Tribunal Constitucional, Democracia, Aborto y Objeción de Conciencia
Pleno del Tribunal Constitucional de España del 24 de enero del 2023 ©EP Alberto Ortega

Tribunal Constitucional, Democracia, Aborto y Objeción de Conciencia

Si mis derechos no son propiamente míos, sino una graciosa concesión del Estado, es indudable que el Estado puede en cualquier momento quitármelos. De ahí al totalitarismo no es que haya un paso, sino que ya estamos dentro de él

La sentencia del Tribunal Constitucional del 9 de Mayo, avala gracias a la mayoría socialista de sus miembros, aunque el PP tiene en ello una gravísima responsabilidad, el que el aborto es un derecho fundamental de la mujer. Creo que esta resolución nos presenta el triple problema de qué es la democracia, si el aborto es un derecho y el tema de la objeción de conciencia. Una democracia, para que sea auténtica, exige elecciones libres, la separación de poderes y el respeto a los derechos humanos.

Sobre la Democracia encontramos unos textos muy interesantes de san Juan Pablo II. En la Encíclica «Centesimus annus» dice: «Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana». La Sociedad está estructurada en tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, lo que «exige una legislación adecuada para proteger la libertad de todos. A este respecto es preferible que un poder esté equilibrado por otros poderes y otras esferas de competencia que lo mantengan en su justo límite. Es éste el principio del ‘Estado de derecho’, en el cual es soberana la ley y no la voluntad arbitraria de los hombres» (nº 44). «La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica» (nº 46). Y también «no puede haber verdadera democracia si no se reconoce la dignidad de cada persona y no se respetan sus derechos»  ( Encíclica «Evangelium vitae» nº 101).

El considerar que los derechos surgen de las leyes que se dan los hombres es una bofetada en toda su amplitud a los valores democráticos. Si mis derechos no son propiamente míos, sino una graciosa concesión del Estado, es indudable que el Estado puede en cualquier momento quitármelos. De ahí al totalitarismo no es que haya un paso, sino que ya estamos dentro de él, como denuncian nuestros Obispos en su Comunicado del 10 de Mayo

Sobre el aborto, ¿qué vamos a decir? El derecho a la vida es el derecho humano básico y fundamental. Es indudable que la gran cuestión en torno al aborto es la siguiente: cuando se destruye un embrión o un feto, ¿lo que se destruye es un ser humano, sí o no? Si lo que se destruye es un ser humano, estamos ante un crimen, si lo que se destruye, aunque sea un ser vivo, no es un ser humano, a eso no le podemos llamar crimen. Nuestra Ley del Aborto sostiene nada menos que cinco veces, el derecho del feto a la vida con su afirmación: «la vida prenatal es un bien jurídico merecedor de protección». . Está claro también, que desde hace unos cuantos años, la Medicina está realizando enormes progresos en el conocimiento de lo que sucede antes del nacimiento. Los avances científicos, como las ecografías, la Genética, la Biología Celular, la Embriología confirman cada vez más que la vida humana empieza en la fecundación.

Es muy conveniente también que las mujeres que decidan abortar conozcan las secuelas psicológicas de tal acto y en particular del cuadro psicopatológico conocido como el ‘Síndrome Postaborto’ (cuadro depresivo, sentimiento de culpa, pesadillas recurrentes, alteraciones de conducta, pérdida de autoestima, etc.)». Hace poco leí que se calcula que el setenta por ciento de las mujeres que se suicidan habían abortado.

El libro de Hechos de los Apóstoles afirma «hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (5,29 y 4,19), y por ello el seguimiento de la propia conciencia es un deber moral y religioso, que en el plano civil se fundamenta en el artículo 18 de la Declaración de Derechos Humanos: «toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión». Es decir, la libertad de conciencia y por tan to la objeción de conciencia es un Derecho humano fundamental, aún desde el punto de vista civil.

El Concilio Vaticano II, es decir la Iglesia Católica, nos describe la conciencia así en la «Gaudium et Spes»: En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley, cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo. La fidelidad a esta conciencia une a los cristianos con los demás hombres para buscar la verdad y resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al individuo y a la sociedad» (GS 16).

