(ACIPrensa/InfoCatólica) La parroquia anglicana de St. Dunstan, en Canterbury (Inglaterra), ha iniciado un proceso preliminar para obtener los permisos necesarios que permitirían exhumar el cráneo de santo Tomás Moro, mártir católico ejecutado en 1535. La propuesta surge en el marco de la preparación para el 500º aniversario de su martirio, que se conmemorará en 2035.
Sue Palmer, responsable del Consejo Parroquial de St. Dunstan, declaró a CNA que están abiertos al diálogo con todas las partes interesadas y que «acogerían con gusto una comunicación con el Vaticano». Según señaló, «es inusual tener reliquias en una iglesia anglicana, especialmente las de un santo católico, y el consejo parroquial ve en esto una oportunidad para el diálogo y la cooperación ecuménica».
Según la tradición, la cabeza de Tomás Moro fue rescatada del Puente de Londres por su hija Margaret Roper, tras su ejecución por orden de Enrique VIII. A su fallecimiento, en 1544, Margaret fue enterrada junto con la cabeza de su padre en la cripta familiar de los Roper, ubicada en St. Dunstan, donde aún permanece.
De cara al aniversario del martirio, la parroquia desea preservar la reliquia y facilitar su veneración por parte de los fieles. En un comunicado emitido el pasado 6 de julio, a 490 años de la ejecución del santo, la iglesia expresó que «el 500º aniversario de la muerte de Moro pondrá el foco sobre nosotros como centro de culto, peregrinación, educación y hospitalidad, ya que la cabeza es la única reliquia conocida de Tomás Moro. Su cuerpo está en St. Peter ad Vincula, en la Torre de Londres, pero no es posible determinar su ubicación exacta, por lo que St. Dunstan tendrá un papel clave en la conmemoración».
El texto también señaló la importancia de compartir esta reliquia con la comunidad cristiana: «No podremos quedarnos la reliquia solo para nosotros. Tenemos una responsabilidad, tanto ecuménica como global, con ella y con los cristianos y estudiosos de todo el mundo. Según los comentarios en nuestro libro de visitantes, tenerla deteriorándose en una cripta no es suficiente para muchos de los que veneran a Tomás Moro».
Si se autoriza la exhumación, la parroquia procederá a conservar los restos que se hallen del cráneo y podría permitir su exposición en un relicario. Palmer, sin embargo, dejó claro que no se tratará de una pieza museística: «Nuestra iglesia no es un museo ni la reliquia una exhibición. Todo se haría con respeto y dignidad, en consulta con expertos, arqueólogos, comités diocesanos, católicos y no católicos, y cualquier persona interesada en Tomás Moro».
Respecto a la autenticidad de la reliquia, Palmer aseguró que hay evidencias históricas que respaldan su presencia en la cripta: «En varias aperturas de la cripta en los últimos 200 años se ha constatado la presencia de la cabeza en un nicho, y la última apertura fue en 1997, así que tenemos pruebas directas de que sigue ahí».
El proceso contempla varios pasos, entre ellos reuniones con especialistas y la presentación de una solicitud formal ante el comité asesor diocesano, un trámite que culminará con la decisión del commissary general, el juez eclesiástico competente. Palmer advirtió que dicha aprobación «no está garantizada».
St. Dunstan permanece abierta toda la semana y recibe a numerosos peregrinos que se acercan para rendir homenaje al santo inglés. Según Palmer, «muchos han expresado su deseo de que la reliquia sea conservada y colocada en un relicario visible, en lugar de estar en una cripta sellada como ahora. Conservarla, encargar un relicario y obtener los permisos necesarios llevará tiempo».






