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5.09.22

El profesor Fernando Romero analiza en profundidad los fundamentos y las características del bien común

Fernando Romero Moreno es abogado por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Profesor Superior Universitario por la Universidad Católica Argentina (UCA). Está dedicado desde hace 30 años a la Educación, tanto en cargos docentes como directivos. Actualmente trabaja en el Colegio Los Caminos (APDES-Pilar). Es autor del libro “La Nueva Derecha-Reflexiones sobre la Revolución Conservadora en la Argentina” (Grupo Unión, Buenos Aires, 2021).Está casado y tiene 4 hijos.

¿Qué es el bien común y en qué se fundamenta este principio?

La persona humana, para alcanzar su perfección y el despliegue pleno de sus potencialidades naturales, necesita tanto de bienes individuales o no participables como de bienes comunes o proporcionalmente participables y comunicables. Hay bienes comunes parciales, propios de la familia y los cuerpos intermedios, como hay también un bien común “completo, concreto y posible” (Sergio R. Castaño), que es causa final de la comunidad política. Todos ellos constituyen el Bien Común inmanente o temporal, que a su vez se ordena al Bien Común trascendente o eterno que es Dios. El Bien Común político es esencialmente distinto de los bienes comunes parciales y de los individuales. De allí que no se lo pueda confundir con una suma de bienes particulares ni tampoco con un mero “conjunto de condiciones”, que de suyo sólo tienen razón de medio y no de fin. El fundamento del Bien Común radica en la natural sociabilidad y politicidad de la persona humana.

¿Cuáles son sus aspectos principales?

Siguiendo al Doctor Angélico, son: 1) la unidad de la paz; 2) que el pueblo sea dirigido al buen obrar; y 3) los bienes materiales suficientes. Todo esto implica que en la comunidad política haya orden, justicia (tanto en sus partes integrales como potenciales), concordia, amistad social, fomento de las virtudes (naturales y sobrenaturales, intelectuales y morales), leyes respetuosas del orden natural y cristiano, arquetipos (héroes y santos), clase dirigente virtuosa, sanas costumbres, moral pública, ciencias, humanidades, artes, bienes y servicios materiales acordes con las necesidades fundamentales de la persona humana, justa distribución de los mismos e independencia económica de la sociedad para alcanzar el bien común sin injustas tutelas foráneas. El bien común acumulado en el tiempo es, al buen decir de Ullate Fabo, la Tradición. Si el fin propio de la comunidad política es el bien común temporal subordinado al bien común eterno, lo propio del buen gobernante y de los integrantes de la comunidad en cuanto tales será pues recibir, purificar, enriquecer y transmitir a las nuevas generaciones el patrimonio espiritual y material heredado, es decir, la Tradición.

¿Por qué, para que subsista una sociedad, es necesario que los individuos velen por el bien común?

Porque el bien común se alcanza mediante las acciones y operaciones propias de todos sus integrantes. El poder político tiene fines propios y es el garante último del bien común, pero para alcanzarlo es necesario que todas las personas velen por su consecución. Un ejemplo puede ayudar a entenderlo mejor. Uno de los aspectos principales del bien común es la paz. Para ello el poder político se ocupa tanto de la defensa exterior como de la seguridad interior de la comunidad. Pero la paz no es la mera ausencia de conflictos sino la tranquilidad en el orden, lo que supone la existencia de la concordia política, de la justicia y de la amistad social. Y para alcanzar esos bienes, todos deben aportar lo suyo. Es en la acción mancomunada de esa “sociedad de sociedades” que es la comunidad política donde encontramos el origen de la paz. Lo mismo sucede con otros aspectos del bien común político.

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1.09.22

El P. Federico Marfil bautiza a un niño tras rescatarlo de las garras del aborto recientemente

El Padre Federico Marfil Mur fue ordenado el pasado 27 de febrero en la Sagrada Familia de Barcelona. Actualmente es vicario de las parroquias de Sant Feliu de Cabrera de Mar y Sant Joan de Vilassar de Mar.

Recientemente ha tenido la dicha de bautizar a un niño, al que salvó del aborto. Nos habla a raíz de ello de cómo nació en él su inquietud en defensa de la vida y su vocación de rescatador.

¿Cómo le marcó la película Unplanned?

Recuerdo que la fuimos a ver con el seminario de Barcelona cuando aún era seminarista. No fue tanto un marcar sino un volver a recordar lo que antes de entrar en el seminario defendía con pasión en ambientes universitarios y en todos los que se me daba oportunidad: la vida por nacer y la guerra sin cuartel a la mentalidad abortista. Al entrar en el seminario ya no tenía esos ambientes para practicar apologética. Empezaba entonces en Barcelona mi último curso, de pastoral en una parroquia una vez concluidos los estudios en el seminario y antes de la ordenación. Vi que era un buen momento para volver a la carga no sólo con palabras sino con obras.

¿Por qué decidió ir a un abortorio a conocer de cerca la realidad?

Como le comentaba urgía actuar, me informé por internet de los abortorios que habían en Barcelona y descubrí uno cercano a la parroquia que me habían destinado. Fui allí a preguntar y me dieron, con una amable sonrisa de administrativa, un catálogo de cómo acababan con la vida de los niños inocentes y sus costes. Recuerdo que se me heló la sangre, se me cayó una venda que tenía puesta, ya que pensaba que no serían tantos los abortos, y les dije que rezaría por ellos y su conversión.

