(CNA/InfoCatólica) El 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, fieles católicos se reunieron en Viena para un acto público de oración y reparación frente al Künstlerhaus Vereinigung, un centro cultural de artistas donde se exhibe la muestra titulada «Du sollst dir ein Bild machen» («Harás para ti una imagen»). Los organizadores, pertenecientes a la Sociedad Austríaca para la Protección de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP), denunciaron que la exposición constituye un ataque directo a la fe católica y a los misterios centrales de la religión cristiana.
Los participantes en la vigilia rezaron el Rosario y portaron carteles exigiendo el cierre inmediato de la muestra por blasfema, ya que incluye representaciones que consideran ofensivas para Nuestro Señor Jesucristo y para la Santísima Virgen María. Entre las obras más polémicas se encuentra una rana verde crucificada que parodia la Pasión de Cristo, así como una figura que presenta a la Virgen María como un hombre con barba vestido como Madre de Dios sosteniendo un niño. La exposición incluye además una parodia desnuda de la Pietà y otras imágenes que los fieles consideran irreverentes y degradantes.
Además del acto de oración, los organizadores promovieron una petición para exigir el cierre de la exposición, que ha recibido apoyos tanto dentro como fuera de Austria, incluida la colaboración de la TFP estadounidense. Los manifestantes expresaron su profundo dolor por el hecho de que la muestra permanezca abierta durante el tiempo de Adviento y Navidad, cuando la Iglesia contempla con especial veneración los misterios de la Encarnación y de la Redención.
La dirección del Künstlerhaus rechazó las peticiones de clausura y defendió la exposición como una manifestación de la libertad artística protegida por la Constitución austríaca. El director artístico y curador, Günther Oberhollenzer, junto con Tanja Prušnik, presidenta de la asociación del Künstlerhaus, afirmaron que no existe intención de ofender las creencias religiosas y que la provocación forma parte del debate cultural en una sociedad democrática.
Entre quienes han expresado públicamente su apoyo a la exposición figura el obispo Hermann Glettler de Innsbruck, quien describió la muestra como un intento artístico de explorar el «misterio de Dios inscrito en un mundo herido». Estas declaraciones han incrementado la polémica, ya que muchos fieles consideran que las obras expuestas no invitan a la contemplación del misterio divino, sino que constituyen una burla de los sagrados misterios de la fe católica.
Los católicos que participaron en la protesta sostienen que la libertad artística no puede justificar la profanación de símbolos sagrados y que la oración pública es una respuesta legítima y necesaria para defender el honor debido a Dios y a su Santísima Madre frente a expresiones que ultrajan la fe cristiana en el espacio público.








