(Portaluz/InfoCatólica) «Tenía novia, lo dejé todo. Ahora ayudo a miles de jóvenes en las redes sociales». Así resume el padre Cosimo Schena, sacerdote y psicólogo italiano, su camino vocacional y su peculiar forma de anunciar el Evangelio en internet. Con cerca de medio millón de seguidores en Instagram, se ha convertido en uno de los presbíteros más influyentes en redes de Europa. «Empecé con poemas para recaudar fondos para la parroquia. Las redes sociales pueden ser una jaula o un puente», explica.
Actualmente es párroco en la iglesia de San Francesco d'Assisi, en la diócesis de Brindisi, y autor del libro Dios es mi entrenador. Desde que comenzó su presencia en internet, asegura que «el número de personas que vienen a la parroquia se ha duplicado, no solo gracias a los fieles residentes, sino también y sobre todo gracias a los que vienen especialmente de otras ciudades de Italia para escuchar la homilía y confesarse».
Nacido en Brindisi en 1979, fue ordenado sacerdote en 1998. Además de su labor pastoral, dirige la oficina de comunicaciones sociales de la archidiócesis. Se define como «el poeta del amor de Dios» y ha publicado dos libros de poemas: El amor lo es todo y El amor lo sigue siendo todo.
Con un estilo sencillo y directo, mantiene una presencia constante en redes sociales. Su objetivo es llegar especialmente a los jóvenes que se encuentran alejados de la Iglesia. No se trata de una conversión tardía al mundo digital, sino de una vocación que se ha adaptado a los tiempos. Antes de ingresar en el seminario, estudió ingeniería informática y estuvo comprometido sentimentalmente. Más adelante se especializó en Psicología y Psicoterapia, formación que le ha permitido comprender de forma más profunda algunas problemáticas actuales, como la soledad, a la que considera «la enfermedad del siglo».
«En las redes sociales hay mucha gente solitaria. La soledad es realmente la enfermedad del siglo», afirma este evangelizador digital. Subraya que él solo es un instrumento: «La gracia de Dios lo hace todo, nos da la oportunidad de llevar nuestra palabra a todas partes, especialmente en internet, donde tenemos la oportunidad de conocer a muchas personas de todas partes del mundo».
Conocido como el sacerdote más seguido de Italia, reconoce que su labor en la red comenzó de forma inesperada: «Mirando las iglesias vacías, no pensé que la Red traería a mi vida un encuentro tan vasto con tantas personas que están realmente en busca de Dios. Miramos las iglesias vacías y pensamos que muchas personas ya no creen en Dios. En cambio, en las redes sociales encontré una confirmación muy fuerte de que hay un gran deseo de encontrar a Dios. Y esto es extraordinario. Sin ninguna pretensión, comencé a publicar frases del Evangelio y mis propias pequeñas reflexiones. A partir de ahí esta red comenzó a formarse y se hizo cada vez más grande», relata.
Su estilo comunicativo evita complejidades teológicas y se centra en el vínculo humano. Publica frases breves, vídeos motivacionales y mensajes que transmiten el Evangelio con claridad. Su propósito no es ganar notoriedad personal, sino «ligarlos a Dios». Y concluye con una frase que repite con frecuencia: «El Señor es simple, no compliquemos el mensaje».







