Soplar y sorber, Tucho, no puede ser
Cardenal Víctor Manuel Fernández

Soplar y sorber, Tucho, no puede ser

Se me dirá que Mons. Fernández sólo ha permitido bendecir a las parejas homosexuales, pero no la unión homosexual, y que ha recalcado esta diferencia para los pobres ignorantes que no hemos entendido Fiducia Supplicans.

Lo de querer hacer dos cosas incompatibles a la vez parece que es una manía que el ser humano padece desde antiguo. El refranero español tiene todo un abanico de expresiones para su diagnóstico, y que a la vez, bien meditadas, pueden servir como manual de prevención. Las versiones presentan diferentes matices según el estilo personal de cada tiempo y de cada región, pero todas vienen a señalar el mismo absurdo con una verdad de Perogrullo. «Soplar y sorber no puede ser», «no se puede estar en Misa y repicando», «dormir y guardar las eras, no hay manera», son algunas de las tantas variantes que encontramos en nuestro idioma.

El fenómeno, sin embargo, es universal, y por eso no hay idioma que no tenga su repertorio más o menos extenso en el que se denuncia la misma imposibilidad. Los ingleses, cuyo único motivo de gloria culinaria es el pastel, lo han elegido como protagonista de su refrán, y así dicen «You can’t have your cake and eat it too», es decir, «no puedes comerte el pastel y a la vez tenerlo». Los italianos siguen una línea más picaresca para ilustrar la misma verdad: «non puoi avere la botte piena e la moglie ubriaca», lo que puede traducirse como «no puedes tener el barril lleno y la esposa borracha». No creo que exista país de Europa, ni del mundo, que no tenga sus refranes equivalentes.

A pesar de todo, el hombre ha hecho por lo general caso omiso de estos sabios consejos folclóricos, y hoy como ayer sigue intentando la cuadratura del círculo. No es que no acepte en teoría y en su sentido literal las verdades que constatan todos esos refranes, pero a la hora de aplicar su sentido general a las situaciones concretas de la vida, actúa como si las negara.

Yo estoy convencido, por ejemplo, de que Mons. Tucho Fernández está de acuerdo con todos los refranes que he mencionado, y que pondría la mano en el fuego por cualquiera de ellos. Pero la aplicación práctica ya es otra cosa. Porque a pesar de toda la filosofía popular y de los principios elementales de la lógica, cree que la unión homosexual se puede y no se puede bendecir, es y no es buena, es y no es querida por Dios.

Se me dirá que Mons. Fernández sólo ha permitido bendecir a las parejas homosexuales, pero no la unión homosexual, y que ha recalcado esta diferencia para los pobres ignorantes que no hemos entendido Fiducia Supplicans. Si a alguien le satisface esta distinción puramente semántica, sea por pereza intelectual o conveniencia, hay poco que hacer. Pero el resto de la humanidad estará de acuerdo conmigo si digo que la bendición de una pareja o de una unión es en esencia la misma cosa.

Porque ¿qué es una pareja? Me refiero, por supuesto, entendida la palabra en su acepción romántica o erótica. En este sentido, la pareja sólo puede entenderse de dos modos: o bien como la habitud de la unión de dos personas, es decir, la unión física misma no considerada sólo como acto, sino como estado de habitual predisposición; o bien, como ocurre entre católicos, como la relación orientada a esa unión física una vez sea autorizada por el sacramento del matrimonio.  

Según estas consideraciones ¿qué es una pareja homosexual? Veamos. Como la Iglesia católica no permite el matrimonio homosexual, se descarta que se trate de la relación de dos personas del mismo sexo que se mantienen castas en espera de que los sacramentos legitimen su unión sexual, que es lo que sucede en el caso del noviazgo católico entre un hombre y una mujer. Esto es evidente. Dos hombres o dos mujeres nunca podrán recibir el sacramento del matrimonio, así que su condición de pareja no puede entenderse como etapa anterior e introductoria a la unión santificada por la Iglesia católica, y por lo tanto no es posible creer que esa pareja practica la castidad. Sólo nos queda concluir, pues, que en ese caso la pareja representa el estado de habitud del acto homosexual, el estado de dos personas del mismo sexo que habitualmente tienen relaciones carnales. Luego bendecir a una pareja homosexual es bendecir las uniones homosexuales.

