(RV) Anunciando la Jornada en un comunicado de prensa, este dicasterio del Papa recuerda que el tema de Conferencia de la ONU reviste un gran interés, precisamente, para el Pontificio Consejo Justicia y Paz, que nació gracias al anhelo del Concilio Vaticano II, de que fuera creado «un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la comunidad católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional» (Gaudium et Spes n. 90).
En la primera parte del encuentro, el próximo jueves por la mañana, se examinarán las repercusiones de «la actual grave crisis económica y financiera mundial sobre el proceso de desarrollo y sobre las decisiones que tomará al respecto la comunidad internacional en Doha». Y, por la tarde del mismo día, «la atención se centrará en el estudio de posibles innovaciones y mejoras de la presión fiscal, para aumentar los recursos financieros nacionales e internacionales que se proponen dedicar al desarrollo».
Los expertos mundiales desarrollarán esta Jornada de estudio en la sede del Pontificio Consejo Justicia y Paz y contarán con la coordinación del director de la Oficina para la Financiación al Desarrollo del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, Oscar de Rojas.
El Comunicado de prensa del Pontificio Consejo Justicia y Paz señala también que la celebración de la Conferencia internacional de Doha sobre la financiación al desarrollo se decidió en la Asamblea General de la ONU - el 19 de diciembre de 2007 - para reexaminar el documento denominado ‘Consenso de Monterrey’, redactado al final de la Conferencia Internacional de 2002, que aunó al Norte y al Sur en lo que respecta a los principios fundamentales del desarrollo, en sectores como movilización de recursos en los países pobres; comercio; ayudas; inversiones extranjeras; deuda y economía internacional.
En la próxima Conferencia en Doha, según las intenciones de la Asamblea General de Naciones Unidas, se deberán examinar los progresos realizados después de la cita de Monterrey. Reafirmar sus objetivos y los vínculos que se han encontrando, así como las acciones que se han emprendido para superarlos. Otras metas de relieve son las de señalar importantes medidas para dar mayor actuación al mencionado ‘Consenso de Monterrey’ y los nuevos desafíos y problemáticas emergentes que se deben afrontar, en relación con la profunda crisis económica actual.