(Agencias/InfoCatólica) Los actos comenzaron pasadas las diez de la mañana y se desarrollaron en una mañana soleada y fría. Los participantes, muchos de ellos provenientes de varios países europeos, llenaron el Paseo de la Castellana casi desde de la Plaza de Castilla hasta Nuevos Ministerios.
La celebración contó con la presencia de 18 prelados de otros países y medio centenar de obispos españoles, entre los que se encontraban los cardenales Rouco Varela, Martínez Sistach y Amigo Vallejo. Cardenales y obispos llamaron a santificar el matrimonio «frente a tantos presuntos modelos, de familia» y reivindicaron la unidad conyugal como «valor público». Estas fueron las palabras del vicario del Papa para la diócesis de Roma, el cardenal Agostino Vallini, quien instó a los presentes a «manifestar el amor de Cristo» frente a «tantos presuntos modelos de familia» y frente al «miedo que tantos jóvenes tienen a un amor eterno».
En este sentido, el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, reivindicó un «verdadero apoyo social, jurídico y económico» para las familias porque, según afirmó, «el futuro de los pueblos» pasa por ellas.
El fundador de Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, destacó en su saludo a los presentes que «el matrimonio es indisoluble» e incidió en que «es necesaria más evangelización" porque según dijo, «el que se separa no tiene vida eterna». «Sólo la familia puede salvar a Europa», reiteró.
Bendición papal desde Roma
Tras los saludos, la organización conectó en directo con la Plaza de San Pedro del Vaticano, desde donde el Papa Benedicto XVI dirigió un mensaje a los católicos concentrados en Madrid y les llamó a «ofrecer testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer», porque es «de suma importancia para el futuro» de la humanidad.
Según dijo, la familia es el espacio donde «se comparten las penas y las alegrías» y donde se vive «siempre ese amor de total entrega, comprensión y respeto mutuo». «Os animo a que confiando en la Virgen María y en San José os dediquéis sin descanso a esa hermosa misión que el Señor ha puesto en nuestras manos», instó Benedicto XVI a los presentes. Los miles de fieles concentrados en el eje Castellana-Concha Espina, casi desde de la Plaza de Castilla hasta Nuevos Ministerios, recibieron con una ovación las palabras del Pontífice.
Misa oficiada por el Cardenal Rouco Varela
Tras el rezo del Ángelus, el cardenal Rouco Varela ofició la Eucaristía solemne. En su homilía que el actual panorama de la familia en Europa no es «halagüeño» y «se agrava» con las medidas legales que facilitan el divorcio, la aceptación legal del matrimonio gay, la extensión de la crisis, el paro y la ley del aborto. Además, constató que este «preocupante diagnóstico se ha ido agravando más y más».
Para distribuir la Comunión, la organización dispuso que más de 1.200 ministros de la Iglesia se colocasen a lo largo y ancho del Paseo de la Castellana y las calles adyacentes con paraguas de rayas blancas y amarillas para indicar su posición; se utilizaron además, un millar de copones de cerámica fabricada en Teruel.
Toda la celebración estuvo acompañada por el Coro infantil de la Parroquia Santa Catalina de Madrid, que interpretó villancicos populares, y el Coro de la Catedral de La Almudena, durante la Eucaristía. Antes de la despedida, la Banda de Música del «Jesús de los Gitanos» de Sevilla hizo su aparición escoltando a los Reyes Magos –montados en dromedarios y cargados de regalos– y su séquito, que se postraron ante el Niño Jesús de la Sagrada Familia situada en un lateral del altar, poniendo un hermoso broche final a los actos del Día de la Familia.