(ROMA/InfoCatólica) «Es necesaria una Iglesia cada vez más unida, y el nuevo Papa, desde el momento en que se asomó a la logia de San Pedro, ha subrayado esta necesidad con gran firmeza y ternura», ha afirmado el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo emérito de Génova y expresidente de la Conferencia Episcopal Italiana durante dos mandatos.
En declaraciones al diario Roma, durante su participación en las celebraciones en honor a la Virgen del Olmo en Cava de’ Tirreni, el purpurado expresó su esperanza en un resurgir de la fe: «Veo muchos brotes de fe que crecen en lo que parece el desierto espiritual de Europa. Lo percibo en las familias y en los jóvenes con los que converso con frecuencia. Necesitan cultivar el alma».
Aunque la práctica religiosa ha disminuido, las expresiones de piedad popular siguen presentes. «Pensaba que la devoción popular estaba más arraigada en el sur de Italia, pero me he tenido que corregir: también en el norte, especialmente en los valles, encuentro una participación notable y tradiciones muy hermosas que perduran desde hace siglos. Además, los jóvenes participan activamente en las procesiones, en el servicio litúrgico y en las celebraciones. No es solo folclore, sino una expresión del alma religiosa, vinculada a la Virgen y a los santos».
En cuanto a si la prioridad del nuevo Papa es reunir y reconciliar a una Iglesia dividida, el cardenal comentó: «Desde la logia de San Pedro, el Papa ya insistió con firmeza, pero también con dulzura, en la necesidad de una Iglesia cada vez más unida. Es cierto que en todas las épocas ha habido distintas opiniones en el ámbito pastoral, aunque no sobre las verdades de la fe. También en este terreno es necesario actuar con prudencia».
Preguntado por una posible flexibilización de las restricciones a la misa en latín como parte del esfuerzo por la unidad, Bagnasco respondió: «Durante varios años formé parte del Dicasterio para las Iglesias Orientales y pude comprobar que en la Iglesia Católica existen más de treinta ritos litúrgicos. Nunca he considerado, ni considero ahora, que la forma extraordinaria del rito romano —que es única, como aclaró el Papa Benedicto XVI— pueda causar dificultades, del mismo modo que tampoco las causa el rito ambrosiano. No percibo riesgos si todo se hace con serenidad y buena voluntad por parte de todos».
Sobre la doctrina de la Iglesia en relación con la homosexualidad, y al ser consultado por el Jubileo recientemente celebrado por grupos LGBTQ, el cardenal Bagnasco señaló: «La doctrina de la Iglesia y su magisterio son muy claros, tanto en este como en otros temas morales, y se fundamentan en la Sagrada Escritura. Toda persona puede cruzar la Puerta Santa del Jubileo, que está abierta a todos. Cada uno puede examinar su vida a la luz del Evangelio. No se trata de grupos, categorías ni estatus, sino de personas concretas. Nadie participa como colectivo, porque los grupos, como las categorías o los partidos, no sustituyen a la persona».
Por último, respecto a la creciente preocupación en Europa ante una posible escalada de los conflictos entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y Gaza, el cardenal manifestó en vídeo: «Lo peor ya está sucediendo. Pero, aunque haya quienes desean una guerra más amplia, saldrían perdiendo. Espero que esto actúe como elemento disuasorio».
Durante la homilía pronunciada en la misa por la Virgen del Olmo, en Cava de’ Tirreni, el cardenal Bagnasco exhortó a los cerca de 500 fieles presentes a ser, frente al materialismo dominante, «disidentes, antagonistas evangélicos de una cultura que predica la ausencia de Dios, mientras que el corazón humano siente su necesidad absoluta».







