Es preferible una Iglesia mártir que una Iglesia connivente con el mal

Hoy vivimos tiempos difíciles para la fe en España y el testimonio de los mártires debe servirnos de estímulo frente a la adversidad. Vosotros mismos lo podéis contemplar hoy en esta celebración, que a mí me recuerda a las misas del Beato mártir Jerzy Popieluszko en la Polonia de los años 80. Por ello, debemos mirar el valor de los mártires para llenarnos nosotros mismos de valor. Es preferible una Iglesia mártir −y recordemos que la palabra mártir significa «testigo»− que una Iglesia connivente con el mal por temor a perder un bienestar temporal. A medio y largo plazo, la Iglesia que realmente pervivirá será la primera.

Homilía en el XXXII Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo C), en la Misa de Campaña celebrada fuera del recinto del Valle de los Caídos

 

Queridos hermanos en Cristo Jesús:

Las lecturas de hoy resultan sugerentes sobre todo para dos aspectos de nuestra vida actual. Por un lado, nos encontramos en el mes de noviembre, dedicado a la intercesión por las almas de los difuntos: se abre con la solemnidad de Todos los Santos, que nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad ante Dios y a la salvación eterna; y al día siguiente prosigue con la conmemoración de los Fieles Difuntos, que instituyó el abad cluniacense San Odilón a inicios del siglo XI.

Es precisamente en el segundo libro de los Macabeos donde se encuentran algunos de los textos en los que la Iglesia Católica fundamenta la creencia en el Purgatorio o unas penas purgatorias, que es un dogma de fe definido por el II Concilio de Lyon en 1274. Para pasar a contemplar la belleza infinita de Dios, las almas deben estar limpias de toda mancha dejada por sus pecados. Nosotros podemos ofrecer nuestras oraciones, penitencias, limosnas y sobre todo el Santo Sacrificio de la Misa para que las almas que se encuentran en ese estado puedan pasar a disfrutar de Dios.

En el texto que hoy se ha leído, contemplamos la firme esperanza de los hermanos Macabeos en el premio eterno por su muerte martirial en defensa de la fe. “Dios quiere que todos los hombres se salven”, dice San Pablo. Y Jesús nos habla de la inmortalidad, pues Dios “no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos”. Dios desea que todos podamos llegar a gozar de la visión de Él en el Cielo. La secta de los saduceos, que trataron de poner a prueba a Jesús, tuvo su origen precisamente en la época de los Macabeos: fueron los judíos helenizantes que colaboraron con las autoridades impías y aceptaron elementos provenientes del paganismo y del racionalismo. Serían unos de los responsables en llevar a Jesús al Calvario. Aquí entra la segunda consideración.

Los Macabeos son un ejemplo de martirio en tiempos de persecución religiosa. No tenían miedo a la muerte, porque creían en el premio eterno. Jesucristo ha culminado lo que ellos anticiparon y se ha convertido en el Gran Mártir de la verdad y del amor de Dios, la Víctima que se ha ofrecido al Padre para redimirnos del pecado y abrirnos las puertas del Cielo. Por eso todos los mártires han dado desde entonces su vida por Él y con Él.

Hoy vivimos tiempos difíciles para la fe en España y el testimonio de los mártires debe servirnos de estímulo frente a la adversidad. Ayer mismo celebrábamos la memoria de los mártires españoles del siglo XX. En el avión de venida, el Santo Padre Benedicto XVI dijo ayer que España está sufriendo una ofensiva laicista muy semejante a la de los años 30. Vosotros mismos lo podéis contemplar hoy en esta celebración, que a mí me recuerda a las misas del Beato mártir Jerzy Popieluszko en la Polonia de los años 80.

Por ello, debemos mirar el valor de los mártires para llenarnos nosotros mismos de valor. Traigamos a la memoria los cerca de 50 católicos asesinados esta semana en Irak por elementos islamistas. Ojalá los católicos españoles seamos capaces de decir con convicción lo que ha dicho el cardenal arzobispo de Bagdad: “No tememos la muerte”.

Es preferible una Iglesia mártir −y recordemos que la palabra mártir significa “testigo”− que una Iglesia connivente con el mal por temor a perder un bienestar temporal. A medio y largo plazo, la Iglesia que realmente pervivirá será la primera. Hoy no honramos a ciertos eclesiásticos que en los años de la persecución en México pactaron los denominados “arreglos” con el gobierno masónico, sino que veneramos como santos y beatos a los mártires cristeros, procedentes sobre todo del pueblo sencillo.

No tengamos miedo a defender la verdad de Cristo. San Juan Crisóstomo fue desterrado dos veces por denunciar públicamente la corrupción de la corte de Constantinopla, pero ante la persecución afirmaba: “Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? ‘Para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir’. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena’. ¿La confiscación de los bienes? ‘Sin nada vinimos al mundo y sin nada nos iremos de él’. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. Yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo: […] ‘Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’”.

