(GaudiumPress/InfoCatólica) «¡Alegría y gratitud al Señor!» Con estas palabras dieron las gracias los 9 sacerdotes y un diácono ordenados el pasado sábado 22 de febrero, al final de la celebración eucarística presidida por el Arzobispo de Duala, Camerún, Mons. Samuel Kleda, en la Catedral Santos Pedro y Pablo de esa ciudad.
La ordenación fue precedida por un retiro espiritual de siete días bajo el tema: «Seréis mis testigos en busca de lo esencial. Siervos como Jesús, que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
«En este Año Jubilar, nuestra tarea es tanto más inmensa cuanto sentimos el deber de reavivar la esperanza en nosotros mismos y en nuestros hermanos y hermanas que nos han sido confiados en las parroquias y en otros ambientes», subrayaron los nuevos miembros del clero de la arquidiócesis de Duala.
Anunciar la Buena Nueva sin temor
En su homilía, Mons. Kleda recordó a los nuevos clérigos las condiciones para ser discípulos de Cristo: «renunciar a sí mismo y a los bienes materiales, y seguirlo verdaderamente», al tiempo que les recordó que el mundo debe someterse al Evangelio y no al revés. En otras palabras, añadió, «el sacerdote no tiene derecho a ocultar las exigencias del Evangelio para agradar a los hombres».
Así, el prelado los animó a anunciar la Buena Nueva sin temor a los poderosos de este mundo y a todos aquellos que, «porque dan apoyo material y financiero a la Iglesia, quieren imponerle sus deseos, muchas veces contrarios al plan del Creador». Subrayando también que «el sacerdocio es necesario en este tiempo de profundos cambios sociales», el arzobispo metropolitano de Duala explicó que el sacerdote debe proclamar que Cristo es la luz del mundo.