Ahora bien si el actuar contra la propia conciencia está mal, es mucho peor obligar a otro a actuar contra su conciencia. El Tribunal Constitucional pretende «la objeción de conciencia debe ser interpretada de manera restrictiva, y, en todo caso, su ejercicio debe compatibilizarse con el derecho de la mujer a acceder efectivamente a la prestación sanitaria de interrupción voluntaria del embarazo», y limita la objeción de conciencia al personal sanitario que practica directamente la intervención, no a otras actuaciones auxiliares, administrativas o de apoyo instrumental. No nos extrañe que San Juan XXIII, en el Catecismo YouCat nos diga. «Hacer violencia a la conciencia de la persona es herirla gravemente, dar el golpe más doloroso a su dignidad. En cierto sentido es más grave que matarla» (nº 297), y Jesucristo en el evangelio de San Mateo afirma. «No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo» (Mt 10,28).

Termino con una pregunta; ¿no sería más adecuado llamar al Tribunal Constitucional Tribunal Anticonstitucional?

Pedro Trevijano, sacerdote

 

9 comentarios

Pedro
Hace unos años, al comienzo de los debates sociales sobre el aborto, y en un foro de ciencia muy concurrido, ya desaparecido de la Red, alguien propuso y se debatió ampliamente si el aborto era o no un asesinato. El foro en cuestión era puramente científico ateo , no solía admitir puntos de vista cristianos e incluso era renuente a admitir criterios morales o religiosos, restringiendo los razonamientos a los puramente lógicos o científico positivistas. Pues bien, la discusión fue larga y exhaustiva , se analizaron puntos de vista diferentes y se concluyó, con gran sorpresa por mi parte, que el feto era humano desde la concepción y el aborto inadmisible. La posición abortista no prosperó en modo alguno. Lo recuerdo como prueba de que la simple razón humana ve claramente cuál es la naturaleza del aborto. Ahora me pregunto por la naturaleza de quienes se llaman jueces al sentenciar lo contrario.
15/05/23 7:23 PM
Juan Mariner
La democracia liberal occidental ha entrado en una deriva dictatorial y totalitaria disfrazada de elecciones y referéndums, que la va acercando a los sistemas nazi y al comunista sin ya disimulo. Los de la Unión Europea amenazando a Polonia y a Hungría por restringir el aborto y demás iniquidades asesinas, mandando hacer referéndums uno tras otro a Irlanda y a San Marino, so pena de castigos interminables (bloqueo, ostracismo, boicots...). EEUU a través de las instituciones internacionales amenazando a Centroamérica y Venezuela, unos por la Agenda 2030 y otros por el petróleo... Gran Bretaña presionando a sus colonias. Los adalides del NOM, que impondrán por la sangre, dándonos lecciones de democracia parlamentaria.
15/05/23 9:05 PM
Antolin
Artículo muy necesario hoy. Consuela mucho mi persona. También los comentarios de Pedro y Juan Mariner.
Siento dolor porque lo evidente y objetivo según el sentir de muchos se desprecian cada vez más. Dios ha otorgado al hombre y a la mujer una gran dignidad y no la podemos perder. Nos toca seguir luchando por el bien y la verdad sabiendo que el porvenir será muy distinto y que vencerá la vida y la buena conciencia. Dios está por encima de todo y de todos.
15/05/23 11:18 PM
Cordá Lac
"Una democracia, para que sea auténtica, exige elecciones libres, la separación de poderes y el respeto a los derechos humanos". Esta frase del texto es discutible, o al menos hay que aclararla, en dos aspectos.
Uno. La democracia define por sí misma qué son derechos humano y cuáles son; así que no están dados por supuesto y por supuesto que pueden variar en diferentes democracias.
Dos. El verdadero único poder es del pueblo y lo delega y lo ordena según convenga.
16/05/23 10:24 AM
Juan Mariner
Por cierto, el Tribunal Constitucional y algunas salas de los ordenes jurisdiccionales del TS y de los TSJ autonómicos están SOBREVALORADOS. La cooptacion y el CGPJ politizan de tal manera estos altos órganos del Estado hasta la comicidad. Argumentos circulares, retorcimiento del Derecho, falacias varias, olvido de la Ley aplicable, "non liquet", chulerías, jurisprudencia contradictoria ad hoc e intuitu personae... y un cajón de sastre que les va de perlas para quitarse los "muertos" de encima: "la falta de interés constitucional y casacional", y se quedan más anchos que largos.
