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27.07.22

Algunos de los sacerdotes presentes en Covadonga reflexionan sobre la inolvidable experiencia vivida

Tras disfrutar de una nueva peregrinación, llena de bendiciones celestes y haber podido acabar nuevamente (esta vez sin penurias) todas las etapas, me dispongo a recopilar los primeros testimonios para que salgan a la luz cuanto antes. El año pasado fueron, creo recordar, unas 27 entrevistas (que aunque para algunos pudieron ser excesivas) en general ayudaron mucho a la gente, según me han ido contando. Este año probablemente sean algunas menos, por lo que voy a dejar que salgan las que Dios quiera.

Quería agradecer a la organización de Nuestra Señora de la Cristiandad España que me ha parecido modélica una vez más y a los voluntarios que han hecho posible que España tenga su Chartres particular, con el espíritu aguerrido de D. Pelayo.

También especialmente hay que destacar la labor de aquellos que desde el coro han hecho posible que la liturgia brillase en todo su esplendor. La Misa final en la Basílica fue algo sublime, que emocionó hasta las lágrimas a muchos de los presentes.

Al año que viene, Dios mediante, seremos más. También agradezco a los miembros de mi Capítulo Nuestra Señora de Montserrat por soportarme y a todos los peregrinos a los que he tenido la oportunidad de saludar.

Para abrir boca les dejo con los breves testimonios de algunos sacerdotes.

P. José Manuel González Alfaya

La peregrinación ha sido nuevamente algo impresionante, no te deja indiferente: 1000 jóvenes unidos por el amor al Papa, a la iglesia, a España, a la misa tradicional ofreciendo con gozo trabajo, dolor, esfuerzo… Ser testigo de esta peregrinación es ser testigo de un verdadero espectáculo de fe y de esperanza. Una peregrinación penitencial que deja una alegría inmensa en medio del cansancio y el sacrificio. Ver esa columna de peregrinos con sus cruces, estandartes y banderas más variadas es un aire fresco de renovación y entusiasmo, de reconquista y evangelización, en este -nuestro tiempo- que nos exige audacia, ilusión, creatividad, celo, fortaleza… En una palabra, que nos exige santidad.

Las palabras del arzobispo d. Jesús Sanz me han reafirmado en que celebrar y asistir a la liturgia tradicional no es ponerse fuera de la Iglesia. La unidad de la iglesia no está en una falsa uniformidad impuesta, si no en el espíritu. Nosotros somos y queremos estar en la Iglesia “cum Petro et sub Petro” . Nos ha acogido como padre y pastor, a nosotros, jóvenes, que hemos descubierto esta forma litúrgica, nos sentimos atraídos por ella y encontramos en la misma una forma, particularmente adecuada de encuentro con el Misterio de la Santísima Eucaristía.

A dos días de terminar la peregrinación, sigo dando gracias a Dios nuestro Señor por su providencia amorosa y por habernos dado una Madre tan excelsa que brilla en la altura más bella que el sol. Gracias a la organización de NS de la Cristiandad y a todos los voluntarios que han hecho posible esta maravilla. Gracias a los sacerdotes diocesanos y sacerdotes miembros de los institutos tradicionales, así como a los religiosos y seminaristas por su entrega y testimonio. Gracias a la diócesis de Oviedo por su acogida y las personas que han colaborado con sus terrenos. Gracias a los mil peregrinos por vuestro comportamiento ejemplar.

Nos encontraremos el año que viene, Dios mediante, para la III Peregrinación. Si cada uno conseguimos traer a otro, seremos el doble.

P. Javier Olivera Ravasi

La España profunda, la de la piel de toro, se hizo presente con más de 1000 peregrinos (duplicando, en estos tiempos recios, lo que algunos creían imposible) con un promedio de 25 años que, durante tres días, caminaron cara al sol, hasta el santuario de Nuestra Señora de Covadonga, inicio de la reconquista, teniendo como centro la misa tradicional (que muchos ni siquiera conocían, por cierto, lo que demuestra que la estrategia de limitarla o abolirla, sólo engendra más curiosidad…). Esta España, vive, goza y grita por volver a sus orígenes.

