Jose Andrés Calderón ante la blasfemia de Francia: “Ni un paso atrás en defensa del honor de Dios”
Reflexionamos con el responsable del Rosario de Ferraz sobre el acto de reparación que realizaron ante la repugnante blasfemia cometida a primeros de mes en una iglesia de Francia.
¿Por qué usted, representando al Rosario de Ferraz, decidió desplazarse a Francia a reparar una repugnante blasfemia?
Lo que ocurrió en la iglesia de la localidad francesa de Arbérats-Sillégue fue de una gravedad extrema. La “humorista” Ane Lindane se subió al altar para simular una masturbación mientras profería todo tipo de insultos contra lo sagrado, en medio de un aquelarre satánico al que asistieron unas 200 personas.
La profanación fue recogida por numerosos medios de comunicación. Sin embargo, la reacción de la Iglesia institucional —salvo contadísimas y honrosas excepciones— fue el silencio. Ni un comunicado, ni una oración pública de desagravio, ni mucho menos un acto de reparación. Un silencio incomprensible que debería avergonzarnos y llevarnos a una profunda reflexión sobre la situación espiritual en la que nos encontramos.
Frente a esta omisión, decidimos —dos personas conscientes de nuestro deber como católicos— levantarnos muy temprano y desplazarnos hasta ese pequeño municipio galo, tristemente conocido por su connivencia con el filoterrorismo etarra, para hacer lo que cualquier fiel debería hacer en un caso así: dar testimonio público de su fe. Y lo hicimos de la mejor forma posible: rezando el Santo Rosario y ofreciendo una oración de reparación a Dios, gravemente ultrajado por esta abominación.
¿Hasta qué punto es grave cometer esas inmundicias en el altar de un templo católico?
Nada hay más grave que profanar la Casa del Padre. Subir al altar, al lugar donde se actualiza el sacrificio redentor de Cristo por nuestros pecados, para cometer actos obscenos y blasfemos, es una afrenta directa a Dios y un acto de impiedad extrema.
La autora del sacrilegio era perfectamente consciente de la gravedad de lo que hacía. Así lo demuestran sus propias palabras posteriores, cuando subrayó que la acción se realizó en una “iglesia no desacralizada”. Es decir, reconoció explícitamente que el lugar seguía siendo sagrado. Esa afirmación desmonta cualquier intento de justificar lo sucedido como simple “provocación artística”.
No se trató solo de un acto grotesco, sino de una agresión cuidadosamente premeditada contra Dios y Su Iglesia. Y ese hecho debe alarmarnos. Una sociedad que permite, normaliza o incluso aplaude el ultraje a Dios es una sociedad profundamente enferma, espiritualmente corrompida.
No es casual que se pretenda despenalizar el delito contra los sentimientos religiosos, ni que esta mujer haya podido cometer semejante profanación en Francia sin consecuencias legales. Estamos en una guerra espiritual abierta, y los hijos de las Tinieblas lo saben bien. Utilizan los instrumentos legales, mediáticos y culturales a su alcance para silenciar a los católicos comprometidos que rezan frente a los abortorios, mientras promueven o toleran ataques directos a lo más sagrado: nuestros templos, la Virgen María y el mismísimo Jesucristo.
¿Es todo esto fruto de la casualidad?
En absoluto. Saben perfectamente a quién sirven y el poder tenebroso que tiene la profanación cuando no se responde con firmeza, reparación y oración. Por eso, hoy más que nunca, los fieles debemos despertar, dar la batalla espiritual y, sobre todo, no ceder ni un palmo en la defensa del Honor de Dios.
¿Por qué en muchos casos el odio a la fe y el odio a España convergen en muchos sujetos?
El leitmotiv es que España y la Fe católica son realidades inseparables. Nuestra historia, nuestra identidad y nuestra razón de ser como nación están profundamente ancladas en el cristianismo. Por eso, quienes odian a España lo hacen tpor lo que representa espiritualmente.
En muchas regiones donde el nacionalismo ha sustituido a la fe, lo que ha quedado es una sociedad espiritualmente vacía, rota, sin esperanza y sin horizonte. Esta religión política funciona como un nefasto sustitutivo del catolicismo: promete comunidad, identidad y sentido… pero sin Dios. Y eso siempre termina en idolatría y odio.
No es casualidad que España haya despertado tanta hostilidad a lo largo de la Historia. Durante siglos fue la vanguardia de la Cristiandad, una alternativa al proyecto revolucionario y secular del mundo moderno. Representó un baluarte frente a la disolución de la moral cristiana y una defensa activa de la Verdad revelada.
Por eso hoy, más que nunca, el odio a España y el odio a la Fe convergen: porque son dos formas de rechazar a Cristo y a todo lo que nos recuerda que fuimos.
¿Por qué hay obligación moral de reparar las blasfemias?