Incluso estuvo yendo a rezar por su cuenta delante de los abortorios…

Efectivamente. Empecé ofreciéndome junto con la oración desde la parroquia pero desde el sagrario me llamaba mi Señor a ser valiente y salir, a seguir rezando rosarios en frente de la puerta del abortorio.

¿Cómo organizó el grupo de rescatadores en Barcelona?

Al estar varios días rezando, perplejo pude contemplar como en un día laborable, entre las 8 y las 11 de la mañana, mientras uno va al trabajo, otro a por el pan u otro a por el periódico, podían entrar unas seis mujeres de media en un solo abortorio (conté e intenté ir a un total de 7 abortorios en Barcelona). Entendí el “ora et labora” de San Benito y al no ver a nadie más en esos momentos a mi lado recordé que en Madrid estaba el grupo de rescatadores Juan Pablo II y la asociación MasFuturo. Éstos ayudan a las madres a tomar la decisión correcta y también materialmente en todo lo que hiciera falta. Llamé a su fundadora, Marta Velarde, y me dio unas indicaciones de cómo actuar mejor: ir acompañado, que no sepan los del abortorio que estás, pasea por la calle o quédate por las esquinas observando para el momento en que pase una mujer con probabilidad de entrar poderle ofrecer una ayuda y decirle la frase más importante que debe escuchar “es tu hijo", etc. También hablamos con las que salen de abortar pues lo que queremos es siempre dar gloria a Dios y llevarle almas y para ello es preciso que conozcan la gravedad de su acto y puedan pedir perdón y reparar (que es lo que también a ellas sanará). Con un grupo de jóvenes y amigos, a los que conté lo que estaba viviendo se formó un grupo y por turnos fuimos a los abortorios siempre que podíamos.

¿Cuántos rescates consiguieron?

En ese curso hicimos cinco rescates. Rescate llamo a la mujer que va al abortorio con intención de abortar y después de una conversación con el rescatador deciden finalmente no abortar (indirectamente serían más los “rescates"). Justo la mañana del sábado pasado pude tener el privilegio de bautizar a un niño que rescatamos. Es indescriptible la alegría cuando estás sosteniendo al niño que vive gracias al acierto de tus palabras y más todavía al saber que ahora es hijo de Dios. Os dejo con el testimonio de uno de los rescates en los que se ve claramente la gracia de Dios actuando y no por las propias fuerzas meramente humanas:

https://www.religionenlibertad.com/vida_familia/837396692/rescatadores-barcelona-mujer-italia-aborto.html

El hecho de que las leyes consideren acoso la labor del rescatador, es algo que no ha frenado a los rescatadores…¿cree que hay gente dispuesta a ir a la cárcel por defender la vida?

Hay personas que cuando han descubierto que todo un Dios se ha encarnado para dar su vida por ti en una muerte cruenta en cruz, ofrecen en correspondencia su vida en lo que haga falta. Estas nuevas leyes no han hecho más que seguir motivando a rescatadores y a expandir una mentalidad Provida. Igualmente no prohíben nada de lo que estamos haciendo: hablar con personas por la calle para ofrecer ayudas, la intención política es meter miedo. Aún no se ha llegado a un estado tan totalitario pero hay que actuar que como decía Chesterton “el mal crece cuando el bueno no hace nada".

No obstante hay que actuar con prudencia e inteligencia…

Exacto. Toda persona que quiera sumarse en Barcelona a hacer rescates que venga primero con personas ya experimentadas, que no hablen por lo menos en su primer mes sino que observen como habla el rescatador con más experiencia y vayan aprendiendo. Nunca meterse en discusiones que no llevan a ningún lado pero siempre defendiendo al más débil que no puede hacerlo por si mismo.

Ahora como sacerdote le es más difícil continuar con esta labor, aunque sigue teniendo el firme convencimiento de que hay que actuar contra el aborto…

Siempre decimos que no todos están llamados a ser rescatadores pero sí todos a ir contra el aborto. Hay que volver a poner a Dios en el centro de la sociedad y que reine en ella sino al final siempre será ir cortando las ramas de un árbol que en su raíz está ya mal. Así que nuestro Señor me ha llamado a una consagración más plena que, sin entrar en detalles vocacionales que no es lo que se pide en esta novena, pueda darle más gloria y bien a las almas.

En Estados Unidos son varios los estados los que han prohibido legalmente el aborto…¿Hasta que punto es un un signo de esperanza?

Me remito a mi contestación anterior o reina Cristo o estamos perdiendo el tiempo: “el que no está conmigo, está contra mí” (Mt 12,30); aunque ciertamente como San Pablo: “examinadlo todo y quedaos con lo bueno” (1Tes 5,21).

La defensa a favor de la vida no es algo exclusivo de los católicos. ¿Pero considera que los católicos tenemos que dar especialmente un ejemplo de firmeza y convencimiento contra la cultura de la muerte?

Como decía también Chesterton “llegará el día en que será preciso desenvainar una espada para afirmar que el pasto es verde". La verdad es verdad independientemente quién la diga y “la verdad os hará libres” (Jn 8,32). Después de la ascensión de nuestro Señor la Iglesia, el cristianismo, ha creado una cultura. Una virtud que antes movía a todo cristiano con ansias de santidad era, siempre desde el fundamento de la humildad, la magnanimidad. Virtud que diría Santo Tomás “implica una tendencia del ánimo hacia cosas grandes” (S.Th. II-II 129); contrario a la pusilanimidad, vicio que hoy se confunde con una falsa humildad. Sólo los santos son los que han cambiado la historia. Y para ser santos… ¡Hay que desear serlo!

Por Javier Navascués