«El aborto no puede ser un derecho, casi me mata»: relato de una superviviente
Melissa Ohden, superviviente del aborto | Captura de Youtube

Testimonios de supervivientes en el subcomité del Poder Judicial en el Senado de los EEUU

«El aborto no puede ser un derecho, casi me mata»: relato de una superviviente

Los sobrevivientes de abortos abundan incluso hoy con las nuevas tecnologías aplicadas, asegura Melissa, quien desde su asociación asegura que logró tener contacto con 384 de ellos, desde bebés hasta personas de 70 años.

(Andrés Vacca/Bles) Los partidarios del aborto acuden frecuentemente a historias de mujeres que han sido violadas o maltratadas para justificar su posición. Pero también existen relatos conmovedores de mujeres provida, como el caso de Melissa Ohden que comparte su historia de vida como sobreviviente de un aborto y hoy reclama por los derechos de los niños por nacer que en muchos casos, al igual que ella, sufren la posibilidad de ser asesinados antes de salir del útero de sus madres.

Como relata Andrés Vacca, para Bles, el 16 de junio, el Subcomité de Constitución del Poder Judicial del Senado celebró una audiencia sobre la Ley de Protección de la Salud de la Mujer (WHPA por sus siglas en inglés), la cual tiene la intención de proteger a los «proveedores de atención médica» al permitirles realizar abortos «sin limitaciones o requisitos que busquen obstruir la provisión de servicios de aborto».

Dos testigos provida testificaron durante la audiencia: Melissa Ohden, fundadora y directora de Abortion Survivors Network, y Catherine Glenn Foster, presidenta y directora ejecutiva de Americans United for Life. Ambas compartieron sus historias personales, una hablando como una sobreviviente de un aborto y la otra hablando como una mujer que efectuó un aborto.

Ambos testimonios buscaron desafiar la polémica legislación WHPA, creada e implementada exclusivamente para defender a las empresas abortistas y eliminar todo intento de generar algún tipo de traba burocrática, sanitaria o económica para el aborto.

Melissa Ohden, se presentó ante los presentes como sobreviviente de un aborto y en sus primeras palabras alentó a reflexionar diciendo «¿Cómo puede el acceso al aborto, el mismo acto que debería haber terminado con mi vida, ser simultáneamente mi derecho fundamental a ejercer?»

Terribles procedimientos

Su madre biológica de 19 años llamada Ruth, en 1977, «tuvo un aborto por infusión de solución salina impuesto por su madre», que era una «enfermera prominente en su comunidad». Ruth y el abortista local intentaron acabar con la vida del inocente feto, que milagrosamente se aferró a la vida y sobrevivió al ataque.

«Este procedimiento implicó inyectar una solución de sal tóxica en el líquido amniótico destinado a proteger mi frágil cuerpo, en lugar de envenenarme y escaldarme hasta la muerte», dijo Melissa. «Me empapé en esa solución de sal tóxica durante cinco días mientras intentaban una y otra vez inducir el parto de Ruth conmigo».

Luego de cinco días el pequeño cuerpo salió del útero de la madre, pero para sorpresa de todos no nació muerto como lo esperaban. Desde ya que estaba sumamente debilitado y debió luchar por su vida.

«Mis registros médicos reflejan que los médicos inicialmente sospecharon que tenía un defecto cardíaco fatal debido a la cantidad de sufrimiento fetal que presenté», y agregó que su abuela exigió que la dejaran morir pero afortunadamente una enfermera la llevó rápidamente a la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde la ayudaron a sobrevivir.

Los sobrevivientes de abortos abundan incluso hoy con las nuevas tecnologías aplicadas, asegura Melissa, quien desde su asociación asegura que logró tener contacto con 384 de ellos, desde bebés hasta personas de 70 años.

Como asegura Melissa, los sobrevivientes de prácticas abortivas resultan sumamente incómodos para los defensores del aborto. Porque le ponen nombre y apellido y le dan cuerpo a personas, que en su momento fueron tratadas como un simple feto digno de ser asesinado por el simple hecho de su reducido tamaño.

