Miguel Bernad (Manos Limpias) analiza la crisis moral de la política española y el caso de Begoña Gómez
Miguel Bernad (Bilbao, 1942) fue letrado del Ayuntamiento de Madrid por oposición al Cuerpo Técnico Jurídico, director de personal y asesor del concejal Ángel Matanzo (PP). Formó parte del sindicato de Fuerza Nueva, que se llamaba Fuerza Nacional del Trabajo y que obtuvo 11 delegados en el Ayuntamiento de Madrid siendo alcalde Enrique Tierno Galván. Más tarde, fue secretario general del Frente Nacional hasta que el partido se disolvió en 1993, y en 1995 fundó Manos Limpias.
Su denuncia contra la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias y corrupción en el sector privado, de prosperar, podría hacer caer al propio Pedro Sánchez. En esta breve entrevista analiza la degradación moral de la política española y el último caso candente de la mujer del presidente del gobierno.
¿Por qué decidió en su momento empezar a denunciar la corrupción?
Puesto que veía casos de corrupción y comprobaba la pasividad del Ministerio Público. Manos Limpias nació para suplir la obligación que tenía el Ministerio Público de luchar contra la corrupción.
Yo estaba desempeñando un puesto de funcionario por oposición en el Ayuntamiento de Madrid y tenía acceso a casos de corrupción en todas las administraciones públicas, tanto Central, Autonómica y de Ayuntamientos.
¿Cómo nace Manos Limpias y qué balance hace de toda su labor?
Manos Limpias nace en el año 1995 con el lema: “allí donde existe un delito tiene que haber alguien capaz de denunciarlo”. Era necesario que alguien en España supliera el silencio cómplice de un Ministerio Público politizado. El balance es tremendamente positivo, puesto que a partir de entonces los casos más importantes de corrupción de España fueron denunciados por Manos Limpias.
