(Agencias) Monseñor Roberto Camilleri hizo además un llamamiento a las organizaciones hondureñas para que reivindiquen a las autoridades del Estado la garantía de tratamientos dignos y respeto a la integridad de los presos para que no se repita una nueva tragedia.
Organizaciones, iglesia y defensores de derechos humanos están, con una sola voz, clamando al Gobierno para que investigue el caso, castigue a los responsables y evite que los centros penales de Honduras sean nuevamente escenario de tragedias.
El incendio en Comayagua no es el primero que ha ocurrido en prisiones de Honduras. En 2004, el fuego tomó la cárcel de San Pedro Sula y mató a más de 100 personas. Ocho años después, más detenidos murieron en las mismas condiciones por no lograr escapar de las celdas.