Mero cristianismo (II)
Lo primero que tenemos que aclarar sobre la moral cristiana entre un individuo y otro es que, en este apartado, Cristo no vino a predicar ninguna moral nueva. La regla de oro del Nuevo Testamento (haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti) es un resumen de los que todos, en el fondo, sabíamos que era lo correcto. Los grandes maestros morales nunca introducen moralidades nuevas; sólo los embaucadores y los charlatanes lo hacen. Como dijo el Dr. Jonson: «La gente necesita que se le recuerden cosas más a menudo que se le enseñen». El verdadero trabajo de todo maestro moral es seguir llevándonos, una y otra vez, a los antiguos y sencillos principios que estamos tan intranquilos por ignorar, del mismo modo que una y otra vez se lleva a un caballo a la valla que se ha negado a saltar, o a un niño a la parte de la lección que quiere pasarse por alto.