Tuvimos el honor de poder caminarla entera y hasta de poder dar la homilía de cierre allí, ante nuestros hermanos y padres en la Fe, cuyos ancestros nos la llevaron y plantaron en nuestras queridas tierras hispanoamericanas, el mismo día de Santiago Apóstol, su principal patrono. Hoy, que algunos piden perdón por los supuestos errores del pasado, nosotros damos las gracias, a manos llenas, por la gran hazaña española.

P. Juan Pablo Donoso IBP

La segunda versión de la peregrinación Nuestra Señora de Cristiandad en España ha sido una manifestación de que queremos vivir nuestra fe católica como hijos de la Iglesia en la Tradición de nuestros mayores.

Y ello ha sido patente a nuestros ojos y oídos al ver y escuchar a mil personas rezando y cantando nuestra Fe, heredada de nuestros antepasados, con alegría y entusiasmo, encabezados por la Cruz y la imagen de Nuestra Señora de Covadonga.

Todo pese a la dificultad de la marcha, símbolo de las dificultades de la vida y de nuestra actual sociedad que pretende olvidarse De Dios. Ha sido un grito de ¡Viva Cristo Rey! en medio del mundo secularizado que no quiere someterse al suave yugo de Cristo y que cree que obtendrá la verdadera felicidad sin Él. Sólo en Cristo y con su santa ley seremos verdaderamente libres y felices.

P. Raúl Olazábal ICRSS

La peregrinación ha sido muy importante como siempre porque nos ha ayudado a fortalecernos en la fe y a ofrecer un sacrificio a Dios en espíritu de penitencia y reparación, a centrarnos en Dios y a darle el primer lugar en nuestras vidas y a hacer un gran esfuerzo físico. El plan de los tres días era únicamente conocer amar y servir a Dios, es el fin que tenemos como hombres y el plan perfecto porque es el plan de nuestra propia creación. Hemos sido creados para conocer, alabar, amar y servir a Dios nuestro Señor.

A muchos peregrinos esta peregrinación ha ayudado a un crecimiento en la fe y en la devoción. Necesitamos en España mucha oración y creo que la peregrinación nos debe empujar en el camino de la oración. También ha sido una oportunidad de poder recibir el sacramento de la confesión sin prisas, tranquilamente, hacer largas y buenas confesiones y poder mostrar los pliegues del alma para que la gracia del sacramento, a través de su ministro, nos cure.

P. José Calvín FSSP

La peregrinación de este año ha confirmado y ha superado la experiencia del año pasado y el número de participantes se ha duplicado. Una vez más ha sido reconfortante ver tantos jóvenes y familias compartiendo estos tres días de marcha por las rutas de la reconquista, convocados por la fe, guiados por María y unidos por el apego a la liturgia tradicional. Ha sido reconfortante ver que otra juventud es posible. Se han creado lazos de amistad y unión entre jóvenes católicos de toda España.

Hay que resaltar la actitud del arzobispo de Oviedo, su paternal acogida y su presencia física en la catedral y sus palabras de bendición. Hay que agradecer que este año se haya podido celebrar la Misa del 25 de julio, día de Santiago, en la colegiata, lo cual ha sido un colofón magnífico, un broche de oro, un momento de una intensidad espiritual inolvidable para los que lo hemos vivido.

Lo vivido manifiesta que nuestro amor por la liturgia tradicional es amor de la Iglesia. Precisamente porque amamos la Iglesia amamos su gran Tradición. Felicito a la organización y a los numerosos voluntarios en todos los campos, que han hecho posible que todo se haya desarrollado de manera tan perfecta. Demos gracias a Dios y esperemos que el año que viene con gozo.

Por Javier Navascués