Evitemos el odio que pueda surgir en nuestro corazón hacia quienes persiguen la fe. Oremos por ellos y que el amor de Cristo venza el muro del odio. Pero, sin dejar de amarles, sepamos también mostrar nuestra firmeza, porque el Señor está con nosotros y tenemos que defender su heredad, de la que forman parte las iglesias y los lugares de culto. Que podamos decir con convencimiento las mismas palabras que el abad benedictino Santo Domingo de Silos dijera a un rey de Navarra en el siglo XI: “La vida podéis quitarme, pero no más”.

Quiero terminar extractando algunos preciosos versos de una canción que entonaban los cristeros mexicanos y que revelan el valor y el anhelo de eternidad que debemos tener. Dicen así: “El martes me fusilan / a las seis de la mañana / por creer en Dios eterno / y en la Gran Guadalupana. […] Matarán mi cuerpo, pero nunca mi alma. / Yo les digo a mis verdugos / que quiero me crucifiquen, / y una vez crucificado / entonces usen sus rifles. […] No tengo más Dios que Cristo, / porque me dio la existencia. / Con matarme no se acaba / la creencia en Dios eterno: / muchos quedan en la lucha / y otros que vienen naciendo. […] ¡Viva Cristo Rey! ”

Que la Santísima Virgen nos alcance del Espíritu Santo el don de fortaleza y haga que la visita del Santo Padre traiga sobre nuestra querida y atribulada España frutos copiosos de una fe recia y de un espíritu ardiente.

 

19 comentarios

Semper Fidelis
Un abrazo, padre Santiago, magnífico sermón ante los turbulentos tiempos que nos tocan vivir. Yo nunca oí mentar a los Cristeros en la Iglesia de México, parecían un tema tabú y ni hablar de las escuelas públicas socialistas, donde eran poco más que gavillas de bandidos y violadores ignorantes y manipulados por "el clero". La misma Iglesia ha guardado un sospechoso silencio. Pero ya les hemos pedido perdón a todos los que hemos ofendido a través de los 20 siglos. Y quién nos pide perdón a nosotros?
Ojalá su mensaje no caiga en saco roto, porque tal parece que desde arriba hasta abajo , cada quién quiere cuidar su bienestar y sus canonjías antes de defender su fé. Y que nuestros obispos obedezcan al Santo Padre, que ha hablado con gran valentía. Y que VIVA CRISTO REY hoy y siempre!!!
8/11/10 1:06 AM
Javier Paredes
Desde hace tiempo me honro con la amistad de Santiago Cantera, historiador, profesor universitario durante años y hoy sacerdote Benedictino. La lectura de su homilía me ha emocionado y es una luz en medio tanta oscuridad. Porque si estamos donde estamos, es tanto por el atrevimiento del laicismo antirreligioso de la izquierda, como por la connivencia de tantos católicos con el mal, como dice el P. Cantera. Con el mal menor -añado yo- que encarna la derecha pagana y que ha reducido la religión a pura sociología y silencia a los católicos coherentes en la vida pública, y más concretamente en la política. ¡Qué Dios te bengida P. Cantera!
8/11/10 9:33 AM
Norteafricano
¡Dios te bendiga Hno. Santiago, digno benedictino, por esta homilía!

Cada vez que por la palabra, el testimonio de vida y el amor a Jesucristo, anunciamos la Verdad, a precio de muerte y persecución, nos situamos en el Camino ("ego sum via..." Jn 14, 6), que condue a la Vida. Como lo hicieran en otros tiempos Esteban, Justino, Atanasio, Agustín, Bernardo, Benito... ANTES esto, el martirio, que convivir, confabularse y colaborar con la falsedad y mal.

