(EP) La partida económica, que será repartida a través de la Iglesia local en las regiones más afectadas, se destinará a asistir a los desplazados y las víctimas.
La suma pretende ser «una primera e inmediata expresión concreta de los sentimientos de cercanía espiritual y estímulo paternal del Pontífice hacia las personas y los territorios devastados por las inundaciones».
            
 
	 
 
	 
 
	 
 
	 
        
            
            
            
        
 
           
        
        




