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30.06.21

100 películas cristianas. El P. José María Pérez Chaves reflexiona en profundidad sobre cine

José María Pérez Chaves es sacerdote. Entre sus múltiples destinos se encuentran Pontevedra, Murcia y Madrid. Su pasión por el cine se remonta a su infancia, cuando vio por primera vez Dumbo y quedó fascinado por ella. En algún momento de su vida quiso dedicarse al séptimo arte, pero Dios le llamó a servirlo como presbítero. No obstante, ha seguido cultivando esta afición, pues ha colaborado activamente en diversas publicaciones –radiofónicas, de internet o de prensa– dedicadas a ella. Con este libro, pues, conjuga de alguna manera ambas facetas: la religiosa y la cinematográfica.

¿Por qué un libro sobre cine?

El cine tiene un poder educador increíble. No son pocas las personas que forjan sus ideas en base a lo que han visto en una película. Para bien o para mal, tenemos el ejemplo de El código Da Vinci, que, junto con la novela en que se inspira, hizo creer a auténticas multitudes que la Iglesia se erige sobre una gran mentira. De alguna manera, pues, el propósito de mi libro consiste en educar en la fe a través de estos cien largometrajes. En cuanto al número, es solo una cifra redonda. Al principio pensé en presentar 125 títulos, pues en 2020 conmemoramos el 125º aniversario del nacimiento del cinematógrafo, pero creo que esta centena es suficiente para que el lector se haga una idea de lo que ha supuesto el género religioso en los anales del celuloide.

¿Cuáles han sido los criterios de selección?

Los criterios de selección han sido principalmente tres. El primero, el ordenamiento cronológico: como verá el lector, los títulos están dispuestos conforme a su fecha de estreno (de este modo, comenzamos con Vida y pasión de Jesucristo, que fue rodada en 1903, y terminamos con Unplanned, que es de 2019); esto nos sirve para ir conociendo la evolución del género religioso a lo largo de la historia (no son las mejores cintas de las diferentes décadas, pero sí las más representativas o influyentes). El segundo criterio es la temática: con cada título he procurado abordar un asunto de interés para el católico –el aborto, la eutanasia, la historia de la Iglesia, las vidas de santos, fe y razón, etcétera–, de manera que le sirvan de instrucción, como hemos indicado antes. La tercera norma ha sido la exclusividad, es decir, he procurado que estos temas no se repitan, para que cada uno de los cien largometrajes aporte un nuevo conocimiento al espectador (de este modo, por ejemplo, si ya hay una película sobre san Francisco de Asís, no pongo otra, aunque sea mejor –por razones obvias, omito esta regla con los filmes dedicados a Jesucristo–).

Háblenos de la verdadera influencia del cine en la sociedad.

Indudablemente, el cine influye mucho en la sociedad. Gracias a él, se han forjado opiniones –recordemos lo que hemos dicho antes sobre El código Da Vinci– y se han afianzado valores. Por poner solo un ejemplo, el celuloide español de los años 50 fue eminentemente religioso, pues con él se pretendía fomentar los valores morales de nuestra fe (en esa fecha se estrenaron grandes títulos como La señora de Fátima, El Judas, Balarrasa o Marcelino, pan y vino –todas ellas, presentes en el libro–). Actualmente, empero, asistimos a una deconstrucción de esos mismos valores con el fin de imponer otros, y la gran pantalla también está colaborando activamente en esta empresa, con la aquiescencia de los espectadores: ¿en qué cinta comercial no aparece ya una pareja homosexual, una mujer liberada, una familia interracial, etcétera?

Es un hecho evidente la existencia de una ingeniería social anticatólica y el cine es uno de los medios más poderosos.

Es un hecho evidente, sí. A lo dicho con anterioridad acerca de los nuevos valores que se están inoculando a través del cine –y otros medios–, debo añadir la ofensiva anticatólica. Pongamos por ejemplo la cinta Tolkien, que está en mi libro: en ella, se hace solo una mención implícita al catolicismo del escritor, pese a que fue fundamental en su vida y obra. ¿Se avergüenzan de decir que una de las personas más influyentes de la literatura universal era católica?, ¿no quieren que se sepa para restarle importancia a la fe cristiana? Lo que hicieron con esa cinta fue alterar la verdad con fines aviesos. Si está en mi texto es, precisamente, para delatar esa situación que estamos viviendo hoy: se tergiversa la realidad para crear una nueva verdad. Fuera del ambiente eclesiástico, ¿quién sabe actualmente que Tolkien era católico y que su obra está vertebrada por su fe? Son muchos los que piensan que pretendemos alterar la realidad para adaptarla a nuestra fe, pero es justamente al revés: son ellos los que la adaptan para evitar que la fe tenga relevancia.

¿Cuál es a su juicio la película católica más influyente de la historia?

Quizás la cinta cristiana que más influencia ha tenido a lo largo de la historia sea El rey de reyes (no confundir con Rey de reyes). Se trata de una película rodada en 1927 que desterró para siempre el hieratismo con el que era presentado el Señor en la gran pantalla. En efecto, hasta el momento, la imagen de Jesucristo estaba nimbada por un halo de santidad tan extremo –entiéndase lo que quiero decir– que lo hacía completamente ajeno al espectador: ¿dónde estaba el hombre-Dios que se encarnó para ser igual que nosotros? En este filme, sin embargo, vemos a un Mesías que sonríe, que juega con los niños, que hace bromas con los discípulos, etcétera; en definitiva, le otorgó la faceta humana de la que antes se había prescindido. Y esta es la imagen que ha pervivido en la retina del espectador hasta el estreno de La pasión de Cristo –que quizás sea la segunda cinta cristiana más influyente de la historia–, que le ha devuelto a Jesús la solemnidad que evidentemente tenía, pero sin olvidar esa dimensión humana (¿quién no lo recuerda bromeando con su Santísima Madre?).

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