(EP) El prelado ha indicado que los procesos de fe "están verdes" y, prueba de ello, es "el fracaso de muchos matrimonios eclesiásticos y que después del matrimonio no aparece una continuidad en la vida cristiana ni en la asistencia dominical a la eucaristía".
No me preocupa tanto que crezcan los matrimonios civiles porque, si me preocupara y deseara que todos pasaran por la capilla, en el fondo abogaría por una pastoral de ofrecer sacramentos independientemente de la situación de fe de cada persona", ha añadido.
El obispo de Solsona ha afirmado que "el mayor pecado" actual es excluir a Dios de la vida. "Eso puede chocar porque ¿Y los asesinatos, y la violencia de género y la pederastia y los abusos, y tantas cosas horribles que existen en este mundo? Ciertamente son horribilísimas pero la exclusión de Dios es origen de muchos de estos grandísimos males", ha destacado.
En cualquier caso, ha puntualizado que esto no quiere decir que toda persona atea o agnóstica sea potencialmente una persona que cometerá esos daños y, de hecho, ha advertido de que hay personas que creen en Dios y los cometen. Así, ha destacado que existe una "clarísima" educación moral natural en el corazón del hombre, "independientemente de si conoce a Dios o no" que, unida a una educación en valores, "permite construir una vida con muchísimas cosas valiosas".
Moral sexual
Por otra parte, el obispo de Solsona, ha defendido que la opinión de la Iglesia sobre la moral sexual no puede ser objeto de "persecución" ni puede ser tachada de "homófoba" y considera que se ha producido un "encarnizamiento" contra el obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, sobre sus palabras en referencia a la homosexualidad en las que no ve "ninguna persecución contra nadie" sino "una formación moral hacia quienes quieren escuchar".
Según señala el obispo en el libro, la Iglesia también acoge a los fieles homosexuales y "los cristianos que descubren en ellos esta orientación sexual pueden seguir a Jesucristo" y hacer "todo lo que se puede hacer cristianamente siempre que vivan de acuerdo con la moral cristiana, igual que los heterosexuales".
En cuanto a la posibilidad de adoptar por parte de parejas homosexuales o personas solteras, Novell ha señalado que, como la ley lo permite, no va a "conculcar" un derecho, pero opina que "lo deseable" es tener un padre y una madre, aunque también admite que "lo más adecuado sería que los padres fueran personas perfectas".
Mons. Novell ha explicado que el tema de la moral sexual no es central en la fe de la Iglesia sino más bien "consecuencia de la fe de la Iglesia" y ha admitido que, muchas veces, los obispos sólo aparecen en los medios cuando hablan de estos temas porque, según ha remarcado, "afecta de modo muy concreto a la vida de las personas".
En cualquier caso, ha afirmado que existe una "cierta hostilidad" hacia la presentación "clara y transparente" de estas cuestiones por parte de la Iglesia porque "hay grupos que se sienten ofendidos cuando sencillamente lo que se hace es exponer a los fieles esos criterios morales que pueden guiar una conducta que les lleve paz y verdad".
A su juicio, a la Iglesia le falta encontrar "un lenguaje propositivo, amable, verdadero y respetuoso" que permita a la gente saber qué piensa sobre muchas de estas cuestiones. No obstante, también ha destacado que "mucha gente no tiene los conocimientos suficientes para comprender su complejidad".