar durante tanto tiempo en el medio español “InfoCatólica"?
Un honor, y una alegría. Conozco a su fundador, el querido padre José María Iraburu, desde hace muchos años. Gracias a su Fundación “Gratis Date", una infinidad de libros pudieron llegar, gratuitamente, a Iberoamérica; y ayudar a la formación de seminaristas, religiosos, consagrados y seglares. Además, su libro “Hechos de los apóstoles de América” es de inevitable referencia a la hora de investigar el descubrimiento y la evangelización de “esta España de la otra orilla". Hace más de una década que “InfoCatólica” publica mis artículos y ensayos; y llegan, así, a distintas partes del mundo.
Todo el tiempo recibo mensajes de obispos, sacerdotes y seglares, de diversos países, con comentarios de mis trabajos. Gracias a este portal Cristo y su Iglesia son más conocidos y valorados. Y mantenerse fiel a la sana doctrina es una garantía de que el verdadero mensaje católico se transmite con honestidad y sin ideología. En lo personal, también, valoro mucho los reiterados gestos de afecto y cercanía que, tanto el padre Iraburu; y sus colaboradores más cercanos, como Juanjo Romero y Luis Fernando Pérez Bustamante, tienen conmigo.
¿Por qué un obispo tiene específicamente la misión de enseñar, de evangelizar?
Porque así lo manda Jesucristo. No es una labor opcional, ni secundaria. Tiene que ver con el munus docendi, propio del obispo; junto con el munus regendi, y el munus sanctificandi. Jesús es clarísimo: Id, y haced que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado (Mt 28, 19-20). Nótese que dice: Enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado (Mt 28, 20). Y todo, es todo. No sólo lo que es fácil o “políticamente correcto". Más que nunca, la Iglesia -y, de modo especial, quienes integramos su Jerarquía- está llamada al anuncio claro, preciso, a tiempo y a destiempo de todo lo que manda el Señor.
¿Qué importancia tiene a su juicio la evangelización de la cultura?
La Iglesia incluye la educación en su mensaje evangelizador. Evangelizar es enseñar, transmitir la integridad de la doctrina cristiana. Por tanto, la Iglesia no puede ceder ese derecho, de cuyo ejercicio depende la presencia y la continuidad de la institución. De hecho, posee cientos de instituciones de enseñanza. En Argentina, en las primeras décadas del siglo pasado, se hizo un gran aporte con los famosos Cursos de Cultura Católica; en el que participaron grandes figuras del clero de nuestro país, como el padre Julio Meinvielle, y el padre Leonardo Castellani. Y seglares destacados en la filosofía, la literatura y otras artes, como Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges. Lamentablemente, tras su interrupción, no hubo otras iniciativas de envergadura. La triste realidad es que, en nuestro país, la Iglesia está totalmente ausente de las vigencias culturales. El “extremismo de centro” de su episcopado -que no quiere quedar mal ni con la “derecha” ni con la “izquierda"- ha reducido casi hasta la inexistencia el mensaje eclesial.
¿Por qué en estos tiempos no todo el mundo se atreve a denunciar con contundencia los males morales de la sociedad?
Porque suele faltar fe y virilidad. La masonería, el globalismo y sus “agendas” prácticamente tienen a sus pies a casi todas las organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas, UNICEF, la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, y otras. Hay mucho dinero para que se difundan mensajes perversos; y se callen las voces contrarias al “pensamiento único". Además, ciertos “diálogos” mal entendidos llevan casi al silenciamiento del mensaje cristiano. O a su licuación, rayana con la insignificancia. Allí donde la fe crece, con la semilla de los mártires, como está ocurriendo actualmente en África, se anuncia con claridad a Jesucristo; y no se cae en componendas con lo mundano y hasta lo antinatural. Más que nunca, es hora de héroes y santos.
Por Javier Navascués
7 comentarios
Sara Sanchez
Gracias, Don Javier, por esta entrevista.
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