16/05/23 11:29 AM
Tito España
Si analizáramos el aborto fuera del plano religioso, ya que la sociedad actual parece rechazar este punto de vista, podríamos concentrarnos en el aspecto antropológico, tomando como ejemplo las campañas contra el "machismo asesino" que, por Ley en nuestro país, hace responsable a todos los varones españoles de portadores de génes asesinos en su ser natural, prestos a asesinar a la primera mujer que se cruce en su camino.
Lo mismo, por tanto, podría predicarse de las mujeres embarazadas por su "feminismo asesino de bebés prenatales", ya que científicamente, como tanto gustan de aplicar para todo, el embrión, el feto, o como quieran llamarlo, es un ser humano completo desde su concepción, completamente individual e irrepetible. No es un virus, ni una bacteria, ni con su tolerado nacimiento, sale de la madre un avión, ni un peluche cariñoso, ni una mascota querida, ni una flor o un embrión de árbol, ni ninguna otra diferente a un ser humano, niño o niña.
¿Por qué se celebran tantos minutos de silencio por cada mujer que muere a manos de un varón y nadie hace la menor referencia a los cientos, a los miles, a los cientos de miles que matan sus madres en su propio vientre? ¿Es que el derecho a vivir es un privilegio que otorgan los gobiernos? Luego, mucho presumir de la supresión de la pena capital en los códigos, pero para los concebidos y no nacidos no hay protección alguna.
¡Sociedad falsa e hipócrita! De Dios no te reirás.
16/05/23 1:18 PM
Pedro
"La objeción de conciencia debe ser interpretada de manera restrictiva".
Los autores de la sentencia no dan ni una sola razón por la cual ese derecho debe ser restringido. ¿Qué otros derechos deben interpretarse también de manera restrictiva? ¿ningún otro? ¿y cuáles de manera extensiva?
Esa frase abre un melón muy peligrosos, por un lado, pero muy interesante, por otro.
No hay libertad de conciencia si uno no puede vivir de acuerdo con ella y, en concreto, sin verse obligado a actuar en su contra. No hay libertad de conciencia ni de pensamiento si no hay libertad de expresión. Uno debe poder expresar su ideas, siempre que respete a las personas.
Está claro que este TC no está interpretando la constitución, sino
escribiendo una nueva. Lo mejor que se puede hacer con él es eliminarlo, aunque esto requiera un cambio en la constitución.
Eso es lo que deberíamos pedir. Cuanto antes.
16/05/23 2:42 PM
Pedro de Madrid
Ya lo he dicho en muchos comentarios, para que una mujer quede embarazada debe "conocer" (expresión utilizada por la Santísima Virgen María)a un varón y por tanto es cosa de dos y ese detalle no lo ha tenido en cuenta el TC. El aborto es un asesinaro en toda regla y ese Tribunal no lo contempla, por su ceguera, es decir, en ciertos casos se puede matar, como es el aborto y la iglesia, desde un principio, o de forma muy tibia, no habló claro en lo que respecta a una condenación eterna, como lo expresa el credo en su última frase, la vida ETERNA. ¿Quien hace comprender a un un miembro de un partido plítico que hay vida eterna?. Por eso legislan a espaldas de Dios
16/05/23 4:21 PM
Federico
A la última pregunta con la que el autor cierra el artículo creo que la respuesta es no. No parece que la sentencia sea anticonstitucional, en la medida en que tenemos una constitución agnóstica que contempla que la voluntad popular va a ser siempre la que define qué son derechos y qué no.
Dicho esto, creo que no tiene sentido seguir alabando la democracia como el mejor sistema político y al mismo tiempo escandalizarse por el aborto. La democracia es un sistema donde el pueblo decide lo que está bien y lo que no, y eso permite que a veces el pueblo decida asesinar a niños no nacidos. Es un sistema perverso de raíz, la causa del problema. Por eso, no podemos defender la causa y luego lamentarnos por las consecuencias.
17/05/23 6:30 PM

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