Oremos por España.
8/11/10 9:46 AM
Rafael
Muchas gracias, P. Santiago, y bendito sea Dios que le alienta a ser un consagrado digno de ese nombre y de la maravillosa orden en la que profesa. Gracias por levantarnos el ánimo y dispuestos estamos a todo lo que se tercie. Habría que ir dilucidando dónde está el enemigo si fuera o dentro de la Iglesia. Yo creo que en los dos lados, pero el interno es el peor, porque a veces hasta viste de púrpura.
¡¡¡ALABADO SEA JESUCRISTO!!!
8/11/10 2:18 PM
Javiergo
Lo de la Iglesia mártir es más que evidente, en la actualidad, en lugares como Irak o la India. Pero no lo dirá por España, ¿verdad? Porque es más que evidente que estos obispos que tenemos ahora no están dispuestos precisamente al martirio, cuando son incapaces de denunciar siquiera lo que está sucediendo en el Valle de los Caídos. Ellos callan, y ponen la mano, que es lo suyo. No tienen absolutamente nada que ver con los obispos que teníamos en los años treinta del siglo pasado, que fueron auténticos mártires. A ver quién me encuentra un Pedro Poveda o un Ventaja Milán entre los obispos actuales. Aquellos Pastores de entonces defendían a sus ovejas; pero ahora, y a este paso, vamos a ser las ovejas las que tengamos que defender a nuestros Pastores. Malos tiempos para la Iglesia son estos, sí.
8/11/10 2:52 PM
Lorena Do.
Impresionante homilia. Me sorprendió ver el rigor, espiritualidad y profundidad del autor. Ahora, al leer aqui el comentario del Catedrático Paredes he comprendido.
Esto debe ir para los "perros mudos", no?:
"Hoy no honramos a ciertos eclesiásticos que en los años de la persecución en México pactaron los denominados “arreglos” con el gobierno masónico, sino que veneramos como santos y beatos a los mártires cristeros, procedentes sobre todo del pueblo sencillo."
8/11/10 3:26 PM
Catholicus
Viva Cristo Rey.

Por cierto, esta es la canción:

http://www.youtube.com/watch?v=a8Nv5S3yh2s

Aquí nuestros Pastores siguen avergonzados de nuestros héroes y allí en México, mucho más machacados, no ocultan ni se avergüenzan de sus gestas y hacen vídeos como esos.

Así nos va. Es el coste de la ingratitud, que nadie, ni los mártires desde el cielo te respetan.
8/11/10 5:07 PM
clara
Catholicus, la canción que dice Fray Santiago es esta:
http://www.youtube.com/watch?v=H6k39qKvKdg

¡Viva Cristo Rey!
8/11/10 5:57 PM
Ana
totalmente de acuerdo ,mejor una iglesia mártir que blandita plegada a los dictados de los políticos.
agradezco el testimonio de los frailes de celebrar fuera cuando dentro lo prohibian. muy bien por ellos
8/11/10 6:11 PM
Teresa
¡Por fin unas palabras claras, reales, verdaderas! ¡Qué Dios bendiga a esa comunidad perseguida! ¿Sabéis cómo hacer para hacerles llegar nuestro apoyo? ¿O si se está organizando alguna inciativa de protesta contra esta medida liberticida o de ayuda a los benedictinos?
8/11/10 10:33 PM
Juan Jesús Gómez Rivera
Toda mi solidaridad con los monjes venerables, en el sentido más amplio del término, de la Abadía de la Santa Cruz. Ha llegado el momento de abandonar la tibieza. Pero, ¿qué dice el Arzobispado de Madrid? ¿Qué gestión está realizando la Nunciatura Apostólica ante este intolerable atentado a la libertad de culto en una Basílica Pontificia? El adversario pone a prueba la capacidad de reacción del catolicismo español. No encontrando ninguna respuesta destacada, al margen de la numantina resistencia de estos venerables monjes, sólo podemos esperar que todo vaya a peor.
8/11/10 10:39 PM
Antonio Torres
OTRA BURDA MENTIRA EL YA MANIDO ARGUMENTO DE PATRIMONIO NACIONAL PARA JUSTIFICAR EL CIERRE SINE DIE DEL VALLE DE LOS CAÍDOS

Los hechos que se desprenden de la documentación existente son muy diferentes a las falsedades y ruedas de molino que se nos quieren hacer tragar a los españoles, creyentes o no, para justificar el cierre ilegal de un lugar de culto y religioso como es la Basílica Pontificia de la Santa Cruz, así como del recinto completo del Valle de los Caídos que también tiene la naturaleza de lugar de culto y religioso conforme viene a corroborar la misma Ley de la Memoria Histórica.

PRIMERA MENTIRA. En una primera fase, hace aproximadamente un año, se trató de justificar el entonces cierre unilateral de las instalaciones destinadas al culto y del conjunto del Valle de los Caídos, con el argumento falaz de la inseguridad supuestamente derivada de fallas en la estructura del interior de la Basílica, tal como se mencionó de forma expresa en carta firmada por el Subsecretario de la Presidencia y dirigida al Padre Abad, argumento que fue categórica y rigurosamente desmontado por los resultados del pormenorizado informe técnico que a petición del Padre Abad se realizó a los efectos, en el cual se concluyó que el tal supuesto riesgo es sencillamente nulo.

SEGUNDA MENTIRA. Ante la desfachatez del la primera mentira, intentaron una segunda. Ahora se trataba de unos supuestos indicios de que había riesgo de que se perpetrará un atentado terrorista en la Basílica. Alg
9/11/10 7:28 AM
Ricardo Seguí
El mal menor. Ese es el mal mayor hoy. A cuenta del mal menor: los de CyL promueven el voto al PP. Así, por ejemplo, un periodista de CyL llamado Fernando de Haro da cancha en Popular TV a Eugenio Nasarre, pepero distinguido de quien no se sabe qué méritos ha hecho a favor de la decencia. ¿Por qué los llamados "movimientos" son tan egoístas y tan engreídos?

