InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categorías: A) EVANGELIOS, .... 1) S. Mateo, .... 2) S. Marcos, .... 3) S. Lucas, .... 4) S. Juan

21.09.10

¿Cuál es el propósito de la vida?

El Señor nos presenta en el Evangelio del XXV domingo de tiempo ordinario la parábola del administrador injusto que: “se puso a echar sus cálculos” (Lc. 16, 3) para asegurarse un futuro mundano, pisoteando las virtudes para alcanzar su meta. Lo hace de tal forma que hasta el amo que le había despedido le felicita su astucia y el Señor nos recomienda: “Ganaos amigos con el dinero injusto” (Lc. 15, 9).

¿Qué significa eso?

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16.09.10

¿Cómo explicar la muerte a un niño?

Un lector del blog, Julio, escribe lo siguiente:

Un buen amigo que es bombero ha fallecido y tenía un hijo de 2 añitos. Tras enterarme de la trágica noticia me he puesto fatal y triste. Estoy algo asustado, ya que hace poco falleció mi abuelita y lloré mucho, pero ahora con la pérdida de mi amigo estoy muy, muy afectado. Es como si alguien (quizás Dios) me hubiera encomendado apoyar y querer a su familia, especialmente a su hijo de 2 años. Estoy elaborando un libro con fotos y frases para regalárselo al pequeñín y cuando tenga 4 ó 5 años lo pueda leer.

“La finalidad del libro es explicarle que su padre era un bombero muy valiente y que ahora está trabajando en el cielo y que su jefe es Dios. Quiero decirle que su papá está siempre a su lado, aunque no lo pueda ver, y que por las noches siempre le da un besito de buenas noches.

¿Cómo enfocar la muerte? ¿Cómo explicar la muerte utilizando palabras como Jesús, Dios, cielo, trabajar en el cielo, apagar fuego en el cielo es cuando llueve, etc.? ¿Qué opinas? ¿Qué consejo me das desde un punto de vista creyente?

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28.08.10

Lo que haría del Cielo un infierno

Jesucristo, en el Evangelio del XXI domingo de tiempo ordinario, nos indica que en el Cielo los santos: “se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lc. 13, 29). Ese banquete celestial fue tema de conversación a lo largo de una noche entre el joven S. Agustín(354-430) (por fin bautizado) y su madre Sta. Mónica, poco antes de que ella fuera llamada a ese premio eterno. ¿De qué hablaron? Quizás de estas cosas que ese enamorado de Dios y Doctor de la Iglesia explica sobre el Cielo:

“En cuanto estemos íntimamente unidos a esta pura y perfectísima Bondad, ya no tendremos necesidad de atender a estas necesidades del cuerpo, seremos felices y no estaremos faltos de nada, poseyendo mucho y no teniendo que buscar nada.” (Sermón 255)

Por eso no hará falta comer en la felicidad eterna: “Lo mismo que la salud destierra muchos deseos que atormentan a los enfermos, así la inmortalidad los desecha todos porque ella misma es allí nuestra salud. […] Entonces seremos iguales a los ángeles. Pero los ángeles, ¿son infelices por no comer?” (Sermón 255)

Podría haber quienes piensan que sí, que: “el descanso de la patria, donde no tendremos otra ocupación que repetir incesantemente el Alleluia” no es nada deseable y pensar en el Cielo de esa forma no les entusiasma de ninguna forma.

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27.08.10

La conversión y muerte de Chopin

Jesucristo recuerda en el Evangelio del XXI domingo de tiempo ordinario que llegará el momento: “Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta” (Lc. 13, 25), cuando uno ya no podrá hacer nada más para alcanzar la salvación ganada por el Señor. Sta. Mónica (332-387) se pasó muchos años preocupándose por su hijo Agustín(354-430) para que no le encontrara la muerte sin el Bautismo, y poco antes de su propia muerte, el Señor le concedió la inmensa alegría de asistir al Bautismo de su hijo (que llegaría a ser un santo Doctor de la Iglesia).

Una madre que no vería en vida la conversión de su hijo sería la madre del famoso compositor Chopin.  Éste se apartó de la fe en su juventud pero se convirtió en sus últimos días de vida, como recuerda el P. Jelowicki, un amigo de Chopin instrumental en ese cambio de corazón.

