21.08.15

Rafaela: lo que hay que ser es decentes

Acaban de terminar las fiestas del pueblo de Rafaela. La casa, hasta arriba: sobrinos, resobrinos, una cuñada. Pues nada, todos bien venidos que es la fiesta y ya nos apañaremos.

Bueno, la casa hasta arriba era otros años, porque en esta ocasión ha tenido una fuerte discusión con la familia, se han liado las cosas y han terminado negándose a dormir en casa de Rafaela y buscando un hostal en un pueblo cercano. Ya saben: parece mentira que nos trates así a tu familia, a ti lo que te pasa es que eres una vieja que no sabe adaptarse a estos tiempos, parece que sigues como cuando eras pequeña, pues a ver si espabilas que el mundo ha cambiado. Tanta iglesia y al final las de misa sois las peores, si hasta el papa dice que hay que ser comprensivos y tolerantes.

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17.08.15

15.08.15

Qué cosa sea la auténtica misericordia

No cabe duda de que una de las palabras, o mejor la palabra que identifica el papado de Francisco es “misericordia”. Tanto que hasta tenemos en puertas un año jubilar especial dedicado a ella.

Desgraciadamente descubro que mucha gente está comprendiendo mal esta palabra. Unos, los más, porque dicen que el papa con esta realidad lo que nos muestra es un camino de completa tolerancia con situaciones irregulares, vidas personales difíciles, pecados personales y colectivos. Identifican la misericordia con un hay que respetar, hay que tolerar, no se debe juzgar, quiénes somos nosotros, la Iglesia, para imponer criterios o valores. Equivocados están si así interpretaren las palabras de Francisco. El papa no puede decir tal cosa, comprender ni presentar así la misericordia.

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13.08.15

Si no nos hace caso, llamamos a Telemadrid

De cuando en cuando pasa. Se te ocurre decir en la parroquia algo que no gusta, o recordar las normas de siempre, y lo primero que te encuentras es la amenaza: “lo que hay que hacer es llamar a Telemadrid, o a la prensa, o acudir al Facebook y este cura que se entere. (Las televisiones van. Sacudir a un cura, sobre todo si es conservador, siempre vende).

Curiosamente la mayor parte de las veces lo que el señor cura pretende suele ser de lo más razonable, por ejemplo que no comulguen los que se encuentren en pecado grave, verbi gratia los que conviven en pareja sin el sacramento del matrimonio, o que la gente colabore económicamente con su iglesia. Supongo que algún hermano harto de que a los papás se les “olvide” año tras año la cantidad correspondiente a los catecismos de los niños, o un mínimo de ayuda para sufragar los gastos ocasionados por una celebración, ha acabado exigiendo una cantidad mínima sobre todo porque no hay derecho a que los gastos parroquiales de una primera comunión los tengan que sufragar con sus pequeños donativos en la colecta dominical doña Pura, que cobra una miseria de pensión, y don Jesús, al que tienen que ayudar los hijos.

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10.08.15

La agobiante desazón de vivir en una Iglesia débil

Es mi impresión, y como tal la cuento. Mejor dicho, mi impresión y la de muchos compañeros y no pocos fieles. Vivimos en una Iglesia débil, fragmentada, convertida en una especie de reino de taifas donde cada parroquia es una iglesia particular, cada sacerdote un pontífice, cada laico o grupo de laicos una autonomía cuasi personal.

No es problema de ausencia de doctrina, que la tenemos y excelente, surgida de una reflexión teológica que arranca de los padres de la Iglesia, se fija en los concilios, se nutre de gente como San Agustín o Santo Tomás y hoy tenemos perfectamente recogida en el catecismo. Tampoco de profundidad litúrgica, porque la liturgia católica es impactante, de hondura, solemne en su mayor simplicidad, capaz de trasladar la tierra al cielo.  

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