A cuenta del mal menor el opusino Jorge Fernández siembra la confusión en las páginas de La Razón, presunto periódico de los católicos y que distribuye L'Osservatore Romano con las bendiciones de Cañizares.

Basta de porquería. El P. Cantera le ha echado un par de narices.
9/11/10 11:32 AM
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
Hablando de los Macabeos, es de reseñar que no sólo murieron como mártires, sino también como valientes soldados de la fe, que acabaron hechando a los paganizantes, y restaurando el Reino.
Los paganos de hoy, ya sabemos quienes son, pero también hay que identificar a los paganizantes. Es decir, aquellos que colaboraron con el enemigo, por pensamiento, palabra, obra u omisión. Por ejemplo:
En todos estos años, con centro de estudios sociales o sin Él, ¿Hablaron los monjes del Valle del Reinado Social de Cristo, del mal del liberalismo, de los males que infaliblemente iba a traer a España el actual Régimen, evitando toda connivencia con el modernismo teológico, espiritual, litúrgico, moral, político, etc... aún a riesgo del martirio, aún moral?

Sabiendo que fueron instalados allí para el mayor esplendor del culto divino, ¿Hicieron todo lo posible para mantenerlo en la Basílica, o prefirieron celebrarlo en buena parte en la mucho más cómoda capilla interior?
O profesando la Regla de san Benito, prefirieron sustituir el largo Oficio divino por la cortísima Liturgia de las Horas?
O prefirieron tomar el camino de la ancha observancia, siendo motivo de preocupación para sus abades?
Siendo yo mismo un cristiano totalmente inejemplar y miserable, les rogaría a los monjes del Valle que meditaran sobre estos y otros puntos, tal vez su conversión más profunda haga que N.S. se apiade de ellos, y no permita la destrucción de uno de nuestros más importantes santuarios.
9/11/10 7:35 PM
Al sucesor de Fray Eusebio de Lugo
Puede que tenga razón en todo o en parte, pero precisamente ahora que los monjes del Valle de los Caídos toman un rumbo más martirial a su entender ¿a qué pasarles la factura? ¿les está prohibido ser ahora testigos por haber "llegado tarde"? Cada uno de nosotros que esté en pie mire no caiga y oremus ad invicem.
9/11/10 10:24 PM
Al sucesor de Fray Eusebio de Lugo
Puede que tenga razón en todo o en parte, pero precisamente ahora que los monjes del Valle de los Caídos toman un rumbo más martirial a su entender ¿a qué pasarles la factura? ¿les está prohibido ser ahora testigos por haber "llegado tarde"? Cada uno de nosotros que esté en pie mire no caiga y oremus ad invicem.
9/11/10 10:35 PM
Gregory
Muchos diran que esta Homilia es una provacación, sin embargo bienvenida sea esa provocación que nos recuerda lo que la vida crsitiana implica en cuanta a fidelidad y entre de todos los días así sea en la circustancias más adversas. alabado sea Jesucristo Ayer, Hoy y Siempre.
10/11/10 5:09 AM
sila
La Iglesia ha pervivido a través de los que realmente no se han casado con nadie y han dado testimonio de la Verdad sin miedo a pesar de no guste oirlo, y si no tomar ejemplo del anciano Santo Padre, que para él sería mucho más cómodo dar el parabién a todos y sin embargo sin miedo a las críticas pregona la sana doctrina.
10/11/10 1:21 PM
Lola
Este sacerdote es una de las cabezas mas bien amuebladas del siglo. Tenemos entre los Benedictinos grandes teólogos, historiadores y recopiladores como el Benedictino Colombás también. Asistir a sus homilias es reconciliarte con Dios. Por ellos algunos hemos vuelto a la senda. La homilia del Domingo pasado,del Abad fue tambien reconfortante. Todos los domingos mi marido y yo, desde Valencia vamos a la misa de campaña. Y seguiremos asistiendo hasta que se abra al culto la Basílica. Ellos nos dan ejemplo de fe y vida, los Benedictinos. Ellos son los garantes de nuestra civilización. Gracias a San Benito y a sus hijos, Europa existe. Y ellos, al igual que San Benito, están siendo firmes a las torturas psicológicas, que están soportando durante años. Todos los cristianos estamos obligados a hacer profesión de fe. Y estar todos a su lado todos los domingos, en la explanada, con frio, nieve o inclemencia que sea. Nosotros vamos abrigados. Ellos -a igual temperatura- sólo los cubre el hábito. Mirarles es un ejemplo. No existe excusa para no estar todos los domingos a su lado en comun- unión.
18/11/10 10:54 AM

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