Los católicos estamos llamados a ser soldados de Cristo. La fe es milicia y en estos tiempos históricos vivir ajeno a los ataques que está sufriendo nuestra Fe no solo es una irresponsabilidad, sino un acto de egoísmo. Nuestros mayores referentes, que deben ser los santos, son un testigo de cómo muchos de ellos perdieron su vida terrenal por no doblegarse con los blasfemos.
Todos entendemos que, si alguien insultara a nuestros padres terrenales, no dudaríamos en defender su honor, incluso con firmeza. ¿Por qué entonces vamos a permanecer mudos o paralizados cuando se blasfema contra nuestro Padre del Cielo y contra nuestra Santísima Madre?
Existe una “ira santa” que nace exclusivamente del amor a lo sagrado. Cuando se nos ofende a nosotros, Cristo nos manda poner la otra mejilla. Pero cuando el ultraje se dirige a Dios, el propio Cristo —manso y humilde de corazón— no dudó en tomar el látigo para expulsar a los profanadores del Templo.
Santo Tomás no tuvo ninguna duda: “es digno de alabanza ser paciente en el sufrimiento de las propias injurias, pero soportar pacientemente las injurias contra Dios es la suma impiedad”. Suma Teologíca (II-IIæ Q136.4)
Reparar las blasfemias no es una opción para el católico: es una exigencia del amor verdadero. El que ama, defiende. El que cree, repara. Y el que honra a Dios, no tolera que Su Santo Nombre sea pisoteado con impunidad.
¿Por qué decidieron ir a Lourdes a rezar por los enfermos?
Decidimos acudir al Santuario de Lourdes porque es un lugar donde la Virgen María, Madre de Dios, quiso manifestarse para recordarnos el valor de la oración, la penitencia y la confianza en su intercesión. Allí rezamos por todos los miembros de la familia de Ferraz que estén sufriendo enfermedad, ya sea física o espiritual. En tiempos de oscuridad y sufrimiento, acudir a la Virgen es siempre un acto de fe y de amor, porque sabemos que Ella no abandona jamás a sus hijos.
Además, quisimos dar testimonio de que aún existen espacios sagrados que deben ser defendidos y reivindicados como verdaderos refugios del alma. En mitad de una Francia profundamente laicista e islamizada, lugares como Lourdes o La Salette son fortalezas vivas de la Fe. Mientras sigan en pie, mientras se rece en ellos con fervor, el mundo no estará del todo perdido. Allí donde aún se honra a Dios y a su Santísima Madre, hay esperanza y demuestra que el mal no tiene la última palabra.
¿Puede hablarnos del nuevo formato del Rosario de Ferraz?
Desde el mes de junio, el Rosario del Inmaculado Corazón de María continúa bajo un nuevo formato. Se mantiene la oración diaria a través de nuestro canal de YouTube, y también de forma presencial cada lunes en el Santuario, así como el primer sábado de mes y en las grandes festividades marianas.
Este nuevo formato permite desplazarnos a aquellos lugares donde la oración y la presencia católica son más necesarias. Así hemos podido ir a Arbérats-Sillégue, escenario de una grave profanación, o al Sagrado Corazón de Jesús en San Sebastián, vilmente atacado por Bildu y Podemos. También hemos rezado en una Pamplona que apenas guarda el reflejo de lo que fue. Este nuevo impulso nos permite llevar el Rosario allí donde la Fe es combatida, para ser testigos de Cristo y recordar que, mientras haya quien rece, Dios no será vencido.
¿Qué otras iniciativas tienen pensado llevar a cabo?
Vamos día a día. Escuchando lo que nos pide el Señor y atentos a sus señales. Solo Él sabe.
Por Javier Navascués
14 comentarios
Creo que hay algo que se entiende muy mal en los ambientes artísticos, y es que el progresismo es la opción correcta para el arte. Y, estoy de acuerdo en un sentido. Pero esto que vemos, señores míos, no es progresismo. Es otra cosa. Sería más acertado llamarlo fascismo rojo (que es lo que estamos viviendo desde hace decenios en España, una suerte de extremismo fascista con verborrea progresista). Esas personas que entraron en la iglesia y llevaron a cabo semejante despropósito, es claro que están fuera de la ley, pero no parece que haya el menor interés de aplicarla por parte de quienes ejercen la autoridad. Si esto hubiese ocurrido en una mezquita (pongamos por caso), la autoridad hubiese actuado de manera inmediata. Lo que nos lleva nuevamente a una situacion de doble moral.