Hecha abstracción, pues, de las artimañas léxicas, está claro que lo que se ha hecho es introducir la bendición de las uniones homosexuales jugando con la ambigüedad del término «pareja», confiado en que la gran mayoría de los católicos no tendría suficiente criterio como para detectar el engaño. Hasta ahora vemos que una gran parte de los católicos está defraudando las expectativas de Tucho, y que sobre todo África, actualmente el continente más fértil en mártires, ha rechazado sus trucos de prestidigitador.

No sabemos a cuántos fieles incautos conseguirá arrastrar fuera de la doctrina católica, pero lo seguro es que Dios, que conoce cada rincón de su insidiosa alma, le hará responsable de todos los errores y los sacrilegios que se cometan en su Casa. Por supuesto, estoy lejos de asegurar que Tucho vaya a condenarse en el infierno, pues en cualquier momento la gracia de Dios puede convertirlo en en un hombre honesto, e incluso en un católico. Pero existiendo, como existe para todos, la posibilidad de esa condenación, no puedo dejar de imaginar la escena de su Juicio. Lo primero que me viene a la mente es que entonces Cristo se limite a recordarle, con un tono acusatorio, aquellas sus palabras en el Sermón de la Montaña: «sea vuestro hablar: sí, sí; no, no». Pero la imaginación va más allá, y no puedo descartar sus conjeturas. Porque también es posible, y no cambia el tenor del veredicto, que en esa hora terrible que decidirá su eternidad, las últimas palabras que escuche Tucho pertenezcan al refranero español: «Soplar y sorber no puede ser».

 

13 comentarios

José Ángel Antonio
"no es posible creer que esa pareja practica la castidad"
Hay una serie de casos en la que sí puede ser que haya una "pareja" del mismo sexo que practica la castidad:
- quizá los dos son muy devotos, son conversos, han hecho voto de amistad casta, sin relaciones sexuales, viven como hermanos (esto es más frecuente y factible entre mujeres, y personas de edad más avanzadas); es el testimonio del escritor Philip Trower y su pareja gay;
- quizá son devotos, no tienen muy claro la castidad, pero no les cuesta mucho porque uno o los dos están enfermos, o en una operación trans les mutilaron los genitales; no se dedican a la práctica sexual, son como hermanos, han vivido mucho juntos, viven en la misma casa y se apoyan;
- eran pareja sexual, pero ya no se atraen sexualmente; saben que en el "mercado gay de parejas" no les irá bien, les harán daño (ya no son atractivos); su ex-amante es hoy su amigo, alguien que no les hará daño; quizá sólo les atrae ligeramente la fe, la idea de que Dios podría ofrecer un camino, lo están explorando.
A todos estos, que viven sin fornicar, la Iglesia les puede bendecir por separado, e incluso recitar una oración de bendición de amistad y fraternidad (adelfopoiesis) y acompañar de mil formas -discretas o públicas- sin pasar por las confusas bendiciones del cardenal Tucho.
21/01/24 10:06 AM
Alonso
Gracias por tu comentario, José Ángel Antonio. En el momento en que dos hombres que habían sido pareja sexual dejan de mantener esas relaciones, dejan de ser pareja en su acepción romántica o erótica. Por otra parte, dos hombres que viven como hermanos no son pareja, son eso: dos hombres, y como tal pueden ser bendecidos por separado, como dices. Nunca como pareja. Saludos.
21/01/24 12:34 PM
maru
Así es, no se puede "soplar y sorber ', como tampoco se puede "nadar y guardar la ropa". Este señor, o no se entera o no quiere enterarse y ambas cosas no son buenas. Hay que ver en qué manos está el dicasterio más importante!!!
21/01/24 3:51 PM
SS
Lo que subyace. Es el lavado de cerebro, que ya está en las leyes, la propaganda, la enseñanza y a igual que el crimen de los niños por nacer. Etc
Se vea en la Iglesia. Como aceptable.
En este sentido, ya han ganado y no digamos creer que el infierno no existe.
En Resumen, ni se escucha, ni se cumple la palabra de Dios.
21/01/24 4:52 PM
Angeles Wernicke
No quiero desanimar los comentarios, pero creo -estoy segura- de que este señor es un típico porteño vivillo que, armado de poder, aprovecha para hacer todo lo que quiere, y mientras se muere de risa de la mansedumbre y humildad que obligan a los católicos a callar, obedecer y rezar por el papa y sus obispos. Él carece de fe, pero le viene de perlas la fe de los cristianos, que los mantiene obedientes y mansitos. Y mientras tanto, ejerce el poder omnímodo con la insolencia de los cobardes.
21/01/24 7:42 PM
Gris Funcionario
José Ángel Antonio.
Sé que casos como los que cita pueden existir. Dos amantes podrían haberse convertido con los años en camaradas y buenos amigos y además convivir les hace la vida más fácil aunque ya no tengan relaciones sexuales. Y puede ser que se hayan ido acercando a Dios y estén muy contentos de ser acogidos y acompañados en la Iglesia. Podrían estar en gracia de Dios en esta situación, no habría problema, siempre que de cara al resto de fieles esta situación sea conocida, puesto que de lo contrario generaría escándalo y confusión.

