(InfoCatólica) El Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha dejado sin efecto las sanciones impuestas al sacerdote Felipe Berríos y ha revertido su expulsión de la Compañía de Jesús por «no haber llegado a una suficiente certeza moral sobre la comisión de los delitos denunciados», según informó la orden jesuita en Chile.
La decisión, comunicada este martes y de carácter inapelable, anula tanto la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por diez años como la expulsión de la orden religiosa que había sido decretada en abril de 2024 por el Superior General de los jesuitas.
Un proceso que se inició en 2022
El caso contra el religioso comenzó en 2022, cuando la Compañía de Jesús inició una investigación previa canónica tras recibir denuncias de connotación sexual. La investigación determinó la verosimilitud de siete denuncias, lo que llevó al Dicasterio para la Doctrina de la Fe a ordenar un proceso administrativo penal.
Durante la investigación, Berríos fue suspendido de su ejercicio sacerdotal, obligado a fijar domicilio en Santiago y se le prohibió trabajar con menores de edad. Los hechos que se le imputaron fueron actos «de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes», relacionados con «tocaciones y diversos traspasos de límites en el ejercicio del sacerdocio, entre los años 1993 y 2009».
El proceso administrativo penal estuvo a cargo del padre Dante Simón, quien actuó como Delegado del Superior General de la Compañía de Jesús. Simón corroboró los hechos denunciados y agregó un nuevo caso, elevando a ocho el número total de denuncias.
Paralelismo con la justicia civil
Paralelamente al proceso canónico, Berríos presentó una autodenuncia ante el Ministerio Público para ser investigado por la justicia civil, argumentando que los hechos imputados no eran ciertos y buscando, según sus propias palabras, «que se conozca públicamente la verdad». Sin embargo, este proceso se cerró por falta de colaboración de la presunta víctima.
En junio de 2023, el Juzgado de Garantías N°12 de Santiago determinó el sobreseimiento del proceso al considerar que no existió delito en una causa por presunto abuso sexual ocurrido después de 2005. La justicia determinó que «incluso si ellos fueran ciertos, no serían constitutivos de delito».
Respecto a otros seis casos investigados por la Fiscalía Sur, fueron derivados a la justicia antigua por ser anteriores a 2005, previos a la Reforma Procesal Penal en Chile. En abril de 2024, la Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago decidió no dar lugar a la apelación interpuesta por el abogado del sacerdote, quien pedía el sobreseimiento y cierre total de la indagatoria.
En una resolución más reciente, el 34° Juzgado del Crimen de Santiago determinó en junio de 2025 el sobreseimiento del sacerdote por prescripción en una de las investigaciones. No obstante, el tribunal señaló que las pruebas recabadas y el testimonio de la víctima –que fue consistente a través del tiempo, coherente y verosímil– permitieron acreditar los elementos correspondientes a un abuso sexual cometido por el sacerdote el 17 de agosto del año 2000.
Las sanciones iniciales y la apelación
En mayo de 2024, la provincia chilena de la Compañía de Jesús informó que Felipe Berríos había sido hallado culpable de cometer abusos y delitos de solicitación de favores sexuales en el marco del sacramento de la confesión. Como consecuencia, se determinó su expulsión de la orden y la prohibición por diez años del ejercicio público del ministerio sacerdotal.
En junio del mismo año, el sacerdote apeló la decisión ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que ahora se ha pronunciado dejando sin efecto ambos decretos por considerar que no existe «suficiente certeza moral» sobre los delitos denunciados.
La respuesta de la Compañía de Jesús
Al comunicar el fallo, la Compañía de Jesús en Chile aseguró que respeta la decisión vaticana y la ejecutará íntegramente. Sin embargo, la orden ha aclarado que iniciará un proceso de reparación con cada una de las ocho personas que presentaron las denuncias.
Además, los jesuitas han informado que «han impuesto al padre Berríos medidas disciplinarias respecto a su estilo de vida y actividad apostólica como presbítero jesuita», aunque no han especificado en qué consisten estas medidas.
«Como Compañía de Jesús, reiteramos nuestro compromiso con la búsqueda de la verdad y de la justicia, nuestro absoluto rechazo a cualquier tipo de abuso y nuestro esfuerzo sostenido por el cumplimiento de protocolos que aseguren la debida protección de niños, niñas, adolescentes y personas en situación de vulnerabilidad», concluye el comunicado de la orden religiosa.