Yo, por mi parte, no encuentro sin embargo que la respuesta sea ir a rezar el rosario. No digo que no esté bien hacerlo, simplemente creo que el rosario es un modo de orar personal o comunitario, pero no como una respuesta a este tipo de actos (u otros, de la índole que sea). Ir a rezar el rosario a esa iglesia es seguro una buena cosa, pero no es una respuesta de la sociedad, sino algo realizado por un grupo muy reducido de ciudadanos que tienen esas creencias. Pero aquí, la respuesta tiene que ser ante todo judicial. Es una profanación no solo de un templo: es la profanación de los sentimientos de una parte importante de la sociedad y una profanación de la convivencia de todos los ciudadanos, sean católicos o no.
Hay que empezar a evangelizar desde cero. Como si las tribus bárbaras paganas hubiesen llegado apenas ayer.
¿Caso único? No creo. Yo creo que este es el sentir de la mayor parte de los españoles. Por ejemplo, ante los acontecimientos de Francia, qué va a decir este bautizado, si dice que aunque en Derecho Canónico le hace gravemente responsable, a él el Derecho Canónico le importa cero y nada. Pues esta es la España que tenemos.
Nada hay más grave que profanar la Casa del Padre.
No se trató solo de un acto grotesco, sino de una agresión cuidadosamente premeditada contra Dios y Su Iglesia. Y ese hecho debe alarmarnos. Una sociedad que permite, normaliza o incluso aplaude el ultraje a Dios es una sociedad profundamente enferma, espiritualmente corrompida."
-----------------------
Por fin alguien que dice las cosas como son. Y nada de que la libertad de expresión, y los sentimientos de los católicos, y no nos permiten... etc. etc.
Las cosas claras: SE OFENDE A DIOS.
"Sin embargo, la reacción de la Iglesia institucional —salvo contadísimas y honrosas excepciones— fue el silencio. Ni un comunicado, ni una oración pública de desagravio, ni mucho menos un acto de reparación".
No es cierto. El día 2 de julio el obispo de Bayonne, Lescar y Oloron publicó un comunicado y convocó una misa de reparación del sacrilegio:
"Messe de réparation à Arbérats
2, Juil 2025
La messe de réparation du sacrilège commis dimanche 29 juin dans l’église Saint-Laurent d’Arbérats aura lieu mardi 8 juillet à 18h30".
Ver [diocese64 (punto) org]
Y tuvo lugar el día 8, concelebrada por no menos de cuatro sacerdotes y presidida por el vicario espiscopal:
"L'église d'Arbérats-Sillègue bondée pour une messe de réparation après le spectacle controversé d'Ane Lindane
Paul Nicolaï - Publié le mercredi 9 juillet 2025 à 4:00
Une centaine de paroissiens ont pris place dans la petite église d'Arbérats-Sillègue en Basse-Navarre ce mardi 8 juillet par une chaude fin d'après midi. À la demande de l'évêque de Bayonne, une messe dite de réparation s'est déroulée après le spectacle controversé de l'humoriste Ane Lindane".
Ver [francebleu (punto) fr].
Yo, por mi parte, no encuentro sin embargo que la respuesta sea ir a rezar el rosario. No digo que no esté bien hacerlo, simplemente creo que el rosario es un modo de orar personal o comunitario, pero no como una respuesta a este tipo de actos (u otros, de la índole que sea). Ir a rezar el rosario a esa iglesia es seguro una buena cosa, pero no es una respuesta de la sociedad,
________________________________
Pelagianismo en estado puro, caballero. Enhorabuena: no sólo ha cruzado usted con decisión la barrera del semipelagianismo, sino que además ha aparcado en doble fila en el mismísimo barrio pelagiano sin ni siquiera poner los intermitentes. Su comentario resume perfectamente esa vieja tentación de creer que las soluciones humanas, sociales o políticas pueden sustituir la oración y la reparación ante un sacrilegio. Lo suyo es admirable, porque ha logrado formular en una sola frase la misma tesis que San Agustín se pasó años refutando… pero con menos matices y con más aplomo. Ánimo, que con un poco más de empeño quizá hasta funda usted la Cofradía del Auto-Salvador, patrono de los que confían en su propio brazo antes que en la gracia. Para la próxima, por si acaso, no desprecie el rosario: es posible que funcione incluso mejor que su ingenio.
Y ahora nos dice que la respuesta tiene que ser “judicial”, como si los frutos de una futura acción judicial no dependieran al 100% de la oración por esa intención. Como si los jueces, los fiscales, los abogados y hasta la tinta de los autos se movieran por sí solos sin que antes el cielo mueva los corazones. Créame: hasta las sentencias más justas suelen empezar a redactarse en un rosario.
No es broma "loado"! su pensamiento es herético. Busque ayuda en un sacerdote ortodoxo
No es poca cosa que un chico joven, en una época en que abundan las excusas y las distracciones, dedique cada día a su canal de YouTube, a su rezo fiel y público, y arrastre con su ejemplo a tantos otros a redescubrir la fuerza de la oración y a renovar su fe. José Andrés nos recuerda, con sencillez y perseverancia, que el verdadero apostolado empieza en la rodilla doblada y en el corazón encendido.
