María M. Tuñón analiza su libro Con E de Esperanza, vibrante ficción sobre un sacerdote perseguido

María Moreno Tuñón en 2012 publicó su primer libro, Con E de Esperanza, sobre un sacerdote católico de principios y mediados del siglo veinte. Ahora está escribiendo una novela en tres partes sobre el Profeta San Elías, y en marzo de 2020 empezó a escribir una novela distópica. En esta ocasión le entrevistamos sobre su primer trabajo Con E de Esperanza.

¿Por qué una obra de ficción sobre un sacerdote perseguido?

Siempre me ha encantado la historia, especialmente la de España. Y aunque mis periodos favoritos siempre fueron la Edad Antigua y la Edad Media, el de la Guerra Civil siempre me ha fascinado. Además, en aquella época vivía muy “rodeada” de sacerdotes y seminaristas de los que mi familia se había hecho muy amiga, y algunos de los cuales habían trabado también amistad especialmente conmigo. Asistí a varias ordenaciones y recuerdo que la de uno de ellos me marcó en mi vida: cómo hablaba de su ordenación como matrimonio con Cristo, cómo irradiaba felicidad, lo enamorado de Nuestro Señor que se le veía… A raíz de ahí, decidí que quería hacer una novela tratando de reflejar eso: un chico normal y corriente, nada raro ni friki, que se convertía en sacerdote, profundamente enamorado de Cristo, sin dejar de ser ese mismo joven. Y es de ficción porque no quería contar la historia de uno ya existente sin permiso de la familia y porque además eso me parece más difícil. Creo que si coges a alguien real tienes que tener mucho cuidado con todo. Aunque la familia me hubiese dado el permiso, siempre tendría la espada de Damocles sobre mí, siempre tendría que estar pensando: ¿lo estaré haciendo bien? ¿Cómo habría reaccionado él ante esta situación? ¿Qué habría pensado? ¿Le parecerá bien a su familia que haga esto? Al ser inventado por mí, yo tenía potestad absoluta sobre él. Sabía exactamente cómo iba a pensar, cómo reaccionaría ante las diferentes situaciones, cómo era su personalidad…

¿Cómo fue ocurriéndosele la historia y qué fuentes de inspiración o referencias tuvo?

La historia se me ocurrió porque fui a un colegio de Fomento y, como es del Opus Dei, cuando salió la película de San José María Escrivá de Balaguer, nos llevaron a varias clases a verla al cine. Recuerdo que la película me gustó mucho y que me inspiró una primera idea. Pero no fue hasta que vi “Un Dios Prohibido”, sobre los mártires claretianos de Barbastro, cuando me decidí y vi la idea completa en mi cabeza. Todo lo que sufrieron esos seminaristas, cuyo sueño era ser misioneros y anunciar el Evangelio…

A partir de ahí, escribí un primer borrador, muy breve, de unas cinco páginas o así. Y coincidió que cuando me decidí y lo terminé fue estando en primero de Bachillerato y en aquella época mi profesora de Lengua y Literatura nos había mandado hacer un microrrelato para clase. Yo presenté este borrador y obtuve muy buena nota. Entonces salieron los concursos anuales de Cajastur (ahora Liberbank), el banco en el que trabaja mi padre, y yo decidí alargar este borrador hasta las diez páginas o así, que era el mínimo para poder participar en la categoría de relato corto. Así que lo alargué y lo presenté, aunque sin esperanza de ganar, sobre todo por el tema que trataba. Para mi gran sorpresa, gané el primer puesto de mi categoría, la de adultos, y me dieron un trofeo que aún guardo con mucho cariño, y un cheque de 210€. Tras este “éxito”, me animé a publicarlo, y lo alargué aún más.

¿Por qué la esperanza católica es la idea fuerte del libro y cuál es el motivo profundo de nuestra esperanza?

Porque me parece una virtud muy necesaria, que debemos pedir constantemente. Y es una virtud muy olvidada y perdida hoy día. Porque me parecía, y aún me parece, que sin esperanza, sin la Esperanza católica, la única real, no vamos a ningún sitio. Sin Esperanza, la vida es difícil, dura y oscura. Esteban tiene Fe en Dios; su Fe es probada en la tribulación y lo que le hace mantener esa Fe es la Esperanza. La Esperanza de que Dios no abandona nunca y de que el premio es el Cielo.

El Padre Esteban estaba condenado a muerte por los republicanos, ¿por qué decidió que no debería morir en ese momento?

Podría parecer que por alargar la novela, pero no. En realidad es porque en España podría haber confundido Providencia con suerte. Tenía a sus amigos y a su familia cerca, lo cual podía emborronar la actuación de Dios. En Alemania estaba solo. Solo, en cuanto a lo humano; no tenía a sus amigos ni a su familia, era un país extranjero y desconocido, con un idioma difícil. Ahí solo tenía a Dios. Era imposible velar su actuación en esa situación. Y ahí la prueba fue definitiva. Fue el crisol en su más pura expresión.

Sin embargo, años más tarde vuelve a estar sentenciado y el lector piensa si se va a salvar otra vez o esta vez va a morir. ¿En qué medida esta intriga hace que el libro mantenga la tensión?

Yo creo que la gente no se espera que una adolescente, pues lo escribí con 17 años más o menos, y lo publiqué con 18, pueda recrear tal nivel de crueldad humana y se piensa que será un final feliz al uso en el que el protagonista se acabará salvando como antes. Tiene un final feliz desde la perspectiva católica, pero te mantiene enganchado al destino de Esteban, porque cada minuto es esencial no solo en la salvación o condenación de su vida, de su cuerpo, sino en la de su alma, que para mí era, y es, lo importante.

Otra enseñanza del libro es que cuando desaparece toda esperanza y consuelo humano es Dios el que conforta.

Exacto. Esteban tiene muy buenos amigos y una familia que lo adora, pero el único que está con él en la celda de los republicanos y en la de los alemanes es Dios. Sólo Él es consciente de lo que sufre Esteban y sólo Él es capaz de confortarle y consolarle.

Y sabemos que Dios no va a permitir nunca una prueba, sin dar la gracia necesaria…

Así es. Como dice Corintios 10: 13: “No habéis sufrido tentación superior a la medida humana; y fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas. Antes bien, junto con la tentación os proporcionará el modo de poderla resistir con éxito.” Es la gran duda de Esteban, y fue la mía durante mucho tiempo, sobre todo después de ver “Un Dios Prohibido”: ¿y si cuando llegue el momento le niego? ¿Y si soy cobarde y reniego en el momento de la prueba y me condeno? Era mi mayor miedo, sobre todo en esa época de los atentados yihadistas y cuando circulaban todos esos vídeos de mártires sirios actuales (uno muy famoso fue el de una ejecución en una playa de un montón de coptos, creo que eran; y otros de degollamientos y cosas terribles). Pero entonces pensaba en esta lectura y se me iban los miedos: Dios no me pondrá ninguna prueba más allá de mis posibilidades sin darme la gracia para superarla.

¿A quienes va dirigido el libro y con qué mensaje?

Va dirigido a cristianos tibios, a gente en crisis de fe, con tristeza en el corazón. Quiere ser un mensaje de Esperanza, avivar un poco el fuego de la Fe, de la confianza plena en Dios. Quiero transmitir que, por muchas dificultades que nos vengan, si uno se mantiene firme en la oración y los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía, el Señor nos da las gracias y transforma nuestras cruces en gloriosas como la suya. No tenemos que tener miedo más que a alejarnos de Él y ofenderle.

¿Cómo se puede adquirir el libro?

Contactando directamente conmigo [email protected] y 677846381. La primera edición la autopubliqué en una editorial americana con sede en Francia o Italia, no recuerdo, pero fue un horror. No sabía cómo quedaba el ejemplar hasta que no lo tenía en mi mano y era dificilísimo ajustar el tamaño de letra. Gracias a Dios, que va allanando caminos cuando se trata de hacer su voluntad, me puso delante al hermano de una amiga que tiene una imprenta buenísima cerca de mi casa y ahora, con él, soy feliz. El acabado es estupendo, la atención es genial y me permite tener los ejemplares que quiera a precio de coste y con una rapidez increíble, por lo que puedo obtener ganancia, cosa que antes no podía. Esta edición es mucho más bonita y de mayor calidad, pero claro, autopublicar tiene un principal inconveniente: no gozas de distribución más que la que pueda hacer uno mismo. Así que por ahora, yo soy mi propia vendedora.

¿Por qué merece la pena leerlo y puede ser un buen regalo para estas navidades?

Yo creo que solamente el título ya es algo que necesitamos oír y experimentar en estos días que nos tocan vivir. Creo que merece la pena porque Esteban puede representarnos a todos: nuestras dudas, nuestros miedos… Pero también nos muestra lo que debemos hacer: por nosotros mismos no somos nadie, no tenemos fuerzas para resistir la tentación, para mantenernos firmes ni dar la cara por Dios; es Él el que hace que todo eso sea posible. Todo esto del covid que llevamos viviendo desde 2020 le ha robado la Esperanza a mucha gente. Ha robado la Esperanza y en su lugar ha instalado el miedo. Y Jesucristo no vino a traer miedo, el miedo es del diablo (Halloween, las pelis de terror…)

La fe está cada vez más perseguida, incluso desde dentro de la propia Iglesia, y hemos olvidado la Caridad hacia el prójimo: el respeto, la defensa de la vida en todas sus etapas… La luz de la Esperanza debe permanecer encendida para, con ella, encender las otras luces. Creo que puede ser un buen regalo para estas navidades porque al final tiene mucho que ver con lo que celebramos los cristianos, o lo que deberíamos celebrar aunque a muchos se les haya olvidado: el nacimiento de Cristo, el nacimiento de la ESPERANZA, aquel que ha venido a salvarnos y sanarnos de todas nuestras enfermedades, mentales, físicas y espirituales. La Navidad nos viene a recordar a QUIÉN seguimos los cristianos: al Único que da la vida y la quita, al que es la VIDA en persona, y el mismo que nos dijo: “quien busque en este mundo su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mi causa, la ganará.” Y en estos tiempos que corren necesitamos que nos recuerden todo esto.

Por Javier Navascués