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25.08.10

Lo que nunca pasará de moda

S. José de Calasanz (1558-1648), fundador de las Escuelas Pías incluye en las Constituciones de su Congregación: “Si desde los tiernos años son imbuidos los niños en piedad y letras, podrá sin duda esperarse de ellos un feliz desarrollo de toda su vida". Hoy en día parece que hay mayor énfasis en las letras que en la piedad que recomienda S. José de Calasanz. Pero, también hay padres que se desvelan para que sus hijos crezcan en virtud y en amor de Dios.

Espero que la hija de la lectora Ester, que mandó este mensaje, pueda apreciar cómo su madre hace lo posible para que ella conserve su modestia en la forma de vestir, para bien de su alma:

Ayer mi hija y yo nos enfadamos por la ropa. Mi madre y mi hermana le compraron un vestido corto (se ven los muslos y con los hombros al descubierto).

Ellas saben que a mí no me gusta, pero su idea de que mi hija sea “moderna” es esa, que enseñe las piernas lo más posible y el escote también. No me pidieron permiso. No quiero hablar con mi madre de eso porque soy impetuosa y acabaría gritando, pero quiero que me respeten.

Le expliqué a mi hija que san Pablo en 1 Timoteo 2,9 habla de que las mujeres se atavien de ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, etc.”

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En el Evangelio del XXI domingo de tiempo ordinario, el Señor comenta la posibilidad de que Dios diga a los que no se esforzaron en acercarse a Él por la puerta estrecha: “No sé quiénes sois” (Lc. 13, 25). ¿Y nosotros sabemos quiénes somos? ¿Qué debe reconocer el Señor en nosotros?

S. Pablo nos explica: “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Cor. 6:19). Sí, nos debemos vestir con pudor y modestia, como dice en su carta a Timoteo, pero cada uno según su estado en vida, como señala S. Francisco de Sales en “Introducción a la vida devota”, sin querer eso decir que cualquier cosa es aceptable:

Fragmento de Parte III, Cap. 25: “De la decencia en los vestidos”

“En cuanto a la materia y a la forma de los vestidos, la decencia se ha de juzgar según las diversas circunstancias de tiempo, de edad, de condición, de compañías, de ocasiones. […] La mujer casada puede y debe adornarse delante de su marido; si hace lo mismo cuando está lejos de él, entonces cabe preguntar a qué ojos quiere complacer con este cuidado singular. A las doncellas se les permite un mayor acicalamiento, porque pueden lícitamente pretender agradar a muchos, aunque no sea más que para conquistar uno solo, para el santo matrimonio. Tampoco es reprobable que las viudas que quieren casarse de nuevo se adornen discretamente, con tal que no se muestren frívolas, pues habiendo sido ya madres de familia y habiendo pasado por las tristezas de la viudez, se considera que su espíritu es más maduro y sensato. […]

“Seas correcta, Filotea; que no haya en ti dejadez ni desaliño: sería despreciar a aquellos con los cuales convives, presentarte delante de ellos con vestidos ofensivos; pero guárdate de la afectación, de las vanidades, curiosidades y frivolidades. En cuanto te sea posible, inclínate siempre del lado de la sencillez y de la modestia, que, sin duda, es el mejor adorno de la belleza y lo que mejor encubre la fealdad. [..]

“Quisiera que mi devoto o mi devota anduviesen siempre mejor vestidos, pero que, a la vez, fuesen los menos pomposos y afectados, y como dice el proverbio, estuviesen adornados de gracia, de modestia y dignidad. Dice brevemente San Luis que cada uno ha de vestir según su estado, de manera que los discretos y buenos no puedan decir: «Es demasiado», ni los jóvenes: «Es demasiado poco». Y, si los jóvenes no quieren contentarse con la decencia, hay que inclinarse al parecer de los prudentes.

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No dejemos que la moda elija por nosotros y por nuestros hijos, sino que seamos nosotros los que elijamos la moda no según lo que es aceptable, sino siguiendo el criterio de lo mejor, de lo que nunca pasará de moda entre los santos: la modestia.


Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]
: ¿Qué haría en el lugar de Ester? ¿Qué opina sobre las modas modernas a luz de lo que recomienda S. Francisco de Sales?

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