Ojalá muchos otros sigan su estela y comprendan que, precisamente ahora, cuando el mundo parece correr en dirección contraria, es cuando más falta hace gente como él. Que Dios le bendiga y multiplique sus frutos.
— Un admirador de los que saben que el rosario mueve montañas.
PD. Dicho esto, conviene también recordarle, con cariño pero con claridad, que no es prudente ni justo hablar con tanta absolutidad al criticar al episcopado por un supuesto “total silencio”. La prudencia y la caridad también mandan cuidar las palabras, porque no siempre sabemos lo que se está haciendo discretamente ni cuánto bien se siembra sin hacer ruido. A veces el celo puede llevarnos a ver solo lo que falta y a olvidar que la Iglesia, incluso cuando no se nota, actúa y sostiene. Yo ofreceré mis oraciones por la falta de caridad de José Andrés.
Tú dices que los juicios se ganan rezando rosarios, si he entendido bien, a lo que respondo que no lo creo. Rezar rosarios para ganar un juicio es, como muchas otras cosas, más un deseo que una realidad. Si por rezar rosarios consiquiéramos lo que deseamos, estaríamos utilizando la magia, no la oración. Nunca he creido que se consiga nada práctico, orando. Y si se consiguiera, sería peor, porque entonces tendríamos un método infalible para conseguir nuestros deseos. Podríamos decir "no son nuestros deseos, son los deseos de Dios", a lo cual respondo que no, porque Dios no tiene deseos. La cosa no va por ahi. Poríamos extendernos muchisimo en este tema, pero no es el momento ni el lugar.
En todo caso, yo no saldria a rezar rosarios por la calle, porque la oración requiere recogimiento y silencio, ante todo. Además, rezar el rosario de ese modo puede parecer a muchos, incluso agresivo. No queremos que salgan los musulmanes a hacer lo mismo, ¿verdad? Si salen unos y salen otros, menuda se montaría. El rosario se reza en solitario, o se reza publicamente en una iglesia o en una ermita. Pero no a modo de manifestación por la calle. Hay que respetar la libertad de los demás a no rezar el rosario. O sea, que no. En eso no nos vamos a poner de acuerdo.
Saludos.
Jordan, me suena que eres sacerdote.
_____________________
Pues te suena mal.I'm pater familiae. Tengo de cura lo que tu de católico ortodoxo.
Loado sea Dios, con todo respeto pero con claridad: decir que rezar el rosario por la calle “es un atraso” demuestra, como mínimo, un desconocimiento serio de la realidad y de los frutos que ha dado esa devoción en la Iglesia. Nada más y nada menos que decenas de miles de fieles del Opus Dei —y muchísimos más fuera de él— rezan el rosario caminando al trabajo, de regreso a casa, de excursión o en romerías enteras donde se rezan tres rosarios seguidos. Y ahí están los frutos, caballero: conversiones, vocaciones, familias fortalecidas, santidad en medio del mundo. No parece que San Josemaría, ni los miles de santos anónimos que siguen esa práctica, consideren que sea ningún atraso. Más bien, es un avance en gracia, fe y caridad.
Así que, antes de despreciar lo que generaciones de cristianos han hecho y siguen haciendo con humildad y eficacia, quizá convendría mirar los frutos y pensarlo dos veces. Porque la Virgen no anda pasada de moda, ni tampoco su rosario.
. Nunca he creido que se consiga nada práctico, orando.
_______________________
Lepanto fue potra y los miles de milagros por intercesion de santos canonizados pura superstición.
MIre usted, Dios en su providencia ya ha integrado todas las oraciones que se realizarán hasta la parusía (doctrina de sto Tomás), pero parece que Dios no ha integrado ninguna suya, dado que no tiene Fe. ¿Sabe usted lo ue D¡dice Cristo de los que no creen? Por ciero, a usted las palabras de Cristo pedid y se os dará le perecerán papel mojado.
Escuchate algun audio de la ultima parte que corresponde a la oración; lo agradeceras
https://www.enticonfio.org/catecismo/
Cuenta la tradición que, en la segunda mitad del siglo XV, la Virgen María se le apareció al Beato dominico Alano de la Rupe, quien escribió el famoso libro “De Dignitate Psalterii” (De la dignidad del Salterio de María), en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que propague el rezo del Santo Rosario.
Según el Beato Alano, estas son las promesas de Nuestra Señora para quienes rezan frecuentemente y con devoción la oración mariana:
1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
2. Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno: destruye los vicios, disminuye los pecados y nos defiende de las herejías.
4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
9. Libraré del purgatorio a a quienes recen el Rosario devotamente.
10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.
14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesús Cristo.
15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
https://www.aciprensa.com/recurso/471/15-promesas-de-la-virgen-maria-a-quienes-recen-el-rosario
Dejar un comentario