(Agencias/InfoCatólica) Un minarete de una mezquita de cuatro siglos de antigüedad se derrumbó este viernes en la localidad marroquí de Meknes causando la muerte de al menos 40 personas y dejando al menos 71 de heridos, ocho de ellos graves. Hasta 80 fieles quedaron atrapadas bajo los escombros, según el balance provisional del Ministerio del Interior.
Según fuentes oficiales citadas por la agencia MAP, de esas 71 personas, que fueron evacuadas a hospitales de Mequínez y de la cercana ciudad de Fez, 51 han abandonado ya el hospital y las 20 restantes permanecen hospitalizadas.
Decenas de personas, entre voluntarios, militares, policías y boy-scouts se agolpan en el interior de la mezquita con la esperanza de encontrar todavía algún superviviente.
Fuentes de la policía presentes en el lugar aseguraron que en las últimas horas se ha rescatado a dos jóvenes con vida entre los escombros y se trabaja para sacar a un chico de 13 años que permanece sepultado fuera de la mezquita y podría seguir con vida.
"Cerca de 300 personas se reunieron en la mezquita para las oraciones masivas del viernes. Cuando el imán estaba próximo a iniciar el sermón, el minarete se derrumbó", comentó Khaled Rahmouni, residente en la ciudad de Meknes. Otros testigos presenciales aseguran que en el momento del derrumbe había al menos 500 personas dentro del templo.
Los escasos medios materiales dificultan aún más la búsqueda, que se hace de forma voluntariosa pero un tanto desorganizada. Los voluntarios en la operación de rescate, portando cubos llenos de escombros y excavando con palas, temen que la cifra definitiva de muertos sea aún mayor, y algunos la elevan hasta el medio centenar.
Uno de ellos, Hicham Azzani, explicó cómo él mismo ha intervenido en el rescate de veinte cadáveres desde su llegada a la mezquita, tres horas después de la tragedia.
Temporal de viento y lluvia en Marruecos
El minarete de la mezquita Lalla Khenata se derrumbó en el barrio viejo de Bab el Bardiyine, que se ubica a cerca del 40 kilómetros al sudoeste de Rabat.
El fuerte temporal de viento y lluvia que azota en las últimas horas la parte central y oriental de Marruecos también causó este viernes la muerte de una niña de 11 años y heridas a varios miembros de su familia después de que la casa en la que vivían en la región de Taza (este) se viniera abajo.
Los fuertes vientos han ocasionado además el derrumbamiento de muros en algunos centros educativos y la caída de árboles, lo que ha provocado problemas para el tráfico. Tampoco es por ello extraño que los edificios más viejos y descuidados en los antiguos barrios de las ciudades de Marruecos colapsen, pero la caída de un minarete es inusual.
Por su parte, el rey Mohamed VI de Marruecos ha anunciado que costeará personalmente los funerales por las víctimas del suceso.
Asimismo, también ha dado instrucciones para la reconstrucción inmediata de la mezquita, una de las joyas históricas de esta ciudad, antigua morada de los monarcas de Marruecos.