Por su lado, Catherine Glenn Foster declaró como mujer que tuvo un aborto, también conmovió a los presentes cuando advirtió que al ingresar a la clinica abortista con tan solo 19 años le hubiese gustado mucho haber recibido «las protecciones comunitarias básicas que este Congreso busca destruir».

«Entré por las puertas del centro de abortos porque pensé que no tenía opciones». Catherine perdió a su bebé y hoy se arrepiente de ello, sin duda lo que hubiese necesitado en ese entonces era ayuda, asesoramiento y contención, no una clínica abortista que esté pensando en maximizar sus ganancias asesinando vidas inocentes sin preocuparse por las madres y su futuro.

 

6 comentarios

Bernardino Montejano
Detrás de todas las políticas contra la concepción, la maternidad y el aborto se esconde un gran negocio, como bien lo expresa el comentario. La batalla por la vida y contra la cultura de la muerte se libra todos los días y por eso son tan importantes las "protecciones comunitarias".
28/06/21 9:39 PM
Jorge Cantu
Testimonios tan elocuentes que gritan a la conciencia endurecida de tantos hombres y mujeres. Como diría Nuestro Señor: "el que tenga oídos que escuche".

Hay demasiados motivos reales para repudiar el aborto provocado como 'opción' para la mujer embarazada, que sólo una mente obtusa, pervertida y malévola se puede aferrar a su práctica y asignación como "derecho de la mujer" como algo deseable, aceptable, legal y posible hoy.
29/06/21 12:57 AM
Sir Peter saint James
Todas estas calamidades de la "guerra cultural" que arrecia en Occidente no son brotes inconexos de izquierdistas alienados o sodomitas enloquecidos, sino que se encuadran en un diseño global de la Humanidad que las élites llevan diseñando desde los años 60 y poniendo en práctica por etapas de forma paulatina y sin pausa alguna. Las élites decidieron que, de seguir el rumbo que llevaba la Humanidad, peligraba la especie en el planeta y, además, y no menos importante, su nivel de vida y confort. Acuñaron el término "sostenibilidad" que explica todo la pesadilla que estamos viviendo en Occidente. Para evitar la superpoblación (aunque la mayor parte del planeta está vacío), se potenció la homosexualidad, el aborto y las políticas contra la familia, como el feminismo, también el veganismo y el ecologismo, limitando a los países pobres su acceso a la industrialización por ese motivo. Las leyes persecutorias contra los que nos oponemos a todo esto, ya están en marcha, con el nombre genérico de "leyes contra el odio" y no tardarán en llegar hasta el más íntimo rincón del hombre y de la familia. En esta "guerra cultural", o nuevo paradigma desatado por las élites contra la Humanidad, el pensamiento único no tiene oponentes, pues hasta la Iglesia hace lo imposible por congraciarso con el poderoso lobby sodomita, mira para otro lado con los anticonceptivos y se dedica activamente a la ecología y a la "Madre Tierra". Nuestro auxilio tendrá que venir del Señor, una vez más.
29/06/21 10:40 AM
M. A.
Muchas gracias.

Qué testimonios tan desgarradores. En el fondo hay mucho odio o resentimiento hacia las mujeres en cuanto madres.
29/06/21 11:51 AM
Juan Mariner
strictu sensui, siguiendo el argumento jurídico perverso de los que consideran el aborto como un derecho de la mujer y madre embarazada (caso español), lo que realmente existe es una COLISIÓN DE DERECHOS, el de la madre y el del nasciturus de sexo femenino (aunque con eso de la transexualidad queda más desdibujado); el del nasciturus en general también colisiona, donde el Derecho le reconoce no sólo "expectativas de derechos" civiles, sino derechos reales y efectivos desde el orden penal en abortos provocados no voluntarios.
29/06/21 12:05 PM
Javi
En efecto, "argumento jurídico perverso" que deja fuera como si no fuera nadie al padre de la criatura copartícipe en una nueva vida humana. El padre puede que esté de acuerdo con el aborto deseado.
Pero puede no estar de acuerdo, en absoluto. En este supuesto, el padre no lleva en sí embarazo carnal pero lo lleva en espíritu. Él sintió gran alegría por el embarazo y sentiría la mayor de las alegrías al ver nacer a su hijo.
29/06/21 11:20 PM

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