(Belén Manrique/La Razón) Para conseguir una mayor difusión de las Sagradas Escrituras, “la palabra de Dios -dicen los padres sinodales- debe rodar por los caminos del mundo que hoy son también los de la comunicación informática, televisiva y virtual. La Biblia debe entrar en las familias, en las escuelas y en los ambientes culturales”, además de que debe ser traducida a la mayor cantidad de idiomas posible.
Pero aquí no acaban las soluciones para acercar la Palabra de Dios a los fieles; otra de ellas reside en la homilía, ya que, según el cardenal de Quebec (Canadá), Marc Ouellet, la malas homilías propician que los fieles huyan a otras religiones. Por esta razón, el sermón debe prepararse en profundidad, teniendo en cuenta lo que dicen las lecturas proclamadas y lo que estas lecturas le dicen personalmente al sacerdote.
Por otro lado, el Vaticano publicó ayer las 55 propuestas aprobadas en el Sínodo, que serán trasladadas al Papa para que con ellas prepare el documento que cerrará oficialmente la Asamblea sinodal. Entre ellas se encuentra la preocupación de la Iglesia por los pobres, ya que los primeros que tienen derecho a conocer el Evangelio son ellos, “necesitados no sólo de pan sino también de palabras de vida eterna”. El obispo de Petrópolis (Brasil), Filippo Santoro, precisó que los pobres no son sólo los destinatarios de la caridad, sino “también agentes de evangelización, en cuanto están abiertos a Dios y generosos de compartir con los otros”. Santoro señaló que los pastores están llamados “a escuchar y aprender de ellos, a guiarles en la fe y a motivarles para que sean artífices de su propia historia”, informa Efe.
Otra de las propuestas de los obispos es potenciar el diálogo interreligioso. En especial, los prelados sugieren a las conferencias espiscopales que promuevan encuentros de diálogo con los judíos y con los musulmanes, ya que “el futuro de la humanidad, la paz y la justicia depende de cómo se entiendan personas de religiones diferentes”, dijo el cardenal Oullet. Además, los prelados creen necesario el reconocimiento de la mujer en el anuncio de la Palabra y como transmisora de la fe.
Por último, los obispos expresaron una “profunda preocupación” por el crecimiento y mutación de las sectas, “que ofrecen una ilusoria felicidad a través de la Biblia, muchas veces interpretada de manera fundamentalista”. Para contrarrestarlas, propusieron intensificar la actividad pastoral y ayudar a los fieles a conocer “mejor las características peculiares de las sectas”.