InfoCatólica / Caballero del Pilar / Archivos para: Enero 2020

27.01.20

La importancia de la contrición en la vida cristiana

Providencialmente llegó a mis manos hace poco el libro La contrición perfecta, llave de oro del paraíso de J. Von den Driech. Un librito muy sencillo, un opúsculo breve, pero que me hizo caer en la cuenta de las almas que se pierden o se pueden perder por hacer malas confesiones.

Es un tema, que aunque pueda parece muy sencillo y sabido, especialmente para las personas bien formadas, es siempre muy necesario y saludable recordar. La calidad de nuestra vida cristiana depende en gran medida de las disposiciones con las que recibimos los dos sacramentos más habituales que son la confesión y la comunión.

Una sola comunión bien hecha, recibiendo al mismo Cristo, debería servir para santificarnos y sin embargo cuantas comuniones solemos hacer por rutina y de manera mecánica. Para recibir a Cristo hay que tener la casa de nuestra alma limpia, esto es sin conciencia de pecado mortal. Aunque no tengamos pecados graves, la Iglesia siempre ha recomendado la confesión frecuente, que ayuda a tomar conciencia de nuestra imperfección y a crecer en santidad.

¿Qué es la contrición?

La contrición es el dolor del alma y el odio por los pecados cometidos. Debe estar acompañada del buen propósito, es decir de una firme resolución de corregirse y no pecar más.

Todos somos pecadores y pecamos a menudo. Por eso es importante confesarse con frecuencia y con una verdadera contrición y dolor de los pecados. Es además una de las condiciones necesarias para recibir la absolución.

Recordemos que la Iglesia nos propone cuatro pasos para hacer una buena confesión: Examen de conciencia; contrición (o arrepentimiento), que incluye el propósito de no volver a pecar; confesión y satisfacción (o cumplir la penitencia).

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20.01.20

La oración contemplativa: Camino hacia Dios. Por Agnus Dei Prod


La ORACIÓN CONTEMPLATIVA tiene su fundamento en la imaginación. Preparados y teniendo en cuenta unas disposiciones previas (presencia de Dios, lugar elegido, hora del día, petición…) nos sumergiremos en la oración tratando de CONTEMPLAR la escena, por ejemplo, de la Vida de Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio, que previamente hemos leído y comprendido perfectamente: vemos lo que hacen, lo que dicen, oímos (el murmullo Del Río Jordán, el viento, la brisa, las pisadas, las palabras, los hechos que se narran, etc…)… y terminaremos con un coloquio con Jesucristo, la Virgen Santísima, algún santo de nuestra devoción…

Les ofrecemos un vídeo de Agnus Dei Prod, en donde el P. Juan Manuel Rodríguez de la Rosa nos adentra en los aspectos más esenciales de la oración contemplativa.

 

13.01.20

El marxismo sólo ha traído terror y miseria al mundo. Entrevista a Álvaro Ginebreda

Álvaro Ginebreda, licenciado en Derecho y Filología clásica, analiza en profundidad las funestas consecuencias que ha tenido el marxismo en la historia.

¿Podría hablar de las principales condenas de la Iglesia al marxismo?

El escrito en el que la Iglesia realizó su condena más contundente fue la Carta Encíclica Divini Redemptoris del Sumo Pontífice Pío XI sobre el comunismo ateo”. Su principal condena ha sido siempre la de su ateísmo sistemático. La Iglesia consideró que su doctrina política está fundamentada en un humanismo en el que la fe en Dios no sólo carece de sentido, sino que es criticada como un obstáculo para que el hombre llegue a su realización total, puesto que “la esencia de la libertad consiste en que el hombre es el fin de sí mismo, el único artífice y creador de su propia historia” (Gaudium et Spes, 20). De este modo, el error fundamental del marxismo según la Iglesia es considerar que la liberación del hombre se centra en cuestiones económicas y sociales.

Por otro lado, ha rechazado continuamente el odio que propagan entre los ciudadanos alterando la convivencia de la comunidad y los principios que atentan contra el derecho natural defendido tradicionalmente por la Iglesia, dado que “llevaría a la radical subversión de los derechos, bienes y propiedades de todos y aun de la misma sociedad humana”.

¿Cómo el marxismo ha traído muerte, destrucción y miseria?

Para ser justos, todas las calamidades de los sistemas comunistas han sido motivadas por el arbitrio de los políticos que dirigieron las diferentes insurrecciones y los que han ejercido el poder en estas dictaduras, de los cuales Marx y Engels, en parte, son responsables también por no completar su doctrina al respecto.

El marxismo es una doctrina de la acción y de lucha pensada para el proletariado: niega expresamente que sea un pensamiento inútil e ineficaz, una abstracción estéril. Marx, en cierto momento, quiso diferenciarse de los filósofos que no han hecho sino interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo, aplicando objetivamente una sociología científica.

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6.01.20

Análisis en profundidad sobre la figura de Marx y la maldad intrínseca del marxismo

Álvaro Ginebreda, licenciado en Derecho y Filología clásica, analiza en profundidad la deleterea ideología del marxismo y su maldad intrínseca. Principalmente explica en esta primera parte de la entrevista la perversidad del materialismo dialéctico y de la lucha de clases.

¿Quien era Karl Marx?

Marx fue un revolucionario, un “revolucionario desesperado”, tal como afirmaría su amigo Jung, a raíz de los sacrificios personales, persecuciones y penalidades económicas que tuvo que asumir al dedicarle toda su vida.

Esta tendencia no podría explicarse sin la influencia de su padre y su contexto social. Por un lado, Tréveris, situada en Renania, fue de las pocas ciudades alemanas que acogió bien la Revolución y el nuevo liberalismo. Su padre, Hirschel Marx, abogado de origen judío, fue un clásico liberal, admirador de Voltaire y Kant, que perteneció a un club de Tréveris llamado La sociedad literaria del Casino, francófilo y antiprusiano, por lo cual acabó siendo inscrito en las listas de “elementos subversivos”.

Así pues, Marx creció en un ambiente liberal en el que las nuevas ideas socialistas de Saint-Simon comenzaron a propagarse. En cuanto a su profesión religiosa, a pesar de su origen étnico, se puede considerar un desarraigado, lo cual explica que siempre fuera muy crítico con el judaísmo, al que no consideraba un lobby que luchaba por el poder material.

En sus años universitarios en los que estudió derecho y filosofía, siguió en la misma dinámica intelectual. En Berlín se hizo hegeliano de izquierdas y se dio cuenta de la necesidad de un sistema filosófico para fundamentar sus ideas políticas: “sin un sistema filosófico no se puede entender nada”.

Fue precisamente en esta tarea de construir un sistema filosófico en la que su gran amigo Engels, al que conoció en París, alcanzó una importancia esencial: gracias a él, con quien acabaría escribiendo El Capital, pudo desarrollar una auténtica filosofía del proletariado sustentada en un análisis exhaustivo tanto económico como social, después de centrarse en el estudio de Hegel y Feuerbach.

¿Cómo fue su vida personal?

En cuanto a su vida familiar, fue predominantemente bohemia y siempre tuvo una actitud alegre y equilibrada ante las circunstancias adversas de su situación. Con dieciocho años se prometió en secreto con Jenny von Westphalen, descendiente de condes escoceses por vía materna, con quien tuvo siete hijos, de los que solamente tres hijas alcanzaron la edad adulta.

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