(RND/InfoCatólica) Preguntada sobre si las demandas de reforma recogidas en una encuesta de 2013 —que incluían la aceptación de la anticoncepción, la abolición del celibato obligatorio y la ordenación sacerdotal de mujeres— seguirían teniendo hoy el mismo apoyo, Stetter-Karp responde:
«Quizá la importancia de los temas cambiaría algo, pero en esencia sí. Contamos con datos relativamente recientes y representativos de los miembros de la Iglesia de 2024. El 96 % de las católicas y católicos esperan con urgencia reformas en su Iglesia».
El perfil que desean los laicos alemanes para el próximo Papa va en la línea de profundizar en los cambios:
«Desean un papa que retome las iniciativas de Francisco y continúe de manera decidida en la creación de estructuras vinculantes. Por ejemplo, aún no se ha producido un cambio en el derecho canónico y faltan compromisos concretos en los pasos de reforma iniciados por Francisco.
La cercanía con las personas y su aceptación son también esenciales para el nuevo papa. Impulsar cambios fue sin duda una de las fortalezas de Francisco. Su sucesor debe continuar ese camino, pero sobre todo debe traducirlo en estructuras duraderas. Esta tarea es enorme y exige mucha capacidad de liderazgo».
Quieren otra Iglesia, otra fe, otra moral
En cuanto a las expectativas concretas, Stetter-Karp demuestra que el catolicismo en Alemania está prácticamente desaparecido:
«Muchos desean, ante todo, que su Iglesia reconozca la diversidad de la vida y de los fieles. Se trata de que las mujeres puedan participar en la Iglesia en igualdad de condiciones, por ejemplo como sacerdotisas. Esto no puede decidirlo únicamente la Iglesia alemana. En la cuestión de la diversidad también influye la actitud hacia la homosexualidad y las parejas del mismo sexo. El celibato también está en entredicho. Estructuralmente, muchos laicos buscan superar el clericalismo. Exigen participación en el poder de la Iglesia, así como responsabilidad y transparencia en la dirección».
Como no podía ser de otra manera, también reclaman el fin de la Humanae Vitae:
«La verdad es que en el tema de la anticoncepción muchos creyentes ya no consultan el catecismo ni preguntan. Y no solo los jóvenes, sino también personas de mi generación. Sobre anticoncepción, probablemente no hay ya expectativas particulares hacia un nuevo papa. Queremos que la Iglesia católica revise profundamente sus ideas sobre la moral sexual. Respecto al aborto, defendemos una doble protección tanto para las mujeres como para la vida no nacida».
Todos esos cambios que quieren los laicos alemanes están ya presentes entre los luteranos, por lo que cabe preguntarse si en Alemania, más allá de un pequeño remanente fiel, queda algo que merezca el nombre de catolicismo.
Procedencia del próximo Papa
Sobre la posibilidad de que el próximo pontífice provenga del Sur Global, la presidenta del ZdK señala:
«Depende siempre de la personalidad. Cada papa enfrenta el desafío de respetar y tener en cuenta las diferentes perspectivas, también las interculturales. Entiendo muy bien que el Sur y los espacios periféricos esperen ahora que su mayoría se vea reflejada también en el Vaticano».
No teme un retroceso en las reformas
Ante la posibilidad de un retroceso en las reformas, relativiza el riesgo:
«Las atribuciones estereotipadas aquí no son adecuadas. Cuando en Alemania trabajamos en el Camino Sinodal, tuvimos como invitados, por ejemplo, a representantes del Sínodo de la Amazonía y al presidente de la Conferencia Episcopal Australiana. La Iglesia sudamericana está más avanzada debido a sus desafíos pastorales. Allí ya existe una asamblea en la que obispos y laicos deliberan y deciden conjuntamente. Así que los esquemas de blanco y negro no ayudan en este caso».
Espera que vayan a más
Sobre el plan de reformas que Francisco proyectó para 2028, Stetter-Karp manifiesta su esperanza de continuidad:
«Eso es precisamente lo que deseamos, y creemos que es necesario. De lo contrario, sobre todo la Iglesia católica en Europa corre el riesgo de seguir perdiendo miembros y ver aún más dañada su ya frágil credibilidad».
Diferencias entre el Sínodo alemán y el mundial
Finalmente, en referencia a las diferencias entre el Camino Sinodal alemán y el Sínodo Mundial, explica:
«La diferencia ya está en el origen. En Alemania, la gran investigación sobre abusos sexuales en la Iglesia, encargada por los obispos católicos, y la revelación de un encubrimiento sistemático de la violencia sexual fueron el motivo para que la jerarquía eclesiástica y nosotros, como la mayor organización laica católica, impulsáramos cambios estructurales. El proceso comenzó en 2019 y desde entonces se ha trabajado intensamente en cinco asambleas sinodales. En marzo de 2026 se evaluará el proceso. La Sínodo Mundial iniciada por el papa comenzó a trabajar en 2023. Desde entonces ha habido esfuerzos positivos de mediación entre la Iglesia alemana y el Vaticano. Su resultado dependerá también del nuevo papa».