InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: .... 1) Jesucristo

15.04.10

¿Cómo debemos mostrar perdón a nuestros enemigos? - Cuestiones prácticas

Jesucristo nos manda amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado y lo demostró muriendo por nosotros, perseguido por sus enemigos. Hasta fue abandonado por sus apóstoles en Getsemaní y negado por S. Pedro tres veces.

Sin embargo, a cada uno ofrece su perdón de forma diferente. Intercede ante Dios Padre por sus enemigos para que sean perdonados y cuando se aparece resucitado a sus apóstoles por primera vez no les recrimina nada sino que les dice enseguida: “Paz a vosotros”. Concede a Sto. Tomás la oportunidad de tocar sus heridas y a S. Pedro (que había llorado amárgamente su error) le pregunta tres veces si Le ama.

También se acuerda de nosotros Cristo Resucitado porque les dice a sus apóstoles en el Evangelio del Domingo de la Divina Misericordia: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.” (Jn. 20, 27). Los que ya estamos bautizados recibimos ordinariamente ese perdón de los pecados por medio de la Confesión sacramental.

Pero, al enseñarnos el Padre nuestro, el Señor insiste que además debemos perdonarnos los unos a los otros, y además “70 veces 7”, o siempre. En ciertas situaciones, tenemos también la obligación de demostrarlo, aunque nos cueste.

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14.04.10

¿Cómo es el cuerpo resucitado de Jesucristo y cómo serán los cuerpos en el Cielo?


En el Evangelio del Domingo de la Divina Misericordia el Señor aparece ante sus discípulos a pesar de que las puertas están cerradas y le dice a Sto. Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado” (Jn. 20, 27)

S. Agustín señala: “Los clavos habían taladrado las manos, la lanza había abierto el costado, y las heridas se conservaban para curar el corazón de los que dudaran.” (Ioannem, tract., 121). Esas heridas revelan que el cuerpo que se aparece ante los discípulos es el del “Señor Jesucristo, que transformará nuestro humilde cuerpo conforme a su cuerpo glorioso en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas.” (Filipenses 3, 20-21)

¿Cómo es el cuerpo resucitado de Cristo y cómo serán los cuerpos de los justos en el Cielo?

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12.04.10

Sufrimiento que acerca a Dios: la fe de una lectora del blog con una hija en el hospital

En el Evangelio del Domingo de la Divina Misericordia, Cristo Resucitado se aparece ante sus discípulos y: “les enseñó las manos y el costado” (Jn. 20, 20) cuando ellos se encontraban abrumados en la tristeza a causa de la Pasión y Muerte de su amado Señor. Jesucristo se muestra en la gloria de la Resurrección precisamente con esas llagas que tanto dolor le causaron.

Podría parecer incomprensible a algunos que los católicos nos gloriemos en Cristo, y Él crucificado (como expresaba S. Pablo) o que S. Pio de Pietrelcina, un sacerdote estigmático, ofreciera estos consejos a hijos espirituales padeciendo dolores de cuerpo o de alma:

“Él permite todo esto para asemejarla a su Hijo divino en las angustias del desierto, del huerto y de la cruz. Lo mejor que puede hacer es aceptar con alegría y serenidad la prueba presente.”

“Sólo te aconsejo que imites a Isaac en manos de Abraham y que esperes contra toda esperanza.”

Algunos se podrían preguntar: “¿Cómo es posible creer en Dios en medio del sufrimiento?” La respuesta se encuentra en Cristo Resucitado, que demuestra el sentido de nuestra vidas. Hay almas que por su fe católica encuentran un gran consuelo esperándolo todo del Señor, como demuestra el testimonio conmovedor de una lectora del blog, que responde a unas preguntas hechas en otro post.

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8.04.10

¿Por qué se encontró el sudario del Señor en Su sepulcro pero enrollado en un sitio aparte?

Según el Evangelio del Domingo de Pascua de Resurrección, S. Pedro, al entrar en el sepulcro vacío del Señor en la mañana de la Pascua de Resurrección: “vio las vendas en el suelo y el sudario no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte” (Jn. 20, 7).

¿Por qué dejó Cristo Resucitado las vendas en el suelo pero el sudario enrollado en un sitio aparte?

El “Catena Aurea” de Sto. Tomás de Aquino nos ofrece dos respuestas de santos Doctores de la Iglesia, una práctica y otra espiritual:

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7.04.10

Frustraciones y esperanza de un capellán castrense en Irak combatiendo la ignorancia de católicos


El Evangelio del Domingo de Pascua de Resurrección menciona al: “otro discípulo, a quien tanto quería Jesús” (Jn. 20, 2), que corrió al sepulcro vacío del Señor con S. Pedro. Cada alma es una muy querida por el Señor, que como Buen Pastor va en búsqueda de las ovejas perdidas. Especialmente queridas son las almas de los que son como niños.

¿Se dedica tanta atención a las almas en los programas de catequesis? ¿Conservan su infancia espiritual cuando entran el mundo de los adultos?

El P. Michael Duesterhaus [no en las fotos que ilustra este post], un capellán militar en despliegue por tercera vez (su segunda vez en Irak), observa los últimos meses de las operaciones de los infantes de marina pero también vela por las almas de casi 300 católicos entre ellos. La vida espiritual de éstos refleja la diferencia que hacen los que se preocuparon por catequizarles bien desde la infancia y las frustraciones y la esperanza que experimenta combatiendo la ignorancia respecto a la fe católica. Comparte su experiencia en su blog (enlace en inglés):

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