(KathPress/InfoCatólica) Un futuro nuevo Papa continuará el camino de «reforma» emprendido por su predecesor, el Papa Francisco. Así lo afirmó con convicción el cardenal alemán Walter Kasper, último miembro sobreviviente de la «mafia de San Galo», conocida por conspirar contra Benedicto XVI, en una entrevista concedida al portal «communio.de».
«Un retroceso en el estilo y las reformas del Papa Francisco no sería una solución para la mayoría de los fieles y –según mi impresión– tampoco para los cardenales. ¡Todo lo contrario! Tampoco basta con quedarse quietos. Se trata, en sentido literal, de una continuación del camino emprendido».
Por supuesto, no bastaría con ser «simplemente un Francisco II»; un nuevo Papa deberá encontrar su propio estilo y desarrollar una «mirada realista sobre la situación concreta y sobre las múltiples necesidades de las personas», señaló Kasper. «Para ello necesita muchos buenos asesores y colaboradores, tanto mujeres como hombres. Nadie puede por sí solo ser una Iglesia misericordiosa para los pobres y marginados, así como un pacificador y constructor de puentes entre grupos enfrentados.» Por eso, también la idea de una Iglesia sinodal, que el Papa Francisco ha dejado como legado, debe «continuarse de una manera más estructurada».
De hecho, muchos cardenales desearían nuevamente asambleas cardinalicias más regulares y consultas comunes, añadió Kasper. Esto es necesario para conservar la unidad frente a la descentralización creciente y la enorme diversidad cultural dentro de la Iglesia: «Cada vez es menos posible regular todo de manera centralizada y uniforme. Esto no significa renunciar a la unidad de la Iglesia en cuestiones de fe, de los sacramentos y de la comunión con el obispo de Roma. Pero no todo tiene que ser igual en todos los lugares de la Iglesia ni decidido centralmente».
«Se trata, entonces, de crear y sostener una «unidad en la diversidad y una diversidad en la unidad». En este sentido, el camino del proceso sinodal ya ha hecho un trabajo preparatorio importante.