Y tiene usted razón, a la gente en estas circunstancias (y al resto de fieles) lo peor que se les puede hacer es confundirla con estas bendiciones raras. Como bendición "pastoral" sería un fracaso, un tiro por la culata, no ayudaría a los fieles a aceptar el cumplimiento de la Ley de Dios.
21/01/24 8:51 PM
Asier
Que soplar y sorber sí puede ser, es algo bien sabido por la Iglesia Católica y revelado por Dios, en la Biblia, en la Naturaleza y en la Teología y Magisterio de la Iglesia: Es bien sabido que la creación está llena de paradojas, carnívoros que sólo comen hierba, como el oso panda, y animales que hacen la fotosíntesis, como ciertas babosas fotosintéticas. Si nos vamos a la Biblia, la prohibición de matar es perfectamente compatible con la pena de muerte por apedreamiento, y si vamos a teología, y no quiero que nadie se escandalice, tres es uno y uno es dos. No sólo es real, sino que es bello. Dios, que es mucho más grande que nosotros, ha creado lo que nosotros no entendemos. Y la Iglesia se esfuerza por dar su buena nueva.
22/01/24 1:47 PM
Jacinto
José Ángel Antonio:
Viejo truco el de soltar pseudo argumentos y luego esputar una tontolabada
como "adelfopoiesis" para disipar dudas.
22/01/24 5:37 PM
Nèstor
"Dos amantes podrían haberse convertido con los años en camaradas y buenos amigos y además convivir les hace la vida más fácil aunque ya no tengan relaciones sexuales"

Entonces ya no son "pareja". Lo que FS aprueba son las bendiciones a las "parejas" que están en situación objetiva de pecado.

"carnívoros que sólo comen hierba, como el oso panda,"...Es que..si sólo comen hierba...no son carnívoros...

"animales que hacen la fotosíntesis". Bien por ellos. ¿Hay por ahí animales que sean vegetales, o mejor aún, que no sean animales?

En efecto, la prohibición de matar al inocente es compatible con matar al culpable.

Tres no es uno ni uno dos. Tres Personas son un solo Dios, que es otra cosa; no que tres Personas sean una Persona o que tres dioses sean un Dios.

Sin el principio de no contradicción no se puede rezar el Credo, porque sería lo mismo "Creo" y "No creo", y así todo lo demás.

Saludos cordiales.
22/01/24 6:31 PM
Douglas
Nestor, muchas gracias excelente comentario...
23/01/24 2:54 PM
Grego
Lejos de mí defender "Fiducia Supplicans"... es un documento muy confuso, que en su interpretación natural contradice la fe católica y de resultado nefasto.
Pero no sé si la frase "pero lo seguro es que Dios, que conoce cada rincón de su insidiosa alma, le hará responsable de todos los errores y los sacrilegios que se cometan en su Casa" está juzgando interiormente al cardenal Fernández... Si usted, Alonso, como autor de dicha frase cae en el juicio interior grave de alguien es el quién objetivamente cae en un pecado mortal (no aseguro que lo sea, pues subjetivamente yo no quiero meterme en el juicio interior) y se condenaría por ese juicio si hubiera ese pecado y no se arrepintiera. Tampoco aseguremos los términos del juicio de Dios; no creo podamos saber seguro en qué dimensión Él juzgará la responsabilidad del cardenal Fernández.
24/01/24 12:34 AM
África Marteache
Grego: Dios juzgará la responsabilidad del Cardenal Fernández y nosotros padeceremos las consecuencias de lo que hace y, encima, presuponiendo su buena voluntad.
28/01/24 11:10 PM
mercedes
Creo que da lo mismo que vivan juntos, separados, sean castos o no lo sean, que sean pareja o no, lo importante, es lo que de todo ésto, le llega a los jóvenes y a los poco formados.
Creo, que a muchísima gente, le quedó en la cabeza,. que la Iglesia, bendice las uniones homosexuales, ésa, es la gran tragedia.
2/02/24 2:08 AM

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