Robert Kimball y Mari Carmen Zurbano, matrimonio que defiende la familia a nivel internacional en el MFC

Robert Kimball y Mari Carmen Zurbano son responsables de la zona Nordeste europea del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) y presidentes diocesanos de Pamplona-Tudela. En esta entrevista hablamos con ellos de su vinculación a este movimiento de la Iglesia y de aspectos relativos a la familia católica.

¿Qué supone para ustedes ser presidentes europeos del MFC y cuál es su principal función?

El Movimiento Familiar Cristiano (MFC) es una asociación pública y movimiento apostólico de la Iglesia Católica, de carácter seglar y eminentemente familiar. Tiene por objetivo promover los valores humanos y cristianos de la familia en la comunidad, para que la familia sea formadora de personas, educadora en la fe, defensora de la vida y por lo tanto comprometida activamente en el desarrollo integral de la comunidad a través de sus miembros. Ayuda a los matrimonios y las familias a descubrir, vivir, y transmitir las virtudes y valores cristianos fundamentales de la familia. Sus miembros se esfuerzan por ser testigos de la fe cristiana y actuar como conciencia crítica de toda la realidad social desde la perspectiva de la familia. Nuestra participación activa en el MFC como presidentes europeos nos ha permitido profundizar en nuestra vida conyugal y familiar, estar más unidos en el amor, y cumplir con nuestra vocación cristiana como esposos, padres y abuelos. También nos ha impulsado a ayudar a otras familias a vivir su fe con un mayor compromiso y mejorar la convivencia familiar entre todos los miembros de la familia, superando los problemas surgidos en el hogar mediante el diálogo y la práctica religiosa.

¿Por qué es importante seguir defendiendo la familia a nivel internacional?

La familia ha sido, es y seguirá siendo la célula básica de la sociedad y sin ella todo intento por lograr un auténtico progreso social está condenado al fracaso. Determinados sectores sociales, políticos y mediáticos en todo el mundo pretenden socavar los cimientos del modelo matrimonial y familiar cristiano y privar a la familia de su papel central en el desarrollo espiritual, cultural y humano de la sociedad. Urge formar a las familias para que sepan defender los valores cristianos del matrimonio y la familia en el entorno social en el que se mueven y en el ámbito cultural y político donde se deciden las políticas que afectan a las familias.

Desde su posición, ¿cuáles son las principales amenazas que percibe sobre la vida familiar?

Las principales amenazas para las familias es el individualismo, el materialismo y el hedonismo (la búsqueda desmesurada del placer) que destruyen los fundamentos de una sana vida familiar. Fruto de este ambiente anti-familiar es la ideología de género con una serie de planteamientos que tienen graves consecuencias para el bienestar de los matrimonios y familias. Frente a esta ideología tan nociva para las familias, se precisa una intensa labor educativa a fin de que las nuevas generaciones usen la sexualidad con un profundo agradecimiento a Dios y conforme a los fines para los cuales fue creada por Él.

¿Nos podrían hablar de la importancia de rezar unidos en el hogar?

Rezar juntos en el hogar tiene muchos frutos. Los padres e hijos profundizan en su fe, se sienten más unidos, aprenden a superar los problemas de la convivencia conyugal y familiar apoyándose en su fe en Dios y promoviendo el perdón de las ofensas, rezan por las intenciones de los demás miembros de la familia, y buscan un rato para la interiorización personal y el diálogo con Dios en medio de un ritmo de vida muy acelerado que impide la reflexión y el sosiego necesarios.

Igualmente es algo esencial educar a los hijos según las enseñanzas de la Iglesia.

Dios ha encomendado a los padres la gran misión de ser los primeros y principales educadores en la fe de los hijos. Se trata de una vocación que asumimos el día de nuestra boda por la Iglesia. Compartimos nuestra misión educadora con los profesores de religión y catequistas pero la responsabilidad principal es de los padres. Educar en la fe y en las virtudes y valores cristianos es fundamental para que los hijos alcancen la madurez en la fe y el máximo desarrollo espiritual y humano.

¿Qué podría comentarnos del libro que escribió sobre espiritualidad familiar y conyugal?

En palabras de Mons. Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza, que escribió el prólogo: “Esta obra sobre la espiritualidad conyugal y familiar nos puede ayudar a profundizar sobre lo que la espiritualidad significa para la familia cristiana y a buscar caminos efectivos que permitan a las familias vivirla con alegría y fecundidad. Ofrece un elenco de propuestas prácticas que a lo largo del libro se nos procuran para poder concretar un camino espiritual en nuestra vida familiar cotidiana: la vivencia en familia del año litúrgico, las oraciones familiares, el descubrimiento de la Palabra de Dios en el hogar, la vida sacramental, la devoción a María… Tantos y tantos caminos y propuestas que seguro que alientan nuestro deseo de avivar una solida espiritualidad familiar".

Además de la Santa Misa, ¿qué tipo de devociones suelen practicar habitualmente?

Procuramos rezar en familia siempre que sea posible, reflexionamos sobre las lecturas que se proclaman en la misa, vivimos con profundo espíritu cristiano las principales solemnidades litúrgicas como son la Navidad, la Semana Santa y la Pascua, y visitamos templos y santuarios marianos fomentando la devoción a la Santísima Virgen y a los santos. Asimismo, evaluamos los sucesos políticos y sociales desde una perspectiva cristiana, empleando la metodología del “Ver", “Juzgar” y “Actuar".

¿Cómo experimentan a diario que la oración da pleno sentido a su vida familiar?

La oración es fundamental para el crecimiento espiritual de todos los miembros de la familia. Somos testigos de que la oración ha enriquecido nuestra relación conyugal y nos ha ayudado a superar con fe, esperanza y caridad los principales retos que han surgido en nuestra vida conyugal y familiar. Mari Carmen y yo hemos fomentado la oración durante nuestro noviazgo y hemos inculcado la oración en los hijos desde pequeños.

La Sagrada Familia es ciertamente el modelo de familia católica.

La Sagrada Familia de Nazaret es el máximo modelo para todas las familias, incluyendo la católica, porque la Virgen María, San José y Jesús practicaban todas las virtudes en un hogar impregnado por el amor, el perdón, la comprensión y la generosidad. Vivían intensamente la santidad por que cumplían perfectamente con la voluntad de Dios en todo lo que hacían.

Por último, ¿qué podrían decirnos de su vinculación al santuario de Nuestra Señora de los Remedios de Mendía?

Nos casamos hace 46 años en este santuario y hemos puesto nuestro matrimonio bajo la protección de la Santísima Virgen. Estamos convencidos de que por la intercesión de la Virgen María, se obró un milagro que salvó la vida a una de nuestras nietas mientras estaba en el vientre materno.

Por Javier Navascués

1 comentario

  
Rodrigo
Gracias por vuestro testimonio y vuestra entrega. Sois un ejemplo de fe, y unas bellísimas personas.
24/09/21 10:36 AM

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