(DivineBox/InfoCatólica) Establecidas en el corazón de la región francesa de la Dordoña desde 1923, las monjas trapenses de la abadía de Échourgnac viven según el famoso lema de San Benito: ora et labora, ora y trabaja.
La Abadía y su historia
Todo comenzó en 1868, en el corazón del bosque La Double, en la Dordoña, cuando los monjes trapenses de la abadía de Port-du-Salut se asentaron en este terreno. En aquel entonces, la zona era insalubre y pantanoso, pero, fieles a la tradición cisterciense, emprendieron su recuperación, drenando las marismas y revelando la belleza del lugar.
Desafortunadamente, las leyes antirreligiosas de 1910 obligaron a los monjes a abandonar la abadía. Los aldeanos se organizaron para mantener los edificios y el recuerdo de los monjes hasta que otra comunidad religiosa tomara el relevo.
Ese día llegó en 1923, cuando llegó una comunidad de monjas trapenses, que dio nueva vida al lugar, trabajando, rezando, recibiendo huéspedes y creando dos especialidades locales: un famoso queso de nuez y vino y unas mermeladas artesanales cuya receta es su propio secreto.
Hoy en día, la abadía cuenta con 19 monjas, de entre 33 y 90 años. Desde el oficio de lecturas a las 4:45 de la mañana hasta las completas a las 8:00 de la noche, las hermanas cantan siete oficios al día. En cuanto a su trabajo, se mantienen ocupadas en la quesería, la tienda, la hospedería y las otras múltiples labores del monasterio.
Mermeladas
En particular, para ganarse la vida con su trabajo, llevan desde 1983 elaborando excelentes mermeladas, gracias a un saber hacer transmitido de generación en generación. Todas las monjas colaboran en el proceso, desde el pelado de la fruta hasta el etiquetado de los frascos.

El proceso de llenar los tarros a mano con una jarra, sin embargo, produce tendinitis recurrentes, sobre todo a las hermanas mayores. Por eso necesitan comprar una «dosificadora», una herramienta que permite llenar los tarros con la cantidad justa de mermelada de forma más rápida, más precisa y menos dolorosa. Para financiar esta herramienta, las hermanas se han propuesto vender sus mermeladas online. Disponen de diez sabores diferentes, que se pueden disfrutar o regalar en estas Navidades:
- sabores clásicos, como albaricoque, fresa, higo o naranja amarga
- sabores más originales, como pera y jengibre, melón y frambuesa o albaricoque y lavanda
Para contribuir, pueden hacer su